Querido J:
Antes que nada, gracias por el favor. Sí, me salvaste la vida, por lo que tal vez considere también invitarte unas pizzas caseras. Hiciste que se me antojen así que espero que te salgan ricas. ¿O creíste que iba a hacerlas yo? Solo pensarlo me hizo reír, sos muy gracioso.
Hablando en serio, puedo cocinar lo que sea que pidas, pero hay dos razones por las que no recomiendo pizzas, a pesar de que me gustan. La primera es que, por alguna razón, jamás puedo dar con la medida justa de sal, y si sos hipertenso vas a terminar bastante mal. Y la segunda pero no menos importante, la perilla del horno de mi cocina está trabada, por lo que no puedo poner el fuego bajo y siempre acabo sacando carbón. Como veras no es mala voluntad, solo estoy cuidándote, pero la idea me gustó.
Estuve releyendo las primeras cartas y la verdad es que eras un desastre. Fueron mejorando de a poco, las de ahora no se comparan con esas. Se nota mucho tu cambio, y me agrada saber que, en parte, soy responsable de eso. Seguramente conmigo pasó lo mismo. Tampoco recuerdo bien como escribía al principio pero seguro no eran cartas modelo. Me parece que también eran muy cortas, al igual que las tuyas. Se nota que ninguno de los dos tenía idea de cómo encararlas, no sé cómo hicimos para que mejoraran.
Sobre el encuentro, gracias por entenderme. Es difícil no presionarme cuando sé que lo que me frena es una tontería. Esta repentina timidez no tiene ningún sentido, solo necesito un empujón o 10 segundos de valentía. No es la primera vez como sabrás. El problema es el fin de clases, también me asusta lo que pase después, no quiero perderte ahora que te conocí.
Hablando de conocerte, se me pasó preguntarte tu color favorito. No esperaba que fuera el verde, pensaba más bien en un tono azul o marrón. No sé de dónde saqué esa idea. ¿Y tú comida favorita? Tal vez eso sea algo que pueda cocinar sin problemas, en tanto no requiera un horneado lento. Quizás un día puedas venir a comer a casa y conocer a mi familia. Estoy segura de que a papá le vas a caer bien, y me ha preguntado varias veces quién es el "misterioso chico de las cartas". Solo faltaría que también él se una a la búsqueda. Espero que no.
Con cariño. Jess.
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Atentamente. Con cariño.
Teen FictionEs fácil enamorarse de una mirada profunda, una sonrisa deslumbrante, una cara bonita. Pero, ¿qué ocurre cuando lo único que hay para amar son palabras en un papel? ¿Se puede amar a alguien que no se conoce? Acompañen a los personajes en un viaje de...