Subí el gran tramo de escalones hasta llegar a un campo abierto cuyas barreras eran paredes hechas de rocas. Usualmente estaría sin aliento al llegar a la cima, pero el enojo me da más energía de lo normal. Y no fue hasta que encontré refugio de los rayos de sol debajo de un árbol que mi cabeza se enfrió.
Mi familia y yo tenemos una relación demasiado tensa considerando que vivimos bajo el mismo techo. Pero no siempre fue así.
Yo culpo a Demetrius y a su claro rechazo hacia mí.
Demetrius me culpa a mí y a mi "etapa de rebeldía".
Mi mamá nos culpa a nosotros dos por ser tan tercos y nunca haber hablado apropiadamente.
Y Maru nos culpa a todos nosotros por nunca haber hecho nada para evitar llegar a este punto.
Pero ella tampoco hizo mucho aparte de quedarse mirando en silencio.
Todos tuvimos la culpa en esto.
Pero ahora la aparente paz que hay en nuestro hogar fragmentado es un fino velo que se puede romper en cualquier momento. De hecho ya lo hizo. Y tardó mucho en volver a unir sus hilos, quedando así una gran costura.
Y fue mi culpa.
Por eso decidí alejarme. Sepultarme en ese oscuro sótano.
Para que ellas no vuelvan a llorar.
Por esta y otras razones me gusta que mi trabajo me absorba. Que ocupe todos mis pensamientos y así poder encerrarme en mi habitación junto al sonido constante del teclado y la escasa luz que emite mi monitor. Totalmente solo.
Puedo pasar horas trabajando en un proyecto sin tener noción del tiempo y eso me hace sentir como si desapareciera. Yo ya no estoy, pero eso no le impide al mundo seguir girando.
Eso me gusta. Me gusta tanto que a veces me asusta.
Si yo desapareciera ¿Importaría?
Es una pregunta que suele aparecer en mi cabeza en ocasiones, cuando mis deberes quedan en segundo plano y el silencio empieza a volverse pesado.
Y me da miedo saber la respuesta.
Por eso ahogo mis penas en videojuegos y nicotina.
Para permitirles a las personas de la superficie tener una familia feliz sin a una oveja negra que manche su perfecta foto familiar
Y lo acepto.
Pero hay veces en la que nuestros apartados mundos chocan entre sí, o para ser más preciso, mi mundo y el de él. Hace años, un solo comentario era suficiente para una inevitable pelea, pero creo que después de una constante guerra entre los dos, simplemente nos cansamos. Quedamos hartos el uno del otro y ya no queríamos gastar más saliva y paciencia en nuestra lucha por la razón.
Así que ahora, en nombre de la paz, nos declaramos en silencio como desconocidos que viven debajo del mismo techo.
Sin embargo, por más maduros y diplomáticos que quisiéramos actuar, ambos somos unos imbéciles, y tal y como en cualquier país, solo se necesitaba un pequeño desacuerdo para que estalle el conflicto.
El problema de hoy: Haber comido la última porción de helado en la nevera.
Nunca dije que nuestras discusiones tuvieran sentido.
Una cosa llevó a otra, y haciendo uso de la poca sensatez que tengo, decidí que lo mejor sería retirarme. Claro, no sin antes hacer una salida dramática azotando la puerta detrás mío.
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The Last Raindrop
FanfictionLo único que retiene a Sebastian a Pueblo Pelícano es su mamá y sus amigos. ¿Podrá la nueva granjera darle una razón más? Puedes encontrar este fanfiction también en mi cuenta de AO3 bajo el mismo nombre de usuario: JuneonDecember. <3 ~Portada hecha...