Odiar a alguien cuando solo tienes que verlo unas horas al día en el colegio nunca supuso un problema para Rodrigo, al fin y al cabo nunca volvería a ver al imbécil de Federico después de su promoción. Sin embargo, el destino tiene otros planes para...
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A la salida Alexis estaba encima suyo rogándole que lo perdone.
Ja.
Como si eso fuera posible después de lo que hizo, y no es que lo hubiera dejado mal parado, no, sino que leyó algo que Federico pensó estaba diciéndole a él, no a Alexis. Ahora en el peor de los casos -y a pesar del último mensaje- lo más grave que pudiera suceder era que Federico pensara que él siempre le enseñaba sus conversaciones a Alexis y lo dejara responder por él, que no sería mentira, pero tampoco verdad ¡No le enseñaba todo!
—Ay... Vamos, Rodrigo no seas tan dramático —le pidió su mejor amigo por enésima vez cuando llegaron a la salida— Te apuesto que a míster confianza no le afecto en nada lo que hice.
—Ese no es el caso.
—¿Entonces cuál es?
—Que no debiste hacerlo —repitió— Esos pensamientos y palabras eran de él para mí, no para ti.
—Lo sé y lo siento —se disculpó deteniéndolo para que estuvieran frente a frente— No lo hice de imbécil —Rodrigo le dio la mirada de "No te creo", por lo que Alexis se corrigió— OK, no tan imbécil. No sabía que él diría eso.
Cierto.
—Ándale, perdóname —su mejor amigo puso su cara de niño bueno haciendo un mohín— Yo de donde iba a saber que Federico era tan cursi —le dijo y por alguna extraña razón sintió su rostro calentarse— Anda, perdóname, juro no volver a hacerlo.
—¿De verdad?
—Juro no volver a hacerlo a menos que la situación lo amerite —agregó y Rodrigo suspiro sabiendo que la primera promesa era demasiado buena para ser verdad— ¿Me perdonas?
—Sí —suspiró porque era Alexis y su amigo a veces tenía un cable suelto.
—Gracias —le dijo— Te apuesto lo que quieras a que Federico se hubiera molestado más por tu reacción que por lo que hice.
Lo dudaba, pero estaba re conociendo a Federico y lo que le mostraba inclinaba la balanza a favor de Alexis; sin embargo, uno nunca sabía, porque como su mejor amigo tan elocuentemente había señalado, Federico era míster confianza, así que, no creía que le afecte el si se molestaba o no.
—¿Qué reacción de Rodrigo? —preguntó el protagonista de su conversación acercándose a ellos con Rafael— Hola. ¿Todo bien?
—Magnífico —respondió Alexis por él— De hecho, aquí mi mejor amigo —dijo haciendo énfasis en su relación—, me decía que lamenta irse solo a su casa.
—¿Qué?
—Sí —afirmó pellizcándolo.
—Oye —se quejó viendo como Federico observaba de uno al otro con una ceja arqueada.
