CAPITULO 21

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Kayla

- ¿Que cojones quieres? - Nash tenía un tono de voz frío y sombrío, nunca lo había oído tan enfadado en toda mi vida.

- Mira no voy a volver en toda mi vida a tu puta casa ¿Entiendes eso? - ¿Con quien estaría hablando? - Ese verano fue el peor de mi vida os odio a todos los que vivís en esa casa - ¿Fue el verano que se fue a casa de su abuelo? ¿Le pasó algo malo y por eso no volvió a hablarme? ¿Que pasó? - Mira no quiero volver a verte a ti u oírte. - De verdad sonaba enfadado y apretaba los dientes lo podía notar en su voz. - Me da igual lo que opines de mi, pedazo de mierda - Dios mío - Olvidame.

¿Sabéis ese dicho que dice que "la curiosidad mató al gato"? Pues eso me iba a pasar a mí y lo supe en el instante en el que Nash abrió la puerta de su habitacion

Primero se quedó mirándome sorprendido, luego parecía enfadado, muy enfadado y lo segundo que supe era que en un instante pase de estar en el pasillo a estar dentro de su habitación y empotrada contra la puerta de su habitacion y el me agarró de los hombros presionándome, solté un grito.

Al principio me asusté, me asusté y mucho.

- ¿Que has oído? - Me pregunto enfadado yo estaba prácticamente jadeando, nunca le había visto tan enfadado - Dímelo joder - Una de sus manos se coloco a un lado de mi cara, me sentia como un cordero siendo acorralado por un depredador y que en cualquier iba a ser comido.

- No he oído nada - Dije enfadada y me sacudía para escaparme de su agarre- Justo cuando he llegado has abierto la puerta lo... - Ni siquiera me dejó terminar.

- No me mientas, cariño, ni se te ocurra mentirme, porque lo odio. - ¿Porque sonaba como si estuviera a punto de matarme?

- Ni siquiera me dejas terminar, lo único que he oido ha sido olvidame. - Le intenté convencer.

- ¿De verdad solo has oído eso? - Parecía más relajado yo asentí con la cabeza frenéticamente desesperada porque me soltará.

- No te creo - Me dijo mirándome con desconfianza.

- ¿Porque? - Le pregunte.

- Porque siempre has sido muy curiosa - Contestó, por lo menos ya no parece tan enfadado.

- No he oído nada - Le volví a decir.

- ¿Sabes? Da igual, nunca vas a saber con quién he hablado - En vez de mirarme a mí, miro mi pelo y tomo un mechón entre sus dedos y lo toco.

- Nash - Ni siquiera sabía que decirle, ¿Que me estaba pasando? Soltó mi pelo y se retiro de mi, por fin sentía que respiraba y me acordé por fin de para que había venido aquí. - ¿Le dijiste a Marc que estábamos juntos? - Le pregunté con los brazos en jarras

- Si - Me contesto mientras miraba su teléfono.

- ¿Porque? - No me podía creer que me lo hubiera dicho como si fuera verdad

- ¿Porque que? - Me miro esta vez a mi.

- ¿Porque has hecho eso? - Le pregunté.

- Me lo agradecerás al fin y al cabo ¿En qué te iba a beneficiar ese tío? En nada - Me contesto.

- ¿Porque le has dicho que estábamos juntos? - Me quedaba muy poca paciencia y el la estaba agotando.

- ¿Que más da? - Me pregunto enfadado.

- A mi no me da igual y más cuando tú has dicho está mañana que tú y yo nunca vamos a ser nada. - Solté, estaba siendo un capullo conmigo como cuando teníamos 15 años y le contaba cosas de mi a los chicos, solo que está vez se había pasado de nuevo, igualmente creo que no debería haberse lo dicho así, como si estuviera resentida.

Nuestra rivalidad perfecta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora