Poco común - [Stony]

S E I S

La terrible semana de exámenes ya había sucedido, y Bucky se encontraba alistando su mochila. Acompañaría a Natasha a visitar a su hermana por este fin de semana.

Steve por su parte, tenía inmensas ganas de visitar a su madre a Brooklyn pero ese viaje significaría cruzar medio país en fin de semana. Bueno, por ver a Sarah podría hacerlo, además, ¿por qué querría quedarse solo en una simple habitación dentro de la universidad?. Sam también saldría este fin, así que literalmente se iba a quedar sin amigos durante tres largos días.

—¿Cuándo vuelves?

Preguntó Steve interesado, viendo a su amigo desde su cama.

—Natasha dijo el lunes por la mañana, así que... el lunes por la mañana.

El castaño se encogió de hombros y Steve apretó un momento los labios.

—¿Por qué la pregunta, Stevie?

—Nada, sólo quería saberlo. Quizás iré a Brooklyn... es un aviso para que lleves tus llaves.

—Ah, no te preocupes, claro que las llevo. Siempre las tengo conmigo.

Dijo confiado Bucky mientras unas llaves con una estrella roja colgando eran arrojadas disimuladamente a su mochila.

Steve rió bajito, y volvió su mirada a su libro de bocetos. Era un hobbie, algo sencillo que le daba calma además de ser muy bueno en eso.

—Me saludas a Sarah, y le dices que no me extrañe demasiado porque la visitaré cuando menos lo espere.

—No te preocupes, no creo que te extrañe más que a mi.

Contestó con burla Steve, mientras su amigo reclamaba en su contra diciéndole que era un ser sin corazón.

Steve dejó de oír apenas comenzó a dibujar una silueta masculina que estaba grabada en su memoria desde hace dos semanas. Sí, hace dos semanas Steve Rogers perdió la cordura.

Al darse cuenta de que volvía a ese círculo vicioso, cerró el cuaderno y lo dejó sobre la mesa de noche.

—Bueno, si ya terminaste de insultarme entonces me despido. Que tengas un lindo fin de semana conociendo a tu cuñada, Buck.

—Ni me lo digas, sólo quiero darle una buena impresión, y eso es demasiado esfuerzo hasta para mi.

Ambos rieron. Steve se levantó para darle un abrazo y una palmada en la espalda.

—Nos vemos, Buck.

—Nos vemos, hermano.

Steve salió de la habitación luego, con sus llaves en un bolsillo del pantalón y su celular en otro. Salir a correr lo distraería un momento.

Eso pensó.

Pero no, sólo le sirvió para darle más vueltas al asunto. Es que no sabía qué le causaba tanta intriga, tanto interés por ese hombre. Es un simple desconocido, debería haberlo olvidado ya, pero le resulta tan complicado. Él nunca había vivido algo así antes, y de cierto modo, aprendió a ver esa experiencia nueva como algo emocionante.

Sus amigos no lo sabrían jamás, e incluso él mismo juró olvidar lo que hoy haría.

Estaba decido, visitaría nuevamente aquél prostíbulo.