Mi ojos ardían y la espalda me estaba matando. Había estado todo el día creando mi nuevo programa cuya fecha límite se acercaba, y cuando se trata de mi trabajo u otra tarea importante suelo enfocar toda mi atención en eso hasta terminarlo.
Sin embargo, mi concentración suele verse afectada por la más mínima distracción.
En este caso, la nueva novela de fantasía que me llegó ayer.
No me arrepiento.
Con unos tecleos rápidos ingresé los últimos códigos del proyecto por ese día. Mañana continuaré. Me levanté de mi silla y me estiré tanto que parecía que quería tocar el techo. Los huesos de la espalda se me alinearon con múltiples crujidos y suspiré de satisfacción al bajar los brazos.
Todavía no tenía hambre, pero probablemente ya eran las 7 PM y no había almorzado por lo que decidí que sería mejor comer algo rápido para después salir a fumar un rato.
Fuí a la cocina y me encontré con Maru: ella se estaba sirviendo café y me ofreció un poco levantando la cafetera frente a ella. Yo asentí y tomé mi taza. Ella me observó recargada en la mesa mientras me servía.
—Pensé que no saldrías en todo el día —comentó ella.
—Me hubiera gustado… —tomé un sorbo—. ¿Qué hizo mamá de cenar?
—Estofado de setas —imitó mi acción con la taza.
—Ugh. Paso.
Abrí la nevera. Había mucha comida que había quedado sin terminar de anteriores cenas, pero una captó mi atención. Perfecto. Tomé la rebanada de pizza y la coloqué en el microondas.
—Podrías comer más sano, sabes —dijo ella con una mirada acusadora.
Le rodé los ojos en respuesta y Maru volvió a su habitación. Yo comí mi pizza, lavé mi plato y mi taza, para finalmente salir de mi casa.
El aire fresco de la montaña golpeó mi cara y sentí como si por fin pudiera respirar. Se podía ver el centro de Pueblo Pelícano a lo lejos, y un poco más a su derecha el Bosque Tizón. Mi mapa mental del lugar empezó a funcionar y, si mal no recordaba, la granja del viejo Johnson estaría por esa área. Mi estómago se revolvió. A ella parecía no importarle, pero por un momento hubo … desilusión en su rostro. Ojalá a ella simplemente no le guste perder y no sea otra cosa.
Inicié mi camino al lago mientras tomaba un cigarrillo de mi bolsillo y lo encendía. Su amargo aroma que flotaba a mi alrededor me relajaba, pero lo hacía aún más el azúl cristalino que empezaba a visualizar frente mío.
Paz. Eso era lo que sentía siempre que estaba aquí.
—Urhg, vamos.
Pero nunca dura.
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The Last Raindrop
FanfictionLo único que retiene a Sebastian a Pueblo Pelícano es su mamá y sus amigos. ¿Podrá la nueva granjera darle una razón más? Puedes encontrar este fanfiction también en mi cuenta de AO3 bajo el mismo nombre de usuario: JuneonDecember. <3 ~Portada hecha...