Carta XLII

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Querido J:


Sabía que te iba a gustar la sorpresa. Llevo un tiempo pensándolo, pero no quería decírtelo hasta estar segura de que todo estaría bien. Siendo completamente honesta, siento lo mismo que vos. Lo que construimos en este tiempo, tanto lo bueno como lo malo, es algo que no quiero perder. A pesar de que hay quien me dice que solo son letras en un papel, esto es lo más real que tuve en mi vida.

Cuando empezamos a hablar hace poco más dos meses solo lo tomé como un juego. Quería ver a donde me llevaba, pero nunca creí que fuera a esto. Hoy en día sé que sos el único chico que supo, con muy pocas cosas, cubrir mis expectativas. Todavía falta recorrer buena parte del camino y ya bajaste mis defensas. Da miedo, no lo voy a negar, pero confío en vos.

Supongo que con esto te vas a sacar de la cabeza esa idea tonta de que me gusta Carlos. Él es, como la mayoría de los chicos, un nene grande. No sé si vos lo seas o no, pero al menos en las cartas demostrás ser bastante centrado. Si te mantenés así tenés otro punto a tu favor. Sumaste diez solo con haber visto la serie porque, a riesgo de parecer engreída, sé que lo hiciste por mí.

En cuanto a lo del mechón de pelo, no pensé que tu amigo fuera directamente a contarte. No sé por qué, era algo obvio. Supongo que en cierta forma quería que lo supieras, para ver si me lo dabas o no. La verdad, no me sirvió de mucho, la mitad de la escuela tiene pelo castaño. Tampoco me voy a poner a analizar que tono de castaño es, mi locura tiene límites. Además, aunque digas que son evidentes, todas tus pistas llevan a un callejón sin salida. Siempre te las ingeniás para que todo lo que digas tenga mil formas de interpretarlo o todo el mundo tenga las mismas características. Creo que si me rindo va a ser más rápido.

Me parece bien que hayas tenido razón con lo de mi papá, pero no seas presumido. Al final no fueron a pescar. Compraron anzuelo, carnada, alquilaron una lancha, pero se quedaron a la orilla del rio tomando mates y recordando los viejos tiempos. Creo que me dijo que tiraron la línea por las dudas pero no pescaron ni una gripe. Ahora entenderás a quien debo mis habilidades para pescarte.

Con cariño. Jess.

Atentamente. Con cariño.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora