PRÓLOGO 1

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Hace 13 años...

Kayla

Ya era mayor, por fin había cumplido 5 años y 5 años ya eran muchos.

Mi mamá y mi papá me habían organizado la mejor fiesta del mundo, toda la casa estaba adornada con globos azules y morados de color pastel y una guirnalda muy bonita de los mismos colores que rodeaba todo el salon, hasta la tarta tenía esos colores y en el medio de esta habia un gran 5 plateado.

Habían invitado a todos, hasta mis abuelos habían venido desde Washington para verme y pocas veces venían hasta San Diego, lo bueno era que al lado nuestro se habían mudado unos nuevos vecinos y mamá los había invitado, al parecer mis papás se llevaban bastante bien con ellos, además de también llevarse muy bien con los padres de Keyla y Jane, mis mejores amigas desde que tengo memoria.

Y lo mejor de todo esto era que tenían dos hijos, Nash y Kyle, mamá me los había presentado nada más llegar.

Kyle, que era el rubio, se había integrado en nuestro grupo muy bien, pero Nash, que era el moreno, estaba sentado en un rincón lejos de todos con una bolsa de maltesers

Decidí acercarme a el y me aleje de los demás cuando estaba más cerca su cabeza se levantó y me miro con sus ojos, que eran verdes.

— Hola — Le saludé, pero no me respondió, aún así no me di por vencida y me senté a su lado.

— ¿No hablas? — Le pregunté después de haber estado sentada a su lado un rato — ¿Te ha comido la lengua el gato? — El negó con la cabeza, bueno no había hablado pero por lo menos me había escuchado.

— ¿Me das uno? — Le pregunté cuando vi que se metió un malteser en la boca, el me lo dio y yo me lo metí en la boca.

— Gracias — El me miro y sonrió — De nada — Me dijo.

— Por fin has hablado — Le dije muy feliz — ¿Cuantos años tienes? — Le pregunte después de un rato.

— Tengo 5 años, pero dentro de 3 meses cumplo 6.

— ¿Vendrás a mi cole? — Le pregunté.

— Si no voy, convenceré a mi madre para ir — Me dijo con una sonrisa.

— ¿Quieres ser mi mejor amigo? — Le pregunté, el asintió.

— ¿Pero para siempre no? — Me pregunto.

— Para siempre, para toda la vida — Le jure.

— Es una promesa — Me dijo, pero no me pregunto, lo afirmó y tenía razón. Era una promesa.

#Prologo 2

Hace 6 años...

Kayla

— No me puedo creer que hayas venido hasta aquí solo para decirme que deje mi ventana abierta. — Dije a Nash cruzándome de brazos en el marco de la puerta principal de mi casa.

— Bueno tampoco es para tanto, vivo a literalmente 10 metros de tu casa, por si no lo sabias — Me dijo con sarcasmo y yo le golpee en el brazo — No se te olvide lo de la ventana — Me volvio a recordar.

— Que si pesado — Le dije con cansancio mientras cerraba la puerta y el se alejaba.

Mañana iba a ser mi cumpleaños y me había dicho que me tenía una sorpresa.

Me giré y me encontré con mi madre mirándome con una sonrisa y en brazos tenía a mi hermano Cam, de 3 años.

— ¿Era Nash no? — Me pregunto con una sonrisa y yo puse los ojos en blanco, la mano libre se la llevó a la boca, apretó los labios e hizo como si cerrara la boca con una cremallera y se fue al salón.

Nuestra rivalidad perfecta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora