Kayla
- ¿Que cojones quieres? - Nash tenía un tono de voz frío y sombrío, nunca lo había oído tan enfadado en toda mi vida.
- Mira no voy a volver en toda mi vida a tu puta casa ¿Entiendes eso? - ¿Con quien estaría hablando? - Ese verano fue el peor de mi vida os odio a todos los que vivís en esa casa - ¿Fue el verano que se fue a casa de su abuelo? ¿Le pasó algo malo y por eso no volvió a hablarme? ¿Que pasó? - Mira no quiero volver a verte a ti u oírte. - De verdad sonaba enfadado y apretaba los dientes lo podía notar en su voz. - Me da igual lo que opines de mi, pedazo de mierda - Dios mío - Olvidame.
¿Sabéis ese dicho que dice que "la curiosidad mató al gato"? Pues eso me iba a pasar a mí y lo supe en el instante en el que Nash abrió la puerta de su habitacion
Primero se quedó mirándome sorprendido, luego parecía enfadado, muy enfadado y lo segundo que supe era que en un instante pase de estar en el pasillo a estar dentro de su habitación y empotrada contra la puerta de su habitacion y el me agarró de los hombros presionándome, solté un grito.
Al principio me asusté, me asusté y mucho.
- ¿Que has oído? - Me pregunto enfadado yo estaba prácticamente jadeando, nunca le había visto tan enfadado - Dímelo joder - Una de sus manos se coloco a un lado de mi cara, me sentia como un cordero siendo acorralado por un depredador y que en cualquier iba a ser comido.
- No he oído nada - Dije enfadada y me sacudía para escaparme de su agarre- Justo cuando he llegado has abierto la puerta lo... - Ni siquiera me dejó terminar.
- No me mientas, cariño, ni se te ocurra mentirme, porque lo odio. - ¿Porque sonaba como si estuviera a punto de matarme?
- Ni siquiera me dejas terminar, lo único que he oido ha sido olvidame. - Le intenté convencer.
- ¿De verdad solo has oído eso? - Parecía más relajado yo asentí con la cabeza frenéticamente desesperada porque me soltará.
- No te creo - Me dijo mirándome con desconfianza.
- ¿Porque? - Le pregunte.
- Porque siempre has sido muy curiosa - Contestó, por lo menos ya no parece tan enfadado.
- No he oído nada - Le volví a decir.
- ¿Sabes? Da igual, nunca vas a saber con quién he hablado - En vez de mirarme a mí, miro mi pelo y tomo un mechón entre sus dedos y lo toco.
- Nash - Ni siquiera sabía que decirle, ¿Que me estaba pasando? Soltó mi pelo y se retiro de mi, por fin sentía que respiraba y me acordé por fin de para que había venido aquí. - ¿Le dijiste a Marc que estábamos juntos? - Le pregunté con los brazos en jarras
- Si - Me contesto mientras miraba su teléfono.
- ¿Porque? - No me podía creer que me lo hubiera dicho como si fuera verdad
- ¿Porque que? - Me miro esta vez a mi.
- ¿Porque has hecho eso? - Le pregunté.
- Me lo agradecerás al fin y al cabo ¿En qué te iba a beneficiar ese tío? En nada - Me contesto.
- ¿Porque le has dicho que estábamos juntos? - Me quedaba muy poca paciencia y el la estaba agotando.
- ¿Que más da? - Me pregunto enfadado.
- A mi no me da igual y más cuando tú has dicho está mañana que tú y yo nunca vamos a ser nada. - Solté, estaba siendo un capullo conmigo como cuando teníamos 15 años y le contaba cosas de mi a los chicos, solo que está vez se había pasado de nuevo, igualmente creo que no debería haberse lo dicho así, como si estuviera resentida.
ESTÁS LEYENDO
Nuestra rivalidad perfecta
RomansaKayla y Nash siempre fueron mejores amigos y siempre lo iban a ser, o al menos esa era la promesa, por un beso se distanciaron, por un beso se empezaron a odiar, por un beso se molestaban el uno al otro y por un beso Nash se fue a un internado, pero...