CAPITULO 24

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Nash.

Empezó a tocarme el brazo de arriba hacia abajo lentamente, su boca se acercó a mi cuello y yo me mordí el labio inferior.

-Hueles muy bien- Me dijo y se rió. Me mordió el lóbulo de la oreja.

Gemi.

-Kayla, para- La advertí, no me podía concentrar.

-¿Y si no paro que?- Me beso en el cuello.

-Vamos a tener un accidente- Dije.

-Pues para el coche- Me susurro con un tono seductor, cuando vi que se iba a quitar el cinturón la detuve.

-No- Dije firme y ella estuvo su movimiento. -Te voy a llevar a casa.- Le dije.

-No, a mi casa no, mis padres no saben que salí, porfa.- Me pidió y sacudió mi brazo como si fuera una niña pequeña.

-Esta bien- Suspiré - Te llevo a mi casa- Ella sonrió y asintió.

Cuando llegamos lo primero que hice fue cogerla en brazos porque casi ni podía subir las escaleras y las subi con ella, se rio y yo le tape la boca, todos estarían ya dormidos.

La metí en mi cuarto y la dejé en la cama y fue ahí donde me di cuenta del vestido ridículamente corto que llevaba negro y semitransparente con un escote bastante pronunciado.

-¿Te gusta lo que ves?- Me pregunto con un tono seductor después de que se quitara los tacones. -Lo podrías haber tenido antes y no has querido- Se sentó en mi cama enfurruñada.

Me metí en el baño y me puse unos pantalones.

Ella me esperaba sentada con una sonrisa en su cara.

-Nos vamos a ir a dormir- Le mencioné sabiendo en lo que estaba pensando.

-Que aguafiestas, al final me voy a buscar a otro- Aunque me lo dijo de broma, me molesto y mucho.

-No digas eso ni de broma- Le advertí enfadado.

-Me gustas cuando te pones celoso- Coloco mi mano en su muslo y trato de subirla hacia arriba, no me iba a aprovechar de ella, no lo iba a hacer con ella ahora.

-Kayla estás borracha, no vamos a hacer nada- La expliqué aunque aún seguía con mi mano en su muslo, su piel era suave, era incapaz de retirarla.

-No estoy tan borracha se lo que quiero y quiero esto- Coloco mi mano más arriba casi directamente en muslo interno.

-No vamos a follar- Le dije muy seguro pero mi polla no pensaba lo mismo, lo único que pensaba era en enterrarme en ella y en...

-Ya pues otra parte de tu cuerpo no piensa igual- Miro hacia mi miembro.

La coloque encima de mi, a horacajadas y el vestido al ser corto se le subió hasta casi la cintura, quedó en bragas delante de mi.

-Ves, no era tan dificil- Me beso y yo la correspondí obviamente, y de una forma salvaje, no cariñosa, la cogí del pelo y la atraje más a mi, ella pegó su cuerpo al mío y solo se separó para quitarse el vestido y volver a besarme, gimió cuando le mordí el labio, mi lengua y la suya no tardaron en encontrarse, me encantaba sentirla encima de mi, encajaría perfectamente con ella.

Me separé de ella y la miré sin el vestido solo con la ropa interior, era perfecta, nunca había visto algo tan bonito en toda mi vida.

-Eres preciosa- Le dije y la volví a besar.

Mis manos bajaron hasta sus pechos, los tantee con el sujetador puesto todavía y llevé mis manos al cierre del sujetador, lo desabroché y se lo quité para luego tirarlo por alguna parte de mi habitación.

Nuestra rivalidad perfecta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora