CAPITULO 13

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Kayla

- ¿Que me puedo poner? - Me pregunté para mí misma, nos iríamos dentro de una hora y todavia no sabía que ponerme, genial.

Cuando era niña me encantaban estos acontecimientos, pero a medida que había ido creciendo ya no me parecían tan geniales, aunque en parte a lo mejor era por culpa de quién ya sabemos.

Hoy íbamos a cenar, ya que era domingo y era el último domingo en el que nos podríamos dormir pronto, siempre lo hacíamos a si todos los años, el sábado es la fiesta del chico ese, sería la última a la que iríamos las chicas y yo yo este verano, en realidad por una parte estaba nerviosa, yo no soy mucho de fiestas, prefería quedarme en casa y leer un buen libro.

Era como mejor me lo pasaba, pero iba a ir porque las chicas iban y querian ir y eso a mí no me molestaba, total que podría salir mal esta vez, Nash y los idiotas de sus amigos no irían, pues supongo que estarían en esa fiesta a la que me invitó hace cosa de una semana.

Todavía seguía pensando que me podría poner para hoy, tenia varias opciones un vestido negro corto que no era muy revelador, uno plateado que se ataba por la espalda y el cuello o por otra parte un vestido mucho más informal.

- Mama - Grite para llamarla, oí que alguien subía las escaleras y después de eso oí como abría la puerta de mi habitación.

- ¿Que te pasa? - Me pregunto.

- ¿Tu cual elegirías? - Le pregunté, ella se acercó a la cama que es donde los tenía expuestos.

- El negro, por supuesto - Me dijo muy decidida.

- Está bien, entonces me pondré ese - Dije - Gracias, mama - Dije cuando ya salía por la puerta.

Me lo puse y me mire en el espejo, no era por nada, pero me quedaba muy bien, cuando termine de mirarme me maquille, solo me puse un poco de labial con un toque de rojo, después me hice la raya del ojo y me puse el rímel, solo me puse un poco de colorete, pero no puse bronceador, este verano sí que había logrado mi meta de ponerme la piel bronceada y estaba orgullosa de eso, mi pelo castaña se veía genial.

Mis padres no tardaron en llamarme para irnos, cuando baje las escaleras me di cuenta de que ni papá, ni Cam estaban allí, solo estaban Nash, Kyle, mi madre y Lindy.

Nash estaba en su teléfono y Kyle simplemente me miro.

- Ya estamos todos - Dijo Lindy - Vámonos.

¿Nos íbamos a ir en el mismo coche?

Cuando íbamos a entrar en el coche Nash dejo el teléfono y se quedó mirandome sin ningún pudor.

Cuando entramos, yo iba en el medio de los tres asientos a mi derecha iba Kyle y a la izquierda Nash, cuando mi madre iba a empezar a arrancar, la detuve.

- Espera, todavía no me he puesto el cinturón - Dije.

- ¿Y a que esperas? - Me pregunto Nash en un tono cansado.

Vi como su madre le lanzaba una mirada con reproche a traves del espejo retrovisor.

- Esque no puedo ponermelo - Le conteste con un tono burlón, el susurro una palabrota, que no llegue a entender y si próximo movimiento me tomo por sorpresa, llevo una de sus manos a mi otra pierna, y busco el cinturón, yo intentaba apartarme para dejarle buscarlo, cuando por fin lo encontró y lo quiso abrochar son querer su mano rozo mi pierna y un escalofrío me recorrió toda la espalda.

El lo abrocho como si no hubiera pasado nada y otra vez saco su teléfono.

Su toque me habia afectado mucho más de lo que debería, aunque creo que era porque nunca ningún chico me había tocado hasta ese punto.

Nuestra rivalidad perfecta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora