Verano de 1971

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Sirius Black estaba despierto. Y dudaba que en algún momento pudiera volver a dormir. Todo sucuerpo estaba lleno de energía, zumbando, como si pudiera sentir la magia burbujeando en susvenas.

Esto era desafortunado, ya que era bien pasada la medianoche y no había nada que hacer mas queseguir acostado en la cama. Su madre había comenzado a enviar a Kreacher, el pequeño ymiserable soplón, a vigilarlo después de una fatídica noche en la que descubrió a Sirius debajo delas sábanas con una revista muggle. Estaba furiosa, despotricando sobre cómo su sobrina estaba"envenenando su mente" y "contaminando la pureza de la noble familia Black". También habíamucho sobre la "obsesión pervertida con la mundanidad" de 'Dromeda', una línea que Sirius pensóque su prima encontraría bastante divertida. Sin embargo, no era divertido cuando Walburga leestaba gritando: su rostro se torcía en un gruñido aterrador. 

La revista ni siquiera era de Andrómeda. Sirius la había robado de un contenedor dos semanasatrás; se la mostró a Reg, y se rieron de las imágenes tontas e inmóviles que había. 

Esta noche, sin embargo, nada de eso importaba. Porque mañana, mañana Sirius iría a Hogwarts. 

Hogwarts. 

Solo pensar en el nombre lo mareó, y sonrió hacia el techo de paneles oscuros de su habitación.Tenía ganas de reír, quería quitarse las sábanas y saltar sobre el colchón demasiado grande.Hogwarts. Era todo lo que había querido desde que tenía memoria, la luz brillante al final de lo queparecía un túnel muy oscuro.Todo el verano se había levantado al amanecer y había bajado corriendo las escaleras para revisarel correo. Las severas reprimendas de su madre de que se comportara con decoro no habían sidosuficientes para frustrar su entusiasmo, ni tampoco los castigos que ella le daba luego de que susórdenes eran ignoradas. A Sirius no le importaba lavar unos cuantos platos o quitar el polvo aalgunos gabinetes viejos, y el hecho de que las tareas domésticas fueran lo peor le hacía pensar ensecreto que su madre también debía de estar un poco emocionada. Tal vez incluso orgullosa de él.Solo un poco. Seguramente, si estuviera realmente enojada, lo habría hecho todo mucho peor. 

Cuando llegó la carta, Sirius gritó de alegría y agarró las manos de Reggie, haciéndolos girar encírculos hasta colapsar en el suelo de la sala de estar, riéndose. 

- ¿Puedes creerlo, Reg? Realmente me voy a Hogwarts.- Sirius había suspirado, alegremente. Su hermano pequeño sonrió, aunque había un brillo hambriento en sus ojos mientras miraba la carta que Sirius apretaba en sus manos. 

- Ojalá pudiera ir contigo - dijo, dándose la vuelta para quedar acostado boca arriba, mirando hacia el techo. 

- ¡Oh, vamos, estarás allí en un año! Y seremos compañeros de casa, viviremos juntos en los dormitorios, y puedo mostrarte el lugar y decirte qué profesores son agradables y todo eso. 

Regulus clavó sus dedos en la lujosa alfombra debajo de ellos. -Supongo que sí - dijo. Y luego, después de una breve pausa, -Sin embargo, no será lo mismo por aquí sin ti. 

Sirius se puso rígido. - Por supuesto que no - , dijo, - será mucho más aburrido, ¿eh?- Incluso a sus propios oídos, las palabras de ánimo sonaban forzadas, pero Reggie sonrió con valentía. 

- Sí -, dijo, - es verdad. 

Lo dejaron así. 

Walburga Black se negó a llevar a sus hijos de compras al Callejón Diagon, y Sirius sabía que no debía pensar que cualquier cantidad de súplicas o negociaciones la harían cambiar de opinión. 'La Noble Familia Black estaba muy por encima como para mezclarse con las multitudes de mestizos y sangre sucia que seguramente inundarían el lugar' dijo; para ella ya era bastante malo, el estado en que Dumbledore había dejado que las cosas se pusieran en Hogwarts. 

All The Young Dudes (Sirius' version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora