Tercer año: Hogsmeade

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Sábado, 15 de septiembre de 1973

- Empaca tu capa, James.

- ¿Por qué?

- Nunca se sabe, ¿verdad?

- Bien, pero dudo que la necesitemos.

- No olvides que me debes un galeón por esa apuesta que hicimos.

- No lo he hecho, - le aseguró James, - Sólo relájate por un minuto, ¿quieres?

- Nunca, - sonrió Sirius, con las venas burbujeando por la adrenalina, - ¿Te das cuenta de que esta es la mayor emoción que he tenido en meses? Ni siquiera me permitieron ir al Callejón Diagon este verano.

- Tú tenías más cosas que hacer que yo, - James frunció el ceño, - al menos tuviste todo ese drama de compromiso. Mi familia es muy aburrida.

- Cállate, Potter, tu familia es increíble y lo sabes. Definitivamente tuve el peor verano.

- Lo pasé muy bien en Francia. - Peter chirrió, pero Sirius lo ignoró, al igual que los otros dos chicos.

- ¿Y tú, Moony? - preguntó James, tratando de incluir a Remus. Bajaron las escaleras hasta la sala común, uniéndose al resto de los ansiosos estudiantes de tercer año. Sus voces se mezclaron con el murmullo de la charla; Todos estaban emocionados por su primer viaje al pueblo.

- ¿Qué hay de mí? - Preguntó Remus, un poco demasiado inocentemente.

- ¿Cómo fue tu verano? No nos has dicho nada.

- Nada que contar, - Remus se encogió de hombros, - Más aburrido que los dos, sin magia. Sólo leer."

Sirius no lo creyó ni por un segundo; todavía estaba tratando de descubrir el secreto de su amigo, y pensó que Remus estaba siendo demasiado indiferente.

Pero James no tenía el mismo instinto para el engaño. Él respondió alegremente: - Bueno, todos vendrán a la mía en Navidad. Igual que el año pasado, ¿no? - Comenzaron a salir de la sala común, siguiendo el tirón de la multitud hacia la entrada principal. - La luna es el diez de diciembre, así que ni siquiera tenemos que preocuparnos por eso.

La boca de Remus se abrió.

- ¿Cómo sabes cuándo es? - Como si no estudiaran todos juntos la astronomía.

- Te lo dije, nos aburrimos durante el verano, - le dio un codazo Sirius, - lo buscamos para los próximos años.

- ¡¿Pero por qué?! - Preguntó Remus, estupefacto. Parecía como si no les creyera del todo.

- Es como el quidditch, - dijo James (una de sus frases más utilizadas, junto con '¡Oye, Evans!'), - Tienes que conocer las debilidades de tu equipo para poder aprovechar sus fortalezas.

- Si tú lo dices, - murmuró Remus, frunciendo el ceño. Sirius se preguntó si la palabra elegida por James lo había ofendido: "debilidad". Remus odiaba compartir cualquier vulnerabilidad; estaba demasiado orgulloso. Pero el hecho de que fuera demasiado testarudo para pedir ayuda no significaba que a sus amigos dejaran de importarle; después de todo, ¿para qué más servían los amigos?

- Mira quién es, - Sirius empujó a James con el codo, señalando el arco de entrada. Una figura encorvada flotaba, como un murciélago demasiado grande. Lily pasó junto a los merodeadores y fue a su encuentro: Snape.

- ¡¿Por qué son siquiera amigos?! - James refunfuñó, pasándose las manos por el cabello. Lo frustraba muchísimo que Lily no le diera ni la hora del día, pero voluntariamente elegía pasar tardes enteras con Severus. Sirius pensó que era sólo una prueba más de que la chica estaba loca.

All The Young Dudes (Sirius' version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora