CAPÍTULO 8

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Nash.

La había buscado por todos lados y no la había encontrado, en ningún lado, por más que siguiera buscándola, no la encontraba.

Había intentado buscar a Marc y lo había encontrado, pero estaba demasiado ebrio para responderme, menudo irresponsable, estoy seguro de que ahora mismo el no estaba en condiciones para que pudiera llevarla a ningún lado y ya era tarde.

Estaba preguntándome, porque la estaba buscando, porque me estaba preocupando por ella.

- Esto es una gilipollez - Me repetí a mi mismo por quinta vez mientras la seguía buscando, pero que pasaría si sus padres se levantaran y no dieran con ella en su cama, además ella no podría volver, ni de coña Marc podría llevarla a su casa, ni tampoco yo le dejaría.

Seguí buscándola, pero no di con su paradero, hasta que por fin la vi, estaba sentada en la arena con una chica rubia conversando, que yo no conocía de nada, me acerque a ella y cuando la chica me vio se fue hacia su grupo de amigas, era inteligente, Kayla al ver que se alejo se dio la vuelta y me vio.

- ¿Que haces aquí? - Me pregunto me pregunto mientras rondaba los ojos.

- Te he estado buscando por todos lados, vámonos - La cogí directamente de la mano pero ella se soltó de mi rápidamente, yo la miré extrañado

- ¿Quien te crees que eres eh? - Me pregunto ofendida - Yo me voy a ir con Marc, que para eso ha sido el quién me ha traído.

Yo me reí, me encantaría ver, como Marc la lleva a su casa, el no podia llevarla y menos en su estado.

- Escúchame, Kayla - Dije casi riéndome, ella me miro confundida - No creo que Marc te pueda llevar - Le dije.

- ¿Ah si? ¿Y eso porque? ¿Porque tú lo digas? - Me dijo bastante indignada.

- Cariño, Marc está borracho, no creo que te pueda llevar - Le dije con burla - A menos de que quieras llamar a tus padres y despertarlos y decirles que su niña está en una fiesta después de haber ido a una pelea clandestina. - La miré y ella me miro con los ojos entrecerrados.

- ¿Y tú cómo vas a explicar que hacías aquí? - Me dijo con una sonrisa falsa.

- Ya me inventaré algo - Le dije.

Ella miró hacia otro lado fastidiada y chasqueó la lengua.

- No tengo otra opción ¿No? - Me dijo y me encogi de hombros y le sonreí.

- ¿Te vienes o no? No tengo tiempo - Le dije en un tono molesto.

- Si - Dijo simplemente.

- Pues venga sígueme - Se lo dije solo para molestarla y lo conseguí, pues ella soltó un bufido.

Empezé a caminar y ella empezó andar rápidamente para poder seguirme el paso.

- Podrías ir un poco mas despacio ¿No? - Me dijo con sarcasmo.

Ignore su comentario y pronto llegamos al coche, abrí y ella se sentó en el asiento del copiloto, de repente su olor lleno el coche y por algún motivo me enfade.

- ¿Podrías no acelerar tanto? - Me pregunto.

- Llevas hace rato dándome órdenes, quiero llegar a casa cuanto antes. - Le dije y ella cruzó los brazos dejando ver un poco más sus pechos, aparte la mirada rápidamente.

- ¿Porque has ido a buscarme? - Me pregunto.

- ¿Que tanto quieres saber? - Le pregunte. - Si te he buscado es para luego no meterme en un lío y ya está.

Nuestra rivalidad perfecta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora