Angelina
Había terminado correspondiendo el abrazo de Samuel.
—¿Quieres hablar de lo que pasó?—Me preguntó, inclinando un poco su cabeza hasta dejarla sobre la mía. Ya había dejado de llorar pero no me había alejado de él y él tampoco parecía querer hacerlo.
Al tomar un poco de aire, se me escapó un pequeño sollozo.
—Mi familia me va a matar.
—¿Por?
Dudé antes de responderle. Realmente no era conmigo con quien se enojarían.
—Mmh... no, a Zack lo van a matar.—Corregí.—Hace una semana me mudé con él y ya alquilaron el departamento en donde vivía, así que estos días me he estado quedando en un hotel ¡carísimo! Sé que si le pido a mis padres volver a casa hasta que encuentre un lugar donde vivir me van a aceptar sin problemas, pero ellos tenían muchas expectativas por verme casada pronto. Me duele tener que cagarles la ilusión y también sé que me voy a largar a llorar como una marrana cuando se los cuente y ¡ah! como te decía, mi hermano y mi papá van a querer matarlo por lastimarme. No puedo pedirle ayuda a mi bro para que busque mis cosas porque claramente le va a terminar pegando e insultando.
—¿Y cuál es el problema? Se lo merece. Es un imbécil.
—Es cierto, de hecho, cuando lo vi recién estuve a punto de darle una patada en las bolas como venganza. Pero como ya estaba llorando, me apiadé de él. Probablemente cuando lo vuelva a ver, se las voy a patear.
—¿Quieres que te enseñe a patear fuerte?
—¡Si!
Quiso levantarse de su lugar pero se lo impedí. Quería abrazarlo un ratito más y como excusa me inventé un calambre en mi pierna izquierda.
—También me duele que mi mejor amiga me haya hecho algo así. ¡Es una lástima que ella no tenga testículos para patear! Le daría con más fuerza que a Zack, sin duda. ¿Puedes creer que ni siquiera se disculpó? Es más, hasta parece divertirse con esta situación. Sonaré re poco sorora y feminista diciendo esto de una mujer, pero, ¡es una zorra!
—¿Qué es "sorora"?—Parecía confundido.
—Cierto que llevas mucho tiempo afuera ¡qué lástima! te pierdes los nuevos términos twiteros en español.—Comenté, mientras me movía un poco en mi lugar para estar más cómoda.—Sororidad es apoyarse entre mujeres y empoderarse juntas.
—Tenés razón, es una lástima.—Me siguió la broma en un tono ameno, para luego poner una expresión algo un poco más seria y reconfortante, sin entrar en una conversación demasiado profunda ya que sabía que solo me estaba desahogando.—Sos muy resiliente y fuerte, Lina, todo va a salir bien. Puedes con esto.
Mi vista fue a su cuello, notando que por haber estado abrazándolo había desacomodado su ropa. Gracias a eso, podía apreciar una cadena de plata. Que extraño, pensé. ¿Cuál era la finalidad de ponerse un collar, si no lo dejaba a la vista?
—Fue horrible tener que verlos juntos y besándose. Voy a renunciar.
—Deberías pensarlo mejor.
—Ya lo he pensado bien. Se me ocurrió la idea hace cinco minutos.
—Es muy poco tiempo para tomar una decisión así. ¿No hay otra alternativa?
Levanté mi mirada, haciendo contacto visual con él, a la vez que esbozaba una sonrisa divertida.
—¿Me lo estás preguntando como un amigo o como mi jefe? ¿Sería válido si te digo que renuncio ahora mismo?
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bromas y amores dulces
RomanceDespués de siete años, Angie y Samuel se reencuentran inesperadamente y deciden hacerles bromas a sus compañeros de oficina para pasar el rato. Un primer amor, luego de tanto tiempo ¿será capaz de volver o quizás nunca había desaparecido?