Atentamente. Con cariño.

Carta XIV

Querido J:

No te hacés una idea de lo contenta que me puse al leer tu carta. Solo quería que prometieras que no volvería a pasar algo así, y fue lo primero que hiciste. No te preocupes ya por si estoy o no molesta. Lo mejor es que sigamos como si nada hubiera pasado.

Me encantó tu forma de definir el amor, aunque, como vos decís, no llegue a expresarlo por completo. Eso me hace pensar si te has enamorado anteriormente. No había caído en la cuenta de que tenés un pasado. Es algo obvio, pero no lo había pensado. Aclaro que no me molesta, al contrario, en algún momento me gustaría que me contaras al respecto.

Tengo que agradecerte por regalarme esa pregunta libre, pero debo decir que fue más difícil de lo que imaginaba. Elegir solo una entre tantas es como si pusieran en oferta los mejores sabores de helado pero solo te dejaran pedir uno. Tenía muchas buenas ideas al alcance, pero tuve que sortearlas para quedarme con una. La pregunta ganadora fue:

¿Usas aritos?

No creo que tengas inconveniente con esa pregunta. Por lo que sé, muchos chicos los usan, así que no debilitaría demasiado tu barrera. A mí me sirve para descartar, tanto si usas como si no lo hacés. En definitiva, ambos ganamos.

No es que me prive de soñar J. Es solo que no tengo ánimos para eso. Es mi último año y ni siquiera tengo planes para mi futuro. Aun no decido qué voy a estudiar, y no se tampoco si podré hacerlo. No quiero dejar solo a papá en su estado, me necesita. Si no encuentro algo cerca de acá tendré que conformarme con mi trabajo por un tiempo más.

Lo más cercano a un sueño que tengo en estos momentos es esta relación. Me gusta mucho hablar con vos. En poco tiempo te convertiste en una parte importante de mi vida. De a poquito vas conquistándome cada vez más. Creo que estaba bastante equivocada. Sí se puede empezar a sentir algo por alguien a través de cartas. Me estas enseñando un mundo que no creí conocer, y eso me gusta mucho. Gracias J., por todo, incluso las malas bromas.

Con cariño. Jess.