Tercer año: De nuevo en casa

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Please don't believe in me, please disagree with me
Life is too easy, a plague seems quite feasible now
Or maybe a war, or I may kill you all

Don't let me stay, don't let me stay
My logic says burn so send me away
Your minds are too green, I despise all I've seen
You can't stake your lives on a Saviour Machine


Sábado, 1 de setiembre de 1973

La mañana en que Sirius finalmente regresó a Hogwarts, sus padres parecían haber decidido que él existía nuevamente. Su madre le gritó que volviera a su habitación y no regresara hasta que estuviera vestido apropiadamente; tenía la túnica deliberadamente arrugada y el cabello cuidadosamente despeinado. No los dejaría irse hasta que sus dos hijos fueran la viva imagen del aplomo y el decoro, lo que enloquecía a Sirius.

Sólo unas pocas horas más, se recordó, aferrándose al hecho de que pronto estaría libre de su desdichada familia y se reuniría con sus amigos. Había pasado todo el mes de agosto contando los días, sintiendo que podría salirse de su piel si tenía que pasar otro segundo atrapado en esos horribles pasillos.

Cuando finalmente vio la plataforma 9 y ¾, Sirius no pudo detener la amplia sonrisa que dividió su rostro en dos. Casi podía oír el crujido de la chimenea de Gryffindor, casi podía saborear el festín...

Su madre lo agarró del brazo y le clavó las uñas en la piel.

- No salgas corriendo ahora -, siseó, en voz suficientemente baja para que ninguno de los transeúntes que la rodeaban pudiera escuchar, - Tenemos una imagen que mantener.

Sirius intentó zafarse de su alcance, murmurando: - ¡¿Qué?!

- Iremos en familia y tú abordarás el tren con tu hermano, ¿me han entendido? Las apariencias deben mantenerse al día, muchacho, especialmente después de ese truco que hizo tu prima.

Ella finalmente lo soltó y él se frotó el brazo, haciendo una mueca.

- Bien.

Regulus miró al suelo, ignorando deliberadamente el intercambio. Sirius le frunció el ceño.

Se recostó contra un pilar de la estación una vez que estuvieron dentro, revolviéndose el cabello nuevamente y arrugando nuevamente su túnica. Su madre estaba demasiado ocupada adulando a Reg para darse cuenta; se agachó para alisarle el cabello, susurrándole sobre el orgullo familiar y "recordando lo que había aprendido ese verano", fuera lo que fuera que eso se suponía que significara. Regulus solo asintió, con el rostro pálido, manteniéndose rígido como si tuviera que concentrarse para no caer.

La abarrotada estación se fue vaciando poco a poco de gente mientras los estudiantes subían al tren, se despedían a gritos y saludaban a sus familias. Walpurga esperó hasta el último minuto para despedir a sus hijos, rozando con sus labios la frente de Regulus y actuando como si Sirius fuera invisible. Puso los ojos en blanco mientras abordaba, sin siquiera molestarse en saludar.

En el estrecho pasillo, Reg vaciló un momento. Sirius alzó una ceja.

- ¿Bien? Entonces corre, ¿no has extrañado a todos tus pequeños y espeluznantes amigos?

Su hermano se sonrojó. - Se supone que debemos sentarnos...

- Juntos, sí, lo sé, lo dicen todos los años. Pero dejaste muy claro el año pasado que no tienes ningún interés en sentarte con mis amigos, y estás loco si crees que voy a pasar un solo segundo en un vagón de Slytherin.

Reg parecía como si fuera a decir algo, una expresión oscura nublaba su rostro. Pero después de un momento simplemente murmuró: - Bien. Haz lo que quieras. - Giró sobre sus talones y se fue furioso, mientras Sirius lo llamaba.

All The Young Dudes (Sirius' version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora