Carta XXV

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Querida Jess:


No deberías sentirte insegura a la hora de hablar con tu papá, después de todo, sos vos la que está manejando esa casa. Con o sin dificultad, estás ocupando el lugar de tu mamá, y eso tu papá va a verlo cuando te pongas firme como la mujer que sos.

No es buena la comparación que hago, pero deberías enfrentar esto de la misma manera que enfrentaste al "falso yo" en el parque. Ese día querías algo, tenías razón de quererlo, y fuiste a buscarlo sin dudar un segundo. Sí, te equivocaste, pero eso no viene al caso, lo que importa es la actitud que tuviste. Es la misma que necesitás ahora, sé que podés hacerlo y vos también lo sabés. Así que no dudes más, confía en vos como yo lo hago.

Por lo demás tenés razón, no debo ser ansioso. Necesitás tu tiempo y lo entiendo. Solo hay una cosa de lo que dijiste que no me queda claro. ¡¿Por qué China?! Prefiero la idea de que vayas conmigo a Rosario, está mucho más cerca. Pero, no voy a presionarte, yo sí puedo esperar tranquilo.

Me pareció curioso que preguntes si tengo un informante en tu grupo. Puede que me entere de algunas cosas por casualidad, pero no necesariamente necesito un infiltrado. Tal vez lo tenga, tal vez no, es algo que vas a tener que descubrir solita. Lo único que puedo decirte es que no conozco a ninguna de tus amigas, así que no podría pedirles ayuda para guardar mi secreto.

Me gustaría saber cómo imaginás nuestro encuentro. ¿Será como el final de "Sintonía de amor" o como el de "Pesadilla en la calle Elm"? Sí, soy muy exagerado, pero, hablando en serio. ¿Alguna vez lo pensaste?

Como no voy a tener noticias tuyas hasta el lunes, quería invitarte, sin compromiso, a que vayas al parque otra vez. Puede que te resulte raro, pero solo confía en mí. No planeo secuestrarte ni nada de eso. Lo prometo.

Atte. J.

P.D.: Esta vez no ataques a nadie. Solo sentate en algún banco y esperá un ratito.

Atentamente. Con cariño.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora