Primer año: La broma

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Domingo, 2 de enero de 1972

Le tomó algunos intentos a Remus lograr el hechizo correcto. Sirius tuvo que enseñarle la pronunciación, lo cual era un poco complicado, y aunque la mayor parte de la magia parecía ser algo natural para Lupin, dudaba en realizar el hechizo sobre sí mismo. Al final dijo tímidamente.

- ¿Te importaría simplemente... hacerlo por mí? ¿Hasta que lo domine?

- ¡No claro que no! - Le aseguró Sirius, secretamente lleno de orgullo. Le gustaba poder hacer algo por Remus, y le gustaba que su amigo confiara en él lo suficiente como para siquiera pedírselo.

Por supuesto, cuando los demás regresaron, tuvieron que ser un poco más reservados al respecto. Sirius no dijo nada, pero sabía que Remus estaba avergonzado por su dificultad para leer y no quería que James o Peter lo supieran. Por suerte, tuvieron la distracción perfecta.

- ¡Brillante! - James alardeó, esbozando una sonrisa: - ¡Completamente brillante!

- ¡Eres tan listo! - Peter dijo efusivamente.

Todos se habían apretujado en el pequeño baño compartido. Sirius estaba colocado en la bañera, el paraguas abierto sobre su cabeza era lo único que evitaba que su túnica se empapara mientras Remus conjuraba una nube de lluvia gris sobre su cabeza. Flotó, haciendo caer lluvia a cántaros en el baño de abajo.

Sirius se movió arriba y abajo de la bañera, pero la nube se pegó a él, siguiéndolo de la misma manera que Peter lo hizo con James.

Sus dos amigos habían regresado a Hogwarts hace apenas unas horas, pero tan pronto como terminó la cena, Sirius y Remus los arrastraron escaleras arriba para revelar los frutos de su trabajo.

- Lupin me dio la idea -, explicó Sirius, - pero busqué los encantamientos para hacerlo. ¡No sabrá qué le ha golpeado!

- ¿Cuándo podremos hacerlo? - James estaba saltando arriba y abajo ahora, incapaz de contener su emoción. - ¿Mañana a primera hora? ¿Desayuno? ¿Pociones?

Sirius sacudió la cabeza sabiamente. - Cena. Más audiencia. - Ya había pensado en esto.

- Sí, cena -, asintió James de inmediato, - En serio, ustedes dos, estoy muy orgulloso.

- Saludos -, Sirius levantó una ceja, casualmente, pero su corazón dio un vuelco con el elogio. Miró a Remus. - Um... ¿Lupin? Probablemente puedas parar ahora. Mis pies se están mojando.

- ¡Oh! - Remus se sacudió el hechizo y miró hacia la bañera; había producido más lluvia de la que el antiguo desagüe podía soportar, dejando a Sirius sumergido en agua fría hasta los tobillos. - Lo siento.

- Está bien -, se rió Sirius, sacándose la túnica y saliendo de la bañera, - Sólo asegúrate de hacerle lo mismo a Snape.

- Entonces, ¿Lupin lo hará? - preguntó James. Sirius se encogió de hombros.

- Él es mejor en eso. Aunque yo también puedo hacerlo si hay algún imprevisto.

***

Lunes, 3 de enero de 1972

Cada vez era más fácil admitir cosas así. Un efecto secundario de pasar todo su tiempo con James y Remus fue que Sirius tuvo que aceptar que simplemente ya no sería el mejor en todo (eran una competencia mucho más dura que Regulus). Pero descubrió que disfrutaba el desafío de competir con James, quien, independientemente de si ganaba o perdía, siempre concluía la competencia con una amplia sonrisa y una palmadita amistosa en la espalda. Y difícilmente podía reprochárselo a Remus, quien era tan tímido acerca de su propio talento con la magia que actuaba desconcertado cada vez que llegaba primero en algo.

All The Young Dudes (Sirius' version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora