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AITANA
Llega septiembre y con el dos cosas mas, primero que se avecina el final de las vacaciones y segundo que también el cumpleaños de los mellizos se avecina.
Hemos decidido junto a Sebas celebrarles el cumpleaños en la casa de verano e invitar tanto a su familia como a la mía de sorpresa. Desde hace casi dos años que no los juntamos y bueno, ya es hora de empezar a avanzar.
Las primera en llegar fue Danna con Maria, y es que ellas siempre han sido mas puntuales que mi familia.
Ahora mismo estamos las tres desayunando en la terraza de casa disfrutando los minutos de relajo ya que Teo aun no despierta y los chicos tampoco.
— Siempre me gusto esta casa. — dijo Danna cerrando los ojos y disfrutando de los rayos de sol.
— Bueno tu hermano te ha ganado al comprarla querida. — dijo Maria.
— Como siempre, el gana... — dije yo y las tres reímos.
— Me da mucho gusto volver a verte Aitana. — me dice Maria con una sonrisa en su rostro.
— Siempre supe que volverían. — dijo Danna y yo le quede mirando extrañada.
— No hemos vuelto Danni...
Dije eso y tanto Danna como Maria se miraron extrañadas.
— ¿Sebas os ha dicho que si? — dije confundida.
— No, pero como están mas "amistosos" entre ustedes, pues...
— Ya nos odiamos casi dos años, era hora de dar tregua. — dije yo.
— Buenos días. — dijo Sebas apareciendo con Mateo en sus brazos.
— Como esta mi nieto favorito. — dijo Maria como la típica abuela tierna abriendo sus brazos para coger a Mateo.
Sebas le entrego a nuestro hijo a su madre y luego se sentó en el lugar que antes estaba Maria ya que ella ahora se había ido a la piscina a mojarse los pies con Mateo.
— ¿Tu acostumbras a andar por ahí sin camiseta? — le dijo Danna a Sebas.
— Te recuerdo que es mi casa. — dijo el en respuesta enfadando un poco a danna.
