Capítulo 5

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-Corre Peeta- digo acariciando su hombro-, ya no podemos hacer nada.

Él me mira con ma cara llena de rabia, quizás no había elegido del todo bien las palabras. Estaba siendo muy dura acorde con la situación.

Se levantó, se enjugó las lágrimas y respiró profundamente:

-Tienes razón- habló finalmente-. Ella murió intentando protegernos, al menos hagamos algo para que su muerte no sea algo en vano.

Retomamos de nuevo la carrera en dirección a la planta -5, tal y como Ermion nos dijo. Nuestros jadeos y las pisadas en el frío mármol resonaban en cada pasillo.

De repente, algo nos hizo parar: la rejilla de ventilación que había unos metros más adelante se abrió, y por ella descendieron dos cuerpos vestidos completamente de negro. Iban armados, lo cual hizo que mi corazón se acelerase.

Sus pies rozaron el suelo y tan solo recuerdo la imagen de Peeta abalanzándose sobre ellos.

Grité.

-Corre Katniss, sálvate tú- me ordenó. Pero no pensaba dejarle allí solo forcejeando; ya habíamos perdido a una persona por el camino, no quería tener que lidiar con dos entierros.

Uno de los individuos se encontraba en el suelo conmocionado por un golpe seco que le había asistido Peeta; y el segundo, continuaba el forcejeo con este.

Vi como su arma caía al suelo, y sin más demora me abalancé sobre ella.

No me lo pensé dos veces, levanté el arma y disparé.

El segundo cuerpo cayó al suelo ausente de vida. Peeta me observó durante unos segundos, como si no me reconociese; y, finalmente, se limitó a mover la cabeza en dirección a las escaleras.

Solo unos minutos después llegamos a la planta -5, exhaustos.

Una agente militar nos esperaba en frente de una puerta blindada.

-¡Llegáis tarde! ¿Y el agente encargado de conduciros hasta el túnel?

Peeta y yo nos miramos:

-Ha muerto- se apresuró él.

-¿Cuál era si número?- preguntó fríamente.

-No lo sabemos agente- me dispuse yo-, su nombre era Ermion Tayler.

Su sembalnte cambió, se quedó completamente lívida. Casi me arriesgaría a decir que en cualquier momento empezaría a llorar.

Sacó un walkie-talkie de su bolsillo trasero y pulsó un botón:

-Agente 349, quiero dar la baja de Ermion Tayler- comunicó con voz quebrada-. Sí, del escuadrón 2. La última.

Entonces caí: la conocía, todo el mundo conocía a Ermion pero nadie lo admitía. Era del escuadrón. "Los héroes fantasma de la Guerra".

Las heridas del pasado. COMPLETADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora