d i e z

9K 715 52
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.






















Me quedé apoyada en el marco de la puerta observando a mi hermano en su stream.

—¿Puedes configurar el idioma de mi computadora?

—Claro.

Camine detrás de Lenay dejando que me guiará hacia su computadora.

—Papi no, papá. Y ahí va la mamá.... Y la hija.

Reí saludando con mi mano a su cámara causando su risa, llegue a la computadora de mi cuñada configurando el idioma para que pudiera estar más cómoda.

—Ya quedo, suerte hoy.

Abandone esa sala para subir a la cocina a prepararme algo pues tenía bastante hambre y cero ganas de salir.

Expandí un poco de mermelada en el pan para después darle una mordida mientras preparaba un café.

Alce mi vista al reconocer aquella risa, rodé mis ojos tratando de ignorar su presencia para continuar con mi pequeño desayuno.

—Yo quiero.

—Preparalo—dije sonriendo a lo que la mexicana junto sus manos en forma de suplica—No.

—No seas así, a ti te sale bien.

—Es un simple pan, haztelo tu Samantha.

—Tu lo haces con amor—siguió comenzando a caminar detrás de mi—¡A huevo, gracias!

La ignore entregándole su pan acompañada de una taza de café bien cargado. No pude evitar sonreír al ver su rostro al darle el primer trago a su café.

—Si lo hiciste con amor—susurro sin poder soltar la taza.

—¿Donde dejaste a tu novio?

—Quiso quedarse en México.

—Y por eso me estas chingando la madre ¿Verdad?—pregunté lavando mis platos logrando escuchar su risa—Solo porque has marcado distancia... ¿Quieres ir a cenar?

—Si quiero.

—Pero se sincera... ¿No hay problema?—susurre apoyándome del marco de la puerta para poder verla.

—Para nada, lo prometo.

Asentí lista para por fin salir de ahí, subí a mi habitación para poder tomar una ducha y volver a bajar a la especie de sala que tenia mi hermano.

Por lo que había visto, mi cuñada había sido la primera en perder por no entenderle al juego. 

Al bajar, ambos ya habian apagado stream pues el primer día de los squid games había finalizado. Me senté en el sofá mirando un rato mi celular mientras oía a la pareja discutir a donde querían ir a comer.

—¿No encuentran lugar para ir a comer?—pregunto Rivers entrando a la sala ¿Nunca se iba?—Yo conozco algunos lugares.

—¿Estas cómoda con eso?—pregunto Germán levantándose de su silla.

—Comida es comida—murmure tomando mi bolso para sacar mi vape—Vamos.

Salimos de aquella casa comenzando a seguir a la mexicana quien nos guiaba por las calles señalando varios restaurantes.

Camine detrás de ellos escuchando como entablaban una conversación, sonreí levemente al ver que hablaban como si se conocieran de años.

Tal vez en otra vida.

—Ya tengo que regresar a Monterrey, a veces vengo a Madrid para ver a mi equipo de fútbol.

—¿Lograste tener tu propio equipo de fútbol?—pregunté mientras el humo se escapaba de mi boca—Tal como querías.

—¿Desde cuando empezaste con eso?—pregunto señalando el vape.

—¿Quieres la verdad o la mentira?—murmure acomodando mi cabello—¿Tu desde cuando no dejas de planchar tu cabello?

Sonreí al ver que no respondía y continuaba platicando con mi hermano, nos adentramos por fin a un restaurante para poder comer al fin.

No se veía muy caro y se veía decente.

Me disculpe levantándome de mi lugar para responder la llamada de mi amigo.

—¿Que paso, Valdo?

—¿Estas ocupada, culo?

—Vine a comer con mi hermano, Lenay y Rivers ¿Por?

—¿Con rivers?—pregunto algo incredulo, si, ni yo lo creía.

—Si, se ofreció a enseñarnos lugares—murmure observando de lejos a estos tres reír.

Traidores.

—Cuando regreses a tu casa hagamos stream juntos ¿Puedes?

—Sabes que si, Valdo. Me tengo que ir.

—¡Disfruten su comida de familia!

—¡Osvaldo!














Febrero, 2018


Colgué la videollamada con mi hermano justo a tiempo pues mi novia ya estaba llegando al departamento.

Sonreí sintiendo sus labios sobre mi mejilla, se alejo de mi para poder dejar la caja de pizza sobre la mesa.

—¿Cuando me presentaras a tu familia?

—Cuando se pueda, sabes que viven en otro país—explique entregándole dos vasos para que sirviera nuestro refresco.

—A veces quisiera tener un restaurante—murmuró entregandome mi vaso—¿Ni a tu hermano?

—Créeme, a mi hermano si lo conoces—susurre acomodando su cabello—Me gustan tus rizos.

—Me lo dices siempre.

—Es que me gusta todo de ti.

We  || RiversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora