Capítulo 1

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¡Y empezamos una nueva aventura! Rodrigo les dice hola 👋🏼🙈 y los invita a tenerle paciencia así como a reírse y estresarse junto a él, porque aquí todos somos amigos de él 😅🌈.

***

Los primeros rayos de sol ya estaban apareciendo y Rodrigo sonrió bastante animado por el nuevo día que empezaba.

—Que bello, que hermoso —habló en voz alta extendiendo sus brazos—, que maravilloso día —agregó girando en 180° y mirando hacia su nueva habitación sin perder su sonrisa—. Nuevo cuarto, nueva casa, nueva vida —canturreó tirándose sobre su cama y cogiendo su celular.

«Veamos, veamos», pensó mirando sus mensajes en WhatsApp antes de darse cuenta que su mejor amigo no le había respondido el último mensaje.

Sonrió para sí mismo cuando una idea traviesa cruzó por su mente y presionó el botón de llamada.

—¿Sí? —la voz adormilada de Alexis casi lo hace reír— ¿Quién es? —preguntó su amigo al otro lado de la línea, pero él no dijo nada, solo espero unos segundos hasta que escuchó un ronquido.

«Bingo», celebró en su mente haciendo una cuenta regresiva.

Tres. Dos. Uno.

—¡Alexis despierta! —gritó riéndose por el grito de su mejor amigo al otro lado de la línea.

—Rodrigo que demonios —le gruñó Alexis haciéndolo reír aún más, ya que, apenas podía entenderlo.

Las maravillas de hablar adormilado.

—Vamos, vamos, despierta —le dijo más animado—. El sol brilla, los pájaros cantan, las flores saludan...

—¿Y ahora que te fumaste? —le preguntó entre dientes aún sin espabilar hasta que...— ¡¿Y que mierda haces llamando a las siete de la mañana en vacaciones?! —supuso que vio la hora mientras verificaba su teléfono.

—Es un hermoso día y quería llamar a mi mejor amigo...

—Mejor amigo el diablo, qué mosca te pico para que estés despierto a esta hora, idiota.

—No me respondiste mi mensaje.

—Lo mandaste a las seis de la mañana Rori, cómo quieres que te responda si nos fuimos a dormir a las tres —le recordó usando el mote que le había puesto hace tantos años.

Alexis había descubierto que llamarlo Rori era más fácil que Rodri porque cuando lo hacía de manera consecutiva y rápida su lengua no se trababa.

—Lo sé, pero la vida es demasiado corta para pasársela durmiendo...

—El burro hablando de orejas —se burló su amigo—. Eres de lejos la persona más dormilona que conozco así que no tienes ni siquiera una opinión sobre cuanto duermo.

Bueno eso era cierto, concedió Rodrigo. Él si era una persona dormilona, de hecho era de por sí un milagro que se hubiera levantado tan temprano cuando -como le mencionó su querido amigo- se había ido a dormir a las tres de la mañana.

—¿Es la casa nueva?

—¿Qué? —preguntó sintiéndose confundido.

—Qué si el motivo por el que no puedes dormir y estás llamandome a horas impías es por la casa nueva ¿No te acostumbras?

—¡No! La casa es hermosa y ya sabes que amo mi habitación...

—Es más grande que la que tenía y ¡Tiene una ventana a la calle por la que puedo enterarme de los chismes antes que nadie! —lo imitó de manera exagerada.

¡Somos vecinos!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora