Poco común - [Stony]

D O S

La fuerte música y las luces led del lugar lo cegaron por un breve instante que para él, fue una eternidad.

Unas manos en sus hombros lo sacaron de ese estado. Uh, Steve realmente odiaba este tipo de lugares (a pesar de nunca haber estado en uno).

—Ya estamos aquí, eh, Steven.

Dijo Sam, quién parecía estar más feliz que el propio festejado.

—Sí, y ya quiero irme.

—Djiste una hora, jodido aburrido, acabamos de llegar.

Sam lo guió hasta una mesa con sofás. Mientras caminaban por el lugar, Steve evitaba mirar a las mujeres en lencería que intentaban coquetear con ellos. Su mirada estaba fija en el piso. No deseaba ver a hombres en sofás con mujeres sobre ellos, ni toqueteos.

Y Sam... bueno, Sam estaba en su imaginación aunque no descuidaba a su amigo.

—Sí, esto no me gusta Sam, y ¿sabes qué?, mañana tengo exámenes.

—Sí, ¿a quién le importa eso?

Dijo Bucky llegando con tres vasos repletos de alcohol a la mesa.

—Dios, ustedes me van a matar algún día, ¿saben por qué?, por un colapso de estrés.

—Oh, Stevie, ¿sabes qué?, estamos en este lugar justamente para que alivies ese estrés. —James movió su mano de arriba hacia abajo repetidas veces, haciendo un gesto obsceno, provocando que Sam riera y que Steve dejara de verlo. —Ya me entiendes.

—Eres un asqueroso.

Steve negó con la cabeza, y tomó su vaso para darle un gran sorbo. La situación lo estaba colapsando así que supuso que beber le ayudaría un poco a pasar el mal rato.

Sus amigos celebraron ese gesto, imitando la acción del rubio entre risas y conversaciones que intentaban hacer que Steve se distraiga un momento.

A final de cuentas, estaban ahí para que Steve tuviera una experiencia nueva. Bastante nueva.

Estaban en medio de una conversación sobre la próxima pelea a las que solían asistir por la universidad. Boxear les otorgaba becas, y el trío de amigos las necesitaban.

De pronto las luces se apagaron, las chicas (y chicos) que anteriormente bailaban en los caños de la pasarela desaparecieron dando paso a un hombre de traje.

—¡Bienvenidos a todos nuestros fieles clientes otra noche más!, como es de costumbre, hoy tenemos a nuestro preciado caramelo en cuestión.

Steve notó que el lugar estaba casi repleto de hombres e incluso mujeres en el público. Se sintió algo confundido, pero lo dejó pasar, al menos estando en zona VIP no estaría cerca de esas desagradables personas.

Salió humo por debajo de la tarima y la música con toques sensuales inundó el lugar.

—¡Demos la bienvenida a Antoshka!

Es un nombre poco común. Lindo, a decir verdad.

Por cómo se pusieron los del público y la gente de alrededor, debe ser una mujer tan preciosa como lo es ese nombre.  Gritos, silbidos y aplausos retumbaban en el lugar.

Aquí es cuando Sam y Bucky notaron a los chicos en lencería también, confundidos, se miraron sin entender nada. ¿Era un prostíbulo bisexual?

Steve por su parte estaba bastante expectante por Antoshka, quién de pronto apareció caminando sensual por la tarima. Pero... ¿cómo?, ¿Antoshka no es nombre de chica?

Un moreno en tacones, con máscara simulando la cabeza de un conejo, y una vestimenta igualmente de conejo playboy comenzó un baile que Steve nunca antes había visto.

Piernas de hierro y un trasero fenomenal. ¿Por qué de pronto Steve quiso tocarlo?, joder, seguro fue el alcohol. Él no acostumbra a este tipo de cosas.

El dinero caía sobre la tarima como lluvia, mientras Antoshka hacía movimientos de caderas al acostarse en el suelo y alzar su trasero. Steve se sintió tan intimidado como fascinado por ese suceso.

Cuando el moreno se levantó y cruzó miradas con el público, se quedó unos breves segundos mirando a Steve.

Luego, el show continuó.