Cuando cae la noche

Capítulo 14

Cumpleaños: El aniversario del día en que una persona nació, normalmente considerado como una ocasión para la celebración y la entrega de regalos.

JASMINE

Me miré en el espejo y me encantó mi aspecto. Llevaba este vestido amarillo mostaza de suave estampado floral y lo había combinado con mis sandalias favoritas.

Me dejé el pelo suelto, y el suave lápiz de labios rosa que me había puesto añadía algo de brillo. Tarareé una canción y metí en una bolsa la chaqueta vaquera, la batería, el teléfono, la cartera y las llaves.

– Oh, eres tan hermosa, Flor. Este vestido es tan bonito... – oí decir a Thea. Me giré para verla entrar con su bonita mochila.

– Gracias, cariño – dije, pellizcando sus mejillas.

– Espera. He hecho algo para ti – dijo, sacando su bolsa. La esperé, y ella abrió la cremallera de su bolso y sacó algo con mucho cuidado.

– Feliz cumpleaños, Flor. Incluso te he traído flores – dijo, entregándome una tarjeta de felicitación con delicadeza.

Ella jadeó de forma tan tierna.

– He olvidado las flores en mi habitación. Espera un momento, voy a buscarlas – salió corriendo hacia su habitación, y yo me reí, mirando la colorida tarjeta.

Lo abrí para ver que había pegado una foto mía y de ella y lo había decorado de forma preciosa.

Feliz cumpleaños, Flor. Eres tan hermosa y dulce. Te quiero mucho, y eres mi primera mejor amiga después de Tory.

Leí el mensaje manuscrito que había escrito en la parte trasera de la tarjeta. Me reí y me sentí muy feliz leyéndolo. Tory era el nombre de su peluche. Sin él, no podía dormir por la noche.

– Aquí. Las he recogido personalmente del jardín. Pero no se lo digas a papá – dijo, entregándome el ramo de tulipanes, rosas, lavanda y jazmín.

– Son tan hermosas. Gracias, cariño. Te quiero. Ven aquí... – dije, abriendo mis brazos hacia ella. Ella sonrió enormemente antes de caminar hacia mis brazos.

– Gracias – dije, besando su frente.

– De nada.

– ¿Cómo has conseguido estas flores y la cinta para envolverlas? – pregunté, tocando las bonitas flores.

– Pedí ayuda a Sherry y a Mick. Me ayudaron a conseguir la foto y me ayudaron con las flores – dijo mirándome.

– Vamos antes de que lleguemos tarde a la escuela – dije, tendiéndole la mano.

La cogió con alegría y salimos hacia la cocina. Busqué a esa figura que me había ignorado durante una semana.

Había intentado hablar con él, pero se limitaba a mirarme con frialdad y a alejarse. O Iris siempre había estado pegada a él como una sanguijuela.

– ¡Feliz cumpleaños, preciosa! – dijo Mick, entregándome mi taza de café en cuanto entré en la cocina.

– Feliz cumpleaños, Jasmine – saludó Sherry.

– Gracias, Mick – asentí con la cabeza, sonriéndole.

– Gracias Sherry – abracé a Sherry. Ya había preparado el desayuno y empacado nuestro almuerzo.

Ayudé a Thea a llenar su plato y pedí a Mick y Sherry que se unieran a nosotras. Se negaron, diciendo que no podían. Mick dijo que Theodore aún no se había ido.