¡Estaba llegando tarde! D-E-M-A-D-I-A-D-O T-A-R-D-E.
Tenía muy mala suerte y el mundo definitivamente estaba en su contra en ese momento.
Alexis: ¿Dónde diablos estás?
Alexis: Están a punto de cerrar la puerta!!!
—Mierda —murmuró al leer el mensaje queriendo llorar de la frustración. Era su primer día en la academia y había muchas más posibilidades de que no lo dejen pasar, por tardón, de que sí— Señor, por favor, puede avanzar —le pidió al taxista que lo miró aburrido como si le valiera su sufrimiento.
Imbécil.
—Yo no puedo hacer nada contra el tráfico, si vas tarde lo que puedes hacer es bajarte y correr —le "recomendó" y aunque él no quería hacerlo sus opciones no le dejaban mucha elección, así que se bajo y corrió como si su vida dependiera de ello.
Y como si no fuera suficiente el tener que correr también tenía que estar pidiendo permiso, chocando -y ya en los últimos metros de su camino- empujando a las personas que se cruzaban en su camino. Esas solo eran cosas que le pasaba a gente desafortunada como él.
Cuando llegó a la puerta de ingresó miró al guardia que estaba cerrándola pidiéndole unos segundos para recuperar el aliento.
—Por favor —casi rogó mientras se apoyaba en sus rodillas.
El hombre hizo una mueca indicándole que pase rápido, algo que obedeció de inmediato, antes de que cerrará la puerta detrás él.
—Gracias —le dijo soltando aire antes de ir a su salón porque no por estar dentro de la academia su carrera terminaba, por suerte -por primera vez en el día- vio a más chicos fuera buscando sus respectivas aulas, así que por lo menos si llegaba tarde tenía la excusa de que se perdió aunque él supiera exactamente donde ir gracias a Alexis.
Al llegar al salón su amigo lo vió desde el final con una cara de alivio como si no hubiera creído que llegaría a tiempo, bueno por un segundo él tampoco lo creyó, pero ahí estaba.
—¿Por qué diablos llegaste tarde? —le preguntó Alexis cuando se sentó en la carpeta a su lado— ¿Acaso te trasnochaste?
—Al menos así tendría una excusa —se quejó—, pero no, ni me trasnoché ni me levanté temprano y me volví a dormir.
—¿Entonces que pasó?
—Solo me quedé dormido —le respondió entre dientes— y para rematarlo decidí ser el conejillo de indias del universo esta mañana —agregó su amigo lo miró con un ceño fruncido—. Cuando me levanté no había nadie en la casa, así que salí sin desayunar, y al salir estaba tan distraído que un imbécil casi me atropella, pero, bueno, luego este no fue tan imbécil y fue bueno ofreciéndose a pagarme el taxi hasta acá, así que lo perdoné. Entonces a tres cuadras de llegar hay un tráfico maldito donde perdí tiempo y cuando estábamos a una cuadra el taxista me dijo bájate y corre y eso hice.
—Tú si que tienes mala suerte —le dijo Alexis negando mientras abría su mochila y sacaba un pan con pollo. Ñum— Cómelo rápido hasta que tengamos un receso y puedas meterle algo más a tu estómago —ordenó y él no esperó a que se lo repitiera.
Tenía hambre y se acabó el pan en cuatro mordiscos.
***
Su primer día en la Academia no fue tan malo como pensó en un inicio, de hecho se parecía mucho a la secundaria, solo que como si fueras el nuevo, así que podría decirse que a pesar de su trágico inicio tuvo un buen día de clases hasta que tuvo que regresar a su casa.
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¡Somos vecinos!
Teen FictionOdiar a alguien cuando solo tienes que verlo unas horas al día en el colegio nunca supuso un problema para Rodrigo, al fin y al cabo nunca volvería a ver al imbécil de Federico después de su promoción. Sin embargo, el destino tiene otros planes para...