Capitulo 5

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Coriolanus no había recibido nunca una reprimenda oficial de ningún tipo, nada que emborronara su historial impoluto.

–Pero… –empezó a protestar.

–Largo de aquí, si no quieres recibir otro castigo por insubordinación
–lo atajó el decano Highbottom.

No había lugar a segundas lecturas en sus palabras, ni la menor posibilidad de negociación.

Coriolanus obedeció.

¿De verdad acababa de amenazarlo el decano Highbottom con una
expulsión?

Coriolanus salió de la Academia preocupado, pero ser el centro de
atención le calmó los nervios. La atención de sus compañeros de estudios en los pasillos. El estaba por salir de la Academia cuando se encontro con Clemencia hablando con Lysístrata y Festus la cual no duró un ni un poquito en lazarce a sus brazos.

– Vámonos Festus es mejor dejarlos solos – Dijo Lysístrata al chico a su lado el cual asíntio y ambos se marcharon.

– Te volviste loco o que ¿Cómo se te ocurre meterte en esa jaula? – exclamó Clemencia molesta separándose.

– No fue nada grave, ves no me pasó absolutamente nada – dijo Corionalius tratando de sonar normal, sin contar el incidente con el tributo que su novia es mentora.

– Pero pusieron a verte matado, tuvieron oportunidad – siguió Clemencia terca.

– Afortunadamente no fue así – la pelinegra se cruzó de frascos molesta y el solo le tomo de la mano y la hizo que la siguiera hasta los escalones de la entrada – Ya quita esa cara, si y mejor vamos por un lado.

– Está bien – accedió Clemencia.

La pareja camino a la heladería cerca de la Academia la cual una pareja de ancianos la dirijiera. Era como una cafetera te vendía postres, pero también tenía bebidas y comidas ya que muchos alumnos que se quedaban en los dormitorios de la Academia iban a pasar el rato ahí o simplemente parejas, grupos de amigos.

–Pero si es mi pareja favorita – exclamó la dueña de la tienda Flora cuando los vio entrar.

Ella y su esposo Helio tenían la cafetería perfecta, era cálida y se sentía el ambiente familiar. También si no tenías con alguien con quién hablar ellos te escuchaban y daban consejos. Coriolanus iba demasiado también porque los consejos de Helio eran buenos y había cosas que Benjamin no tenía que saber acerca de su relación con Clemencia. Y si a los chicos de la Academia les gustaba ir tanto.

– Yo quiero una ensalada y un agua de frutos rojos y una tarta de arándanos con malteada de fresa.

–¿Cómo sabías que iba a pedir eso? – dice Clemencia.

– Porque es tu favorito y siempre lo pides.

Flora soltó un suspiro – Sin duda son la pareja perfecta.

Después de que les trajeran su comida Clemencia y Corionalius comieron en silencio su comida y luego estuvieron hablando.

–¿Por qué demonios te metistes a esa jaula? Te volviste loco o que pudieron matarte – exclamó Clemencia exagerando las cosas.

-– Yo enserio no sabía lo que hacía y cuando me di cuenta ya fue tarde  –  dijo Corionalius rascándose la túnica.

– Eso imagino ¿pero enserio? –  pregunto ella – No sé te ocurra hacerlo de nuevo.

–  No pesaba hacerlo, demasiada aventura para mí – aseguro el chico con una sonrisa.

– Primero que nada más importante tenemos que elegir una fecha para la boda, madre ya me está presionando – dijo Clemencia poniendo los ojos en blanco – Estuve pensando en varias opciones.

Veneno [Corionalius Snow Y Lucy Gray Bair]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora