Se ensimismo tanto en su conversación con Samuel, que a diferencia de a su hermana le caía bien, por lo que, cuando un hombre carraspeó para llamar su atención se giró confundido.
—¿Sí?
—¿Eres el hermano de Ana? —le preguntó y fue el nombre de su hermana el que lo hizo reaccionar.
—Sí, sí soy yo —le respondió poniendose de pie— ¿Usted es el señor Bravo? —le preguntó usando su apellido porque se había olvidado el nombre en ese preciso instante.
—Sí —le contrestó el otro extendiéndole una carpeta— Toma, estos son los archivos para los discursos que tu hermana necesita, disculpa que no haya podido bajar antes —se excusó y él negó.
—No hay problema —le dijo tomando la carpeta entre sus manos— Bueno, me voy... Gracias y... ¿Adiós? —agregó esto último para Samuel que se puso de pie.
—No te preocupes, también me voy a casa, puedo dejarte de camino sin problemas —ofreció y el agradeció infinitamente dentro suyo— Jorge, espero encontrarte en la fiesta —dijo con una sonrisa para el otro hombre mientras extendía su mano.
—Espero lo mismo —contestó el compañero de su hermana, de quien por fin sabía el nombre que había olvidado.
—Sí, bueno... —tanteó él sin saber como decir "¡Vámonos ya!"— Eh...
—Vamonos —terminó su vecino por él despiendose de Jorge con un asentimiento.
Samuel lo guió fuera de la emprea hacia su camioneta en la cual le abrió la puerta del copiloto como todo un caballero antes de ir a su propio asiento.
—Por favor, trata de ir lo más rápido posible —le pidió como si fueran amigos de toda la vida y sin vergüenza alguna al ver el mensaje de su hermana pidiéndole que avance porque ya tenía que irse— Ana necesita esto y ya tiene que salir para la fiesta.
—¿Y si te llevo directamente a la fies...
—¡No! Perdón —se excusó rápidamente por gritarle— Es que, no me gusta tanto salir y de verdad no quiero ir a una fiesta de trabajo de mi hermana.
—Te entiendo, bueno entonces iré lo más rápido que pueda —prometió y Rodrigo podía constatar que de verdad lo intentó.
Samuel fue lo más rápido que pudo y por vías, que aunque él no conocía evitaron posibles tráficos, ya que, era hora punta; sin embargo, el intento no fue suficiente y para cuando llegó a su casa su hermana ya se había ido dejándole dinero para el taxi junto a la dirección de su evento.
—No, no, no —se quejó y buscó por toda la casa a sus padres sin éxito— Contesten, contesten —rogó llamandolos por el celular.
—Aló —respondió su mamá— ¿Rodrigo? ¿Qué pasa?
—¡Tu hija se fue! —le reclamó— Se fue a su fiesta de trabajo y sin los papeles que me mandó recoger.
—Sí, dijo que no podía hacerse tarde, pero te dejó para el taxi de ida y vuelta —le dijo como si fuera obvio.
—Ya sé, pero...
—Por favor, Rodri —le pidió su mamá con su tono de "te lo estoy pidiendo por las buenas"— Tu hermana necesita esos discursos solo llévalos y regresa a casa.
—¿Y ustedes no pueden llevárselos? —le preguntó tratando de salir de ese deber— Yo puedo ir a donde están para darles los papeles.
—Tú papá y yo venimos a visitar a tus abuelos —le dijo—, así que tienes que ser tú quien le lleve esos papeles a tu hermana, nosotros estamos demasiado lejos.
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¡Somos vecinos!
Teen FictionOdiar a alguien cuando solo tienes que verlo unas horas al día en el colegio nunca supuso un problema para Rodrigo, al fin y al cabo nunca volvería a ver al imbécil de Federico después de su promoción. Sin embargo, el destino tiene otros planes para...