CAPITULO 32

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Kayla.

Hoy era 20 de diciembre, eran las 11:45 de la mañana, Jane y yo nos habíamos escapado en el recreo para ir al ginecologo y se veía muy nerviosa cada vez que la miraba.

Esta mañana no había comido nada, solo había estado con Liam en el recreo, habían hablado hace una semana e iban a tenerlo, sin importar lo que dijeran sus padres y ella mientras sea feliz yo también lo voy a ser.

—¿Quieres que te lleve la mochila? —La pregunté al ver que se tocaba la barriga.

—No, no te preocupes —Dijo con una sonrisa. —Además ya estamos llegando.

Después de 3 minutos o así caminando llegamos al hospital.

Hicimos cola en al recepción, la gente que estaba allí nos miraba, delante nuestro habían dos ancianas y una mujer con una niña.

Cuando llegó nuestro turno, Jane busco un papel en la mochila y se lo dio a la recepcionista

—La ginecóloga esta en el piso tres —Las personas mayores nos miraban y murmuraban, Jane ni siquiera los miro, pero cuando pasamos por el pasillo para ir a las escaleras oímos a dos señoras mayores.

—Madre mía, no tendrán más de 18 años. —Dijo la que parecía más joven.

—Dios nos salve, estas niñas cada día empiezan antes —Jane ni siquiera las miro.

—Ignoralas —Ella asintió conlos labios apretados.

Cuando llegamos a la sala de espera, había solo dos parejas, una de unos veintipico y otra de unos treinta o así.

—¿A la gente que le importa si estoy embarazada? —Me pregunto y suspiró.

—Tia, ignoralas.

Rebusque en mi mochila y encontré el paquete de galletas.

—Come algo —Se lo tendí y ella negó con la cabeza.

—No, me encuentro fatal, si es que me dan ganas de vomitar solo de pensar en comida —Me dijo.

—Ve al baño si quieres —Ella negó.

Primero llamaron a la pareja más mayor y después a la más joven y al final llamaron a Jane a las 12:20.

—¿Bueno como te encuentras Jane? —Dijo la ginecóloga mientras se ponía los guantes.

—Mal, me duele mucho, casi no he podido desayunar nada estas dos semanas. —Dijo mientras se tumbaba en la camilla.

—¿Te duele más por la mañana o por la tarde? —Le preguntó.

—Por la mañana, sin duda —Dijo rápidamente.

—No te preocupes, es normal las primeras semanas o en el primer  trimestre, son las llamadas náuseas matutinas. —Me acerco un taburete para que pudiera sentarme. —Puedes sentarte —Se dirigio hacia a mi con una sonrisa —¿Entonces no has desayunado nada? —La preguntó.

—Si, pero lo vomito — La explico.

—Levántate la camiseta —Dijo mientras encendía la pantalla y se acercaba con el gel.

Se lo echo en la barriga y lo empezó a extender con una máquina y en la pantalla empezaron a aparecer cosas grises.

—Estos dos círculos son los ovarios y entre ellos esta cosita pequeñita es el bebe —Nos señaló y llegamos a ver una cosita de forma ovalada.

—¿Puedo grabar? —Pregunté y la ginecóloga asintió.

Saque el móvil, abrí la cámara y le di al botón de grabar.

Nuestra rivalidad perfecta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora