Capítulo 10

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Obsesión: El estado de estar fascinado de manera poco saludable con alguien o algo.

JASMINE

Entró lentamente en mí mientras yo le sujetaba los brazos. Podía sentir el ardor y el dolor mientras su longitud entraba en mí.

– Solo un minuto – dijo, besando mi cuello mientras yo intentaba concentrarme en él y no en el dolor que sentía. Las venas del cuello y de sus brazos se hacían visibles.

– ¡Oh! – hice un sonido mientras las lágrimas rodaban por mis mejillas cuando él entró completamente.

– Mátame – susurró, tumbándose sobre mí. Sentía como si mi piel se desgarrara en dos partes. Se detenía cada vez que sentía que era difícil entrar.

Respiré profundamente antes de decirle que se moviera. Comenzó a moverse lentamente, haciendo que el dolor desapareciera. Estaba ahí, pero el placer de la fricción ganaba terreno ahora.

– ¡Oh, Dios! ¡Oh, Dios! – gemí, cubriendo mi cara mientras él aumentaba su ritmo. Podía sentir que me preparaba para otro orgasmo.

– Mírame a mí – dijo, retirando mi mano. Se retiró, haciéndome gemir, pero pronto se puso a mi lado, haciéndome girar sobre mi lado derecho.

– ¡Theodore! – sujeté la almohada con fuerza mientras me penetraba por detrás.

Eso golpeó más profundamente cuando levantó mi pierna para acceder más profundamente. Me sujetó la cintura y me besó el hombro.

– Yo... estoy... – él se retiró. Cerré los ojos y entré en un mundo diferente cuando liberé mi orgasmo. Tardé casi dos minutos en recobrar el sentido.

Sentí un líquido caliente en mi muslo y vi a Theodore liberando su semen allí.

Mi cuerpo estaba enrojecido y con sus marcas en la piel. Lo miré para ver cómo el sudor cubría su frente, su cara, su cuello y su cuerpo.

– ¿Thea? ¿Qué pasa con Thea? Tiene la costumbre de despertarse en mitad de la noche – dije, mirándole con ojos de pánico.

Estaba preocupada por ella. ¿Y si de repente tenía una pesadilla y me necesitaba?

No dijo nada, sino que se limitó a mirarme con sus hermosos ojos oscuros mientras su pulgar trazaba círculos en mi trasero.

– Mick y Sherry están vigilando fuera de su habitación. Sherry está allí para cuidar de Thea.

– Mmm – incliné la cabeza hacia abajo. Mis mejillas se calentaron cuando empezó a masajear mi trasero. 

La noche fue larga. No durmió y no me dejó dormir. Sin embargo, disfruté cada segundo de ella.

***

– Me gusta su pelo – comentó Thea mientras veíamos la película << Mi chica >>.

– Ella también es linda – asentí con la cabeza, llenando mi boca de Cheetos.

Era un sábado por la mañana y no teníamos nada que hacer. Así que Thea y yo habíamos decidido ver algunas buenas películas antiguas.

– Flor, ¿puedo tener una bicicleta? – preguntó mientras observaba a los protagonistas usar las bicicletas.

– Claro, podemos pedirle a tu padre que traiga una – le dije mientras se apoyaba en mí.

– ¿Y si Iris o papá dicen que no? – me preguntó, aferrándose a mi camiseta.

– Le preguntaremos a tu padre directamente.

Cuando cae la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora