D O C E

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Se sintió un pez fuera del agua cuando todos comenzaron a escoger compañeros de ciencias y él se quedó de pie mientras todo sucedía.

Joder, es que él no conoce a nadie de esa área. ¿Todo saldrá mal el día de hoy?

—Rogers, ¿qué sucede?

El entrenador de boxeo se acercó al rubio, quién sólo se encogió de hombros y pasó una mano por su cabello.

—No conozco a los alumnos de ciencias, profesor.

—Justamente por eso quisimos unir las facultades, chico.

Steve intentó sonreír para ser amable, pero sólo salió una mueca disconforme. En serio, en serio odia la ciencia.

—Bueno, ven conmigo.

Steve siguió a su profesor, pues no era un maleducado ni un maldito imbécil. Podría jurar que Sam y Bucky estarían felices por esto, siempre le dicen que debe conocer nuevas personas.

—Oh, Rogers, aquí.

Al igual que el rubio, un chico bajito y castaño se encontraba de brazos cruzados mirando la escena.

—Señor Stark.

—Profesor Fury.

Saludó sin muchas ganas de sonar agradable. Esa voz es... bonita y extrañamente conocida. Quizás es una voz común.

—Viendo que no está interesado en conocer a los alumnos que sí hacen deporte, le presento a Steve Rogers, su nuevo compañero para la feria de ciencias.

—¿Qué?

Preguntó Steve confundido, pues no había prestado atención a la conversación por estar mirando al chico.

—Suerte. Él es el mejor de la facultad de ciencias... pero también el peor en carácter.

El profesor le dio una palmada en la espalda a Steve, queriendo demostrar apoyo y así como vino se fue.

Steve volvió a mirar al chico. Dios, qué lindo es, y tal como dijo el entrenador Fury, qué mal carácter tiene.

—Hola, soy...

—No me interesa, haré el proyecto por mí mismo y pondré tu nombre en él.

Sintiéndose desprevenido, Steve no supo si sentirse bendecido o profundamente ofendido. Lo rechazó y ni siquiera pudo decirle su nombre.

No, no. El rubio es muy educado y paciente, pero no dejaría que un niño se burle así de él.

—¿Disculpa?, el proyecto también es una nota que me afectará, y si alguien tiene dudas ese día no sabré cómo responder. Lo siento, pero no puedo permitir que hagas el trabajo tú solo.

El chico Stark lo miró fijamente unos minutos, con una expresión seria. Mientras, Steve, se fijaba en sus ojos y lo atractivo que es el sujeto en cuestión. Joder, ¿en serio tiene el valor de seguir dudando de su sexualidad?

El ambiente fue tenso e incluso algo incómodo hasta que Stark decidió hablar.

—Bien, te enviaré un mensaje con los horarios y los lugares de encuentro. Respétalos, soy un hombre ocupado y no puedo después de las nueve.

Sin pedir permiso tomó el celular del rubio y anotó su número.

—Okay... un gusto.

—Tony.

Completó el castaño al devolverle su celular.

—Steve.

Se presentó también, sonriendo y sintiendo un poco más de comodidad.

—Okay.

Con un asentimiento de cabeza, el castaño se retiró luego del gimnasio mientras todos aún continuaban conversando como si de una fiesta se tratara.

Steve se quedó de pie con su celular en su mano, mirando el camino por donde Tony se había ido.

Poco común - [Stony]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora