12. Campamento.

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Ya habían pasado once años, y cada uno se había resignado a sus vidas.

Por una parte, Pucca se había dedicado a trabajar para solventar sus gastos, a cambio de eso, la mensualidad la dejaba en su totalidad para Ari; la utilizaba para su escuela, ropa y demás.

Le llevo tiempo, y vago de un lugar a otro; pero al final consiguió cumplir uno de sus sueños; al fin había logrado ser dueña de su propio restaurante. No solo servía platillos locales, también trataba de servir una variedad de platillos, además de bebidas, incluyendo licores.
De la administración se encargaba su hermana, ya que, quería que fuera un negocio familiar, parecido a Goh-Rong. Así que de la misma forma hacían sus tíos con ella, quería impulsar a Ari al negocio; la pequeña le ayudaba en lo que podía, pero de alguna forma no lograba que le apasionara tanto como a ella.

La pequeña no negaba su apoyo a su madre; lavaba, trapeaba, servía de mesera y demás; pero también lo que ella anhelaba era otra cosa, a ella le resultaba interesante las artes marciales, en especial el Ninjutsu.

Había asistido a cursos y entrenamientos, era bastante buena en el deporte, la cinta negra le sentaba muy bien en ella.

Ante su pasión, Pucca no tuvo más remedio que enseñarle lo que ella sabía del deporte. Le enseño a defenderse, volverse más ágil y rápida. No quería llegar a mostrarle a usar la fuerza, ya que, no quería que se lastimara.
Ari sin duda aprendía muy rápido, era alguien seria y dedicada al momento de practicar; a pesar de que se parecía a ella físicamente, en espíritu y voluntad, era la viva imagen de Garu.

Yoana: ¿Ya lo pensaste? [Dijo mientras entraba a la sala]

Pucca: estoy haciéndolo. [Respondió a su hermana, mientras miraba unos papeles]

Yoana: llevas una hora leyendo eso. [Replico]

Sin decir nada, le mostro desde su asiento el tipo de papel que era. Exactamente, se trataba de unos folletos; hablaban de un campamento ninja; describían los entrenamientos, actividades, clases, y alojamientos del lugar. Parecía seguro, no por nada era reconocido. Pero había un problema; el campamento se hacia cerca de la capital de China, más bien a las afueras de la ciudad.

Yoana: oh. [Suspira] Y, ¿Qué decidiste?

Pucca: no lo sé. [Vuelve a mirar los papeles] Tal vez la inscriba a otro curso local.

Yoana: No le va a gustar.

Pucca: tendrá que gustarle. [Hablo decidida, mientras botaba los papeles a la mesa]

Yoana: escucha, [Llama su atención] si ella te los dio es porque quiere ir ahí. Ese campamento es muy conocido, tu escuchaste de el cuando vivías ahí. Los mejores fueron a ese campamento.

Pucca: si lo escuche. [Dio razón a sus palabras] Pero no me siento segura de enviarla lejos.

Yoana: son excusas... además de tu instinto de madre. [Pensó en sus palabras] Pero, lo que ella quiere es otro nivel, otra categoría. Tal vez ahí encuentre con quien competir.

Pucca: ¿Pelear de verdad? [Pregunto preocupada]

Yoana: no, a eso no me refería. [Trato de corregir] Quise decir, que ella busca mejorar, avanzar. [Se sienta a su lado] Además, esta en sus genes.

Pucca: [Suspira derrotada] Por más que intente, no pude hacer que la esencia de Garu desaparezca.

Yoana: no por nada es su padre. [Susurro]

Pucca: solo cambiemos de tema. [Dijo irritada] No quiero que nos escuche.

Yoana: ¿Por qué evitas el tema? [Volvió a susurrar] Ya pasaron once años.

Como Dos Gotas De Agua... [Garucca] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora