Kayla
No me di cuenta de lo que había hecho hasta después de hacerlo.
Lo había abofeteado.
Había abofeteado a Kyle.
Su cara se había casi dado la vuelta hacia el otro lado y estaba sorprendida, aunque Kyle lo pareció más.
Tenía lágrimas en mis ojos y parpadeaba para que no salieran.
Había golpeado a una de las personas a las que más quería, pero se lo merecía.
No me podía hablar así, no tenía ningún derecho.
Nunca me había dicho eso y me había dolido mucho, si hubiera venido de otra persona, no me hubiera importado tanto, de hecho lo habría ignorado pero que me lo dijera alguien con quien me llevaba tan bien y le conocía desde muy pequeña.
—¿Que ha pasado? —Pregunto Nash.
Ni siquiera me había dado cuenta de que estaba aquí.
¿Hace cuanto estaba aquí?
¿Lo había escuchado todo?
Espero de verdad que no, porque no se lo iba a decir.
—¿Que ha pasado Kayla? —Me movió el hombro, al ver que no contestaba le pregunto a Kyle —¿Que ha ocurrido? —Kyle ni siquiera le miraba solo miraba hacia abajo avergonzado.
—Yo... —Parecía que Kyle también estaba a punto de llorar, levantó la mirada y me miro, negó con la cabeza, se dio media vuelta y se fue.
—¿Que ha pasado cariño? —Me pregunto.
—Nada —Murmure.
—Estas casi llorando —Me miro fijamente —¿Que te ha dicho? —Sonó enfadado.
—Nash, no pasa nada —Le dije y las lágrimas iban desapareciendo.
—Si te ha hecho te juro que... —Yo le corte.
—Ya, Nash, es una bobada —Le abraze y el me atrajo hacia el.
—No me lo vas a contar ¿Verdad? —Me dijo.
—Nash, es una tontería —Le asegure.
—¿Te ha ha hecho daño? —Me examinó los brazos y yo negué con la cabeza.
—En serio, no pasa nada, hemos peleado pero ya está, no hay nada más, ni me ha hecho daño, ni tampoco me ha pegado. —Le asegure.
—¿Y porque habéis peleado? —Me pregunto mientras ne acariciaba la mejilla.
—Te vio saliendo de mi cuarto ayer por la noche —Le conté.
—¿Te llevo al instituto? —Mire el reloj ya era tarde para ir a pie, yo asentí sonriendo.
Cuando llegamos al instituto e iba a salir de su auto me detuvo cogiendome de la muñeca yo le mire extrañada.
—¿Seguro que estás bien? —Me pregunto preocupado, yo asentí —No has hablado en todo el camino de casa aqui —Yo no dije nada. —Si quieres podemos saltarnos el instituto y luego te ayudo a hacer un justificante falso se como hacerlo —Me guiño un ojo y eso me hizo sonreír.
—Estaré bien —Le asegure.
Nash por fin pareció convencerse a si mismo y me soltó para que saliera del coche.
—¿Te vas a quedar ahí? —Le pregunté desde fuera al ver que se quedaba ahí sentado.
—Vengo después del recreo he quedado con los chicos —Yo negué con la cabeza y suspire.
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Nuestra rivalidad perfecta
RomansaKayla y Nash siempre fueron mejores amigos y siempre lo iban a ser, o al menos esa era la promesa, por un beso se distanciaron, por un beso se empezaron a odiar, por un beso se molestaban el uno al otro y por un beso Nash se fue a un internado, pero...