CAPÍTULO 14

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Kayla.

Me levanté bastante pronto, a las 6:43 de la  mañana para ser más concreta, no podía dormir y no sabía porque.

Es que yo también era tonta tendría que haberme vuelto a dormir, para los pocos días que me quedan de vacaciones. Parecía mentira que se hubieran pasado tan rápido y ya estuviéramos en septiembre, parece que fue ayer cuando nos dieron las vacaciones, como me levanté tan pronto decidí aprovechar el día, me hice un moño con una pinza y empecé a recoger mi cuarto.

No quise hacer mucho ruido ya que mis padres todavía seguían dormidos y con ello, Cam también.

Cuando termine estaba segura de que mis padres ya se habían levantado, por lo que bajé a la cocina, cuando me vieron entrar se quedaron bastantes sorprendidos.

— ¿Ya estás levantada? — Me pregunto con el ceño fruncido.

Yo me limité a encoger los hombros.

— Me he levantado y no puedo dormir otra vez — Expliqué.

— Ya veo, siéntate — Dijo mi madre y ya sabía lo que quería decir con su "siéntate", estaba segura de que me iba a preguntar por Nash. La hice caso y me senté, mi padre levantó la mirada del periódico, que como todos los días lo leía.

— Y cuéntame ¿Que tal? — Sabía que me preguntaría.

Me encogí de hombros.

— ¿No me vas a decir nada?

— Mamá no se qué quieres que te diga, no pasó nada, casi no hablamos y te digo porque, porque no nos llevamos bien. — Me levanté y ni siquiera me moleste en desayunar nada.

— No hace falta que te pongas así — Me dijo dejando el trapo con más fuerza de la normal en la encimera y me miro, me gire y me quedé de pie en medio de la puerta.

Mi padre como siempre no dijo nada, solo se limitó a a mirar cómo peleábamos.

Después de unos segundos ella no dijo nada y yo tampoco asique subí a mi cuarto, lo bueno fue que mi estómago después de unas horas no se quejó.

Poco después me llegó un mensaje de las chicas para comprar el nuevo material para este curso y quedamos en la plaza a las 12 de la mañana, como ya eran las 11 decidí ir preparándome, me puse muy casual, unos pantalones cortos y un top, ya que aunque solo faltaba una semana para empezar el instituto, todavía hacía mucho calor.

Salí de casa e iba escribiendo a las chicas avisandolas de que ya me dirigía a la plaza.

Cuando llegue las vi a las dos, Jane estaba apoyada en una farola y Keyla estaba de pie justo en frente de ella, cuando me vieron levantaron la mano para saludarme y yo hice lo mismo.

— Por fin llegaste — Dijo Keyla mientras me abrazaba.

— ¿Hace mucho que estáis esperando? — Pregunté a Jane.

— Que va, ya sabes lo impaciente que es Keyla, solo llevamos esperándote 3 minutos.

— Haber primero vamos a Walmart, después a Claire's y después a la heladería de la esquina. — Dijo Keyla mientras empezábamos a ir al coche de Jane.

Cuando ya estábamos en el coche, Keyla se asomo entre los dos asientos y me miró.

— ¿Y que tal os fue en la cena de ayer? — Me pregunto, pero antes de que pudiera responderla, Jane se me adelantó.

— Siéntate bien, un día de estos nos van a poner una multa — Replicó.

— Vale, mamá — Se burló de Jane.

Nuestra rivalidad perfecta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora