Segundo año: Hermandad

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Sirius se despertó feliz a la mañana siguiente, con la ciudad sufragista todavía atrapada en su cabeza. Tarareó mientras se cepillaba los dientes y se vestía, lo que hizo que James gruñera y se tapara la cabeza con la almohada. Mientras se dirigían al Gran Comedor para desayunar, Sirius bromeó.

- ¡Sólo espera, Potter! Uno de estos días te haré ver la luz: ¡no puedes vivir en la ignorancia para siempre!

James puso los ojos en blanco y tomó asiento en la mesa larga. - ¡La música es sólo música! No es como si este tipo Bowie estuviera haciendo algo que no se haya hecho antes.

- ¡Me hieres! - Sirius se dejó caer dramáticamente sobre el hombro de Remus, - Al menos te tengo, Lupin. Honestamente, ¿qué vamos a hacer con estos dos?

Remus solo sonrió y se encogió de hombros en respuesta; su boca ya estaba llena de comida.

James estaba a punto de ofrecer una réplica cuando llegó el correo y las lechuzas se lanzaron en picado para dejar sus cartas y paquetes. Sirius trató de no mirar, pero no pudo evitarlo: sobre el hombro de James, una nueva lechuza real se estaba posando en la mesa de Slytherin, justo en frente de Regulus.

De todas las personas, su hermano había elegido sentarse junto a Snape. El niño mayor recogió la carta que la lechuza había dejado caer y la desdobló rápidamente ante las protestas de Reggie. Cuando comenzó a leer, una sonrisa encantada se dibujó en sus rasgos y miró a Sirius con un brillo malvado en sus ojos.

- ¡Vaya, Regulus, tus padres están realmente orgullosos! - Snape arrastró las palabras, hablando lo suficientemente alto como para asegurarse de que Sirius y sus amigos pudieran escuchar: - Escucha esto: Nuestro querido hijo, nos alegró mucho escuchar los resultados de tu selección. Toda la familia lo felicita por defender nuestras nobles tradiciones y te felicitamos...

Regulus se sonrojó, tratando de arrebatarle la cara a Snape, pero el de segundo año siguió leyendo obstinadamente. Estaba claro que la lechuza era una recompensa para Reg, ya que había entrado en la casa correcta. Cada palabra que salía de la boca de Snape era una puñalada, un doloroso recordatorio para Sirius de que, a diferencia de su hermano, él seguía siendo la decepción familiar.

Su cara se sentía caliente. Se quedó mirando su avena, no queriendo que los Slytherin vieran el efecto que las palabras de sus padres tuvieron en él. No me importa, se recordó furiosamente. Pero la vergüenza era un puño alrededor de su garganta, haciéndole imposible comer. 

- ¿Tus padres no volvieron a confiscar tu lechuza? - preguntó Peter sin rodeos. Reg había logrado recuperar la carta ahora, pero Snape y sus amigos todavía se reían disimuladamente, y la lechuza todavía estaba posada imperiosamente sobre la mesa de Slytherin. Sirius asintió bruscamente y murmuró:

- Dijeron que la recuperaría cuando recordara mi deber para con la familia y comenzara a actuar como un "verdadero Black". No me importa, no necesito una lechuza. - Se sintió enfermo, enojado. Quería salir del pasillo, lejos de Snape y sus estúpidos y risueños amigos.

- ¿Cuál es exactamente tu deber familiar? - James reflexionó en voz alta, asegurándose de que los Slytherin pudieran oírlo: - ¿Andar con tipos como Snivellus y Mulciber? ¿Casarte con tu prima?

A pesar de su vergüenza, Sirius sonrió, eternamente agradecido por James Potter.

- Oh, sí, - respondió igualando el tono de su amigo, - la endogamia y el rastreo  son aspectos clave de mi herencia noble. Y molestar a niños más pequeños que yo, por supuesto; haciendo trampa, mintiendo y maldiciendo para llegar al poder...

Snape y los otros Slytherin que reían se habían calmado ahora y estaban entrecerrando los ojos ante los insultos lanzados indirectamente. Regulus estaba sonrojado y con el ceño fruncido mientras escuchaba. Sirius no puso distinguir si la expresión era de enojo o de dolor, y decidió que no le importaba.

All The Young Dudes (Sirius' version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora