Primer año: Venganza

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Regulus no respondió. 

Sirius esperó toda la semana por una carta, pero no llegó nada. Peor que eso, su lechuza nunca regresó; después de unos días, no pudo resistirse y le preguntó a Narcissa, quien sonrió y le dijo que había sido confiscada. Sirius trató de no preocuparse, pero sentía como si tuviera una piedra en la boca del estómago. Cada vez con más frecuencia, sus pensamientos volvían a Reg, preguntándose cómo estaba su hermano... 

La solución, por supuesto, era mantener su mente ocupada en todo momento con otras cosas. Hizo apuestas con James sobre quién podría terminar su tarea primero. Jugó ajedrez con Peter, una y otra vez, hasta que finalmente ganó. Observó a Remus, que finalmente había comenzado a pasar tiempo con ellos, tratando de descifrar los secretos del extraño chico. 

El domingo por la noche, la distracción elegida por Sirius fue su ensayo de Transformaciones para McGonagall. Catorce pulgadas de pergamino: James y Sirius competían para ver quién podía terminar el suyo primero -Sirius- mientras Peter intentaba desesperadamente mantenerse al día. Remus simplemente se relajó en los lujosos sillones de la sala común de Gryffindor, mirándolos a todos como si no pudiera molestarse con algo tan tonto como la tarea. 

[Remus había abierto su libro, pero ni siquiera le había echado un vistazo. Había considerado encerrarse en la biblioteca una tarde y tratar de leer correctamente; podría leer si realmente realmente se concentraba. Pero la oportunidad no se había presentado, y si era honesto; él simplemente no quería. Desde la lección de Pociones, los cuatro se habían convertido en verdaderos amigos y Remus no quería echarlo a perder.]

- Entonces -, dijo James, dejando su pluma, -¿Cómo nos vengaremos? 

- ¿Vengarnos de quién?- preguntó Peter. Estaba rebuscando entre sus notas, buscando una página que accidentalmente había hecho caer al suelo antes sin darse cuenta. Sirius suspiró y se agachó debajo de la mesa. 

- De los Slytherin -. James siseó: - Vamos, Pete. 

Peter susurró de vuelta, sonando preocupado, - No todos los Slytherin, solo Snape y Mulciber,¿verdad?

Debajo de la mesa, Sirius puso los ojos en blanco. - Todos ellos -, dijo con firmeza, sentándose de nuevo y presentando un trozo de pergamino, - ¿Esto era lo que estabas buscando?

- ¡Gracias! - Peter lo agarró, aliviado, - Ya casi termino... 

- ¿Ya lo hiciste, Lupin? - Sirius preguntó casualmente, mirando por encima. Remus había dejado su libro abierto sobre la mesa, pero no lo había mirado ni una sola vez. De hecho, en el transcurso de la semana, Sirius había notado que Remus nunca parecía mirar sus libros. Todos los demás parecían haber olvidado el comentario de Mulciber sobre la lectura, pero Sirius no. 

- Nah -, Remus se encogió de hombros, indiferente, - No me molestaré en hacerlo. 

Sirius frunció el ceño. No podría ser cierto, ¿verdad? - Haznos saber si necesitas ayuda. 

- Puedes copiar el mío si quieres -. James dijo amablemente, empujando su ensayo sobre el escritorio. Sirius observó cómo Remus intentaba sofocar su irritación: apretaba la mandíbula y fruncía el ceño ligeramente. 

- Estoy bien así. No soy estúpido. 

- Nadie dijo que lo fueras -. respondió James, actuando como si no pudiera oír el enojo en el tono de Remus. Sirius continuó estudiando la expresión de Remus; toda su cara se había nublado. En el reposabrazos de su silla, su puño estaba apretado. Sirius recordó cómo se había arrojado sobre la mesa de pociones para golpear a Snape. 

Cuando Sirius volvió a mirar hacia arriba, sus ojos se encontraron. Remus soltó un breve suspiro, abrió el puño y dijo:

- Podríamos poner polvos pica pica en sus camas -. Parecía ansioso por cambiar de tema, - O en su ropa... si pudiéramos averiguar quién lava la ropa, de todos modos. 

All The Young Dudes (Sirius' version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora