Toda está historia se sitúa en "El Bronx" un barrio de la ciudad de Nueva York, una zona muy pobre y sin demasiado atractivo turístico, es una zona de pandillas donde abunda el tráfico de drogas y un sinfín de crimenes más.
Aquí mismo viven nuestros...
Parecía que el tiempo pasaba volando, Kaia ya tenía 5 meses, estaba hermosa y súper sana, era la consentida de la casa.
Gigi estaba a días de cumplir sus 17 años, teníamos pensado hacer algo pequeño entre nosotros en casa.
Matt y yo habíamos hecho algo así como las pases, Olivia parecía estar mucho mejor de su situación aunque sabía que eso la seguirá para el resto de su vida, de alguna forma Bobby y Jade ,la hermana de Gigi, estaban saliendo, raro, aunque para mí no era sorpresa, quiero decir, Gigi y yo estamos juntos, ¿Por qué ellos no?
Parecía ser que todo funcionaba muy bien por ahora, habíamos creado una atmósfera en la cual Kaia no se relacionara con el mundo de la pandilla y pensábamos hacerlo hasta que pudiéramos, ninguno queríamos que ella viviera algo de ello, por ende papá había decidido cambiar la sede de la pandilla a unos kilómetros de casa y venir exclusivamente a levantar stock o un pequeño grupo asignado que trabajaba en el garaje o con los autos y motocicletas afuera.
-¿Puedes creer que tú madre me dijo eso?.- Le digo dramáticamente a mi hija la cual se encontraba en la bañera con sus juguetes.
Ella solo me miro como entendiendo lo que decís y soltó pequeños balbuceos cómo respondiendo.- ¡Es lo que yo le dije! ¡Luego yo soy el dramático!.- Le respondo indignado.
-Tú si necesitas terapia hermano.- Dice Bobby parado de brazos cruzados en la puerta del baño observándome con el ceño fruncido.
Yo solo lo miro y bufo ofendido.
-¿Cómo está la bebé más hermosa de la casa?.- Dice riendo con una voz aguda abriendo sus brazos acercándose a Khai la cual al verlo empezó a reírse y chapotear de felicidad, amaba a Bobby y le encantaba pasar tiempo con él y eso ya me ponía celoso.
-Bueno bueno, aléjate de mi hija.- Le digo sentado desde la tapa del asiento del inodoro ya que él se encontraba agachado alado de la bañera tomando las manitos de mi hija.
El solo volteo a verme indignado.
-Tengo derechos, además de mi sobrina es mi ahijada, te acusare con Gigi.- me reclama.- Además Kaia me ama más a mi, es obvio.
Eso genero que Bobby y yo tuviéramos una inocente pelea entre los dos en el baño, haciendo que Kaia empezara a gritar de la risa en el baño mientras jugaba con el agua haciendo ruido a la par de nuestras voces discutiendo.
-Chicos.- decía mamá entrando al baño al sentir nuestra discusión.- Chicos.- repite nuevamente pero nuestra atención estaba en dar fundamentos de porqué Kaia prefería más a cada uno.- ¡Chicos!.- Gritó finalmente captando la atención de los dos y haciendo parar a Kahi.
Ambos volteamos y miramos instintivamente a donde nos llamaba.
-Estoy enfrente de dos hombres de casi 19 y 21 años.- Me dice a lo que Bobby y yo hacemos pucheros, nos estaba retando.- Y para su información Kaia ama más a su “Abu”, ¿O no princesa?.- Dice lo último con voz más aguda haciendo ademanes para sacarla del agua haciéndose camino entre nosotros.- Vámonos de aquí, dejemos a estos tontos.- Dice tomando la toalla de Khai que tenia gorrito, tomándola en brazo apoyándola en su cara en forma de abrazo.
Yo solo las miré y observo cómo mamá se da una vuelta final haciendo que Khai nos mirara y su única respuesta es reír mientras se metía sus dedos en la boca y mientras desaparecía con mi madre por el pasillo.
-¡Kaia Mareylin Hills no metas tus dedos en tu boca!.- Le grito su nombre completo desde el cuarto de baño como si pudiese entenderme a lo que siento una mirada sobre mí y al mirar al costado veo que Bobby me miraba con el ceño fruncido cruzado de brazos.- ¿Qué? ¿Sabes las enfermedades que puede contagiarse debido a ello?.- Le comentó a lo que su ceño se frunce aún más.- Cuando tengas hijos lo entenderás.- Le digo saliendo del baño.
A la tarde parecía todo normal, estábamos disfrutando de un pequeño almuerzo que habíamos preparado mamá, Gigi y yo mientras Olivia se encargaba de cuidar a Kaia y mis hermanos y papá acomodaban las cosas en la mesa, era una locura como todos habían decidido el cambio tan drástico de la pandilla para que Kaia tuviese una vida un normal, tal vez ella tuvo que llegar para que cosas así pasaran.
Kaia se encontraba en su mesita de bebé comiendo algo de fruta picada como postre mientras papá, mis hermanos y Gigi hablaban de cosas sentados en la mesa en tanto mamá y yo lavábamos los trastes.
Yo solo reía de sus chistes o comentarios mientras continuaba lavando vasos, platos y se los pasaba a mamá para que los secara, miraba a la ventana de la cocina que daba a la calle, observé a los chicos de la pandilla que pasaban con neumáticos y demás artefactos del taller y nos saludábamos.
Todo estaba normal y muy ameno hasta que veo 5 motocicletas de un color negro brillante cruzar por enfrente de la casa, quienes conducían vestían de un color negro opaco, con sus rostros no visibles acompañados de un casco oscuro, los 5 estaban armados y al ver eso como por instinto grite:
-¡Todos al piso ahora!.- Gritó haciendo que todos acataran mi orden y yo como instinto nuevamente tomo a Khai y a Gigi que estaban juntamos y las intentó depositar a ambas en el suelo mientras las cubro con mi cuerpo intentando protegerlas.
En ese momento la casa se adornó del sonido de cientos de disparos rompiendo los vidrieros y estructura de la casa, esto acompañado de los llantos desesperados de Khai que se notaba asustada ante mis movimientos anteriores y ahora por el sonido que se escuchaba.
Yo intentaba calmarlas a ambas, ya que Gigi lloraba igual de desesperada mientras se aferraba a mí e intentaba esconder a nuestra hija entre ambos.
Mi padre se arrastró hasta la puerta y sacó su arma de su bolsillo corriendo hasta afuera dando disparos acompañado de los chicos de la pandilla que trabajaban en el taller.
Hago un amague para levantarme pero Gi se aferra aún más a mí.
-Tom, por favor no.- Me dice sollozando.-
-Tranquila, ya se han ido, ya se han ido, ustedes quédense aquí.- Le sigo intentando calmarla mientras salgo corriendo afuera a ver si le habían disparado a papá o alguno de los chicos.
Al salir veo a los padres y hermanas de Gi mirando con susto hacia casa que al verme intentan tener una respuesta y cruzan rápidamente hacia mí.
-¿¡Cómo están ellas Tom!?.- le pregunta Jessica a lo que yo los miro y les respondo un “Están bien, están dentro, vayan”.
Eso hizo que se calmaran un poco pero de igual forma no había terminado de contestar y ya se encontraban ingresando preocupados a mi casa.
Yo termino mi camino hacia mi padre que presionaba con su mano una herida que sangraba mientras los demás lo auxiliaban a él y algún que otro de los chicos heridos.
-¿Estás bien?.- Le digo acercándome a él a lo que responde asintiendo sin preocupación, después de todo estaba acostumbrado a ello.
Me mira para posteriormente hacerle una seña con la cabeza a uno de los chicos que tenía una especie de tubo metálico, el chico asiente y me lo deposita en las manos haciéndome fruncir el ceño para mirar el tubo y posteriormente a él.
-Lo han tirado estos hijos de puta, Tobby lo vio y lo recogió.- Dice serio mientras indica con la cabeza a él antes mencionado.
Yo solo lo vuelvo a mirar lentamente para luego abrir el misterioso tubo que contendía al parecer una especie de nota, que al tomarla tenía grabado el texto: “He vuelto hijos de puta y ahora no tendré pedias, Foxy”, al terminar de leerlo levanto mi cabeza mirando a mi padre que al parecer ya había leído la leyenda escrita y nos miramos fijamente, esto no podía estar pasando, no ahora.
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