Capítulo 2

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A la mañana siguiente  Peeta y yo nos levantamos pronto. Él estaba muy nervioso por su primer día.

-Tranquilizate, te va a ir muy bien.

-¿Y si se me ha olvidado?

-Peeta te has pasado media vida horneando pan, ¿como se te va a olvidar?

-Está bien, tienes razón. Pero, ¿y si tengo una recaída?

-No la tendrás, Ermion dice  que estás mejor que nunca y además ya te han dado el alta médica.

Se marchó pronto y fue como ver a tu hijo ir al colegio el primer día, tan ilusionado.

Yo desayuné, me  vestí y cogí el camino que va al bosque. Antes de irme pasé por casa de Ermion para preguntarla si quería venir, pero no estaba. Effie, que vivía con ella, me abrió la puerta:

-Se fue está mañana a primera hora a hacer unos recados y aún no ha vuelto.

-Vaya que raro, a lo mejor ha ido a visitar a Peeta.

-Será lo más probable. Bueno mi niña que pases una buena mañana.

Seguí caminando y al pasar cerca de la plaza la vi de lejos. Estaba llorando abrazada a un viejo amigo de Gale y también suyo, Tom. Tom era alto, moreno, fuerte y con los ojos verdes, como los otros chicos de la Veta. Era muy amigo de Gale y trabajó con él en en la mina, pero conocía a Ermion porque eran de la misma edad por lo que iban juntos a clase.

Empezaron a hablar así que me acerqué un poco y me escondí detrás de un barril para oír la conversación:

-Gracias por acompañarme, no hubiese podido hacerlo sola.

-No te preocupes, sabes que siempre estaré ahí cuando me necesites.

-No había vuelto a ir desde que llegué al 12 hace más de un año, no soy capaz.

-Te comprendo, a mí también me costaba al principio. Además, el cementerio no es un lugar muy bonito que digamos- ella se rió débilmente y entonces lo recordé: hace poco fue el aniversario de la muerte de los padres de Ermion y por eso ella habría decidido ir, para llevar flores o algo así. Yo no me había acordado porque ella nunca lo menciona, ni eso ni la muerte de su hermano. Todos suponemos que la abuela murió en el bombardeo pero el hermano mayor de Ermion murió hace nueve años en los Juegos del Hambre, en la primera cosecha en la que ella  entró en la urna.

-Ermion- dijo Tom-  desde que me nos reencontramos y empezamos a quedar mi vida es un poco más alegre.

Ella rió y se abrazó fuertemente a él.

-Tu también me has ayudado bastante, necesitaba alguien en mi vida- no se si estaban juntos, si estaban tonteando o me habían visto y me estaban gastando una broma, pero me pareció que el vínculo que había entre ellos era de algo más que amigos.

-Ermion, me has cambiado la vida- ambos se miraron, entonces el la dejó de abrazar, acarició su cara con ambas manos y la besó.

Vi como ella me hacía una señal para que me fuera, ¡me había visto! Me sentí un poco incómoda y me di cuenta de que era el momento de marcharme. Pasé antes de irme por la panadería para ver a Peeta. Aunque sentía la necesidad de contarle lo que había visto decidí reservármelo para que Ermion pudiese contárselo cuando lo viese oportuno.

-Hola Peeta.

-¡Hey Katniss!

-¿Que tal la mañana?

-Genial. Mucha gente ha venido ya a comprar y a darme la bienvenida, pero estoy un poco agobiado.

-No te agobies, lo estás haciendo fenomenal- entonces me besó.

-Estoy tan contento- me reí y le devolví el beso.

-Bueno me voy al bosque, iré a comer pero llegaré tarde.

Corrí por del camino de la pradera hasta llegar al bosque. Estaba eufórica así que me tiré al suelo y empecé a acariciar la hierba mientras cantaba a voces y me reía sola. Me reía porque había ganado, había ganado al Capitolio, a Snow, había ganado los Juegos del Hambre y todo había acabado, y lo más importante, me había ganado mi felicidad. Era libre, pero pobre ilusa de mí, pobre de esta ignorante que aún no sabia que la felicidad no era eterna, que era como el viento, que iba y venía; y que ahora iba a irse, y en su lugar llegaría la mayor tormenta que nunca había visto.

Me adentré en el bosque para cazar algo cuando un cuchillo me pasó rozando y se clavó en el suelo. Instantáneamente cargué el arco y enseguida la vi a ella subida a un árbol. Lo que me preguntaba era cómo podía haber llegado tan pronto.

-¡Eres una cotilla!- dijo mientras se bajaba del árbol.

- Es que os vi allí, tan juntos y me entró la curiosidad...

-Pues la curiosidad mató al gato.-las dos nos reímos y caminamos hacia el lago porque era el mejor lugar para cazar.

-¿Y no me vas a contar nada? ¿Que ha pasado cuando me he ido?

-Pues nada, él me ha besado y se ha disculpado, se le veía nervioso. Le he dicho que no me importaba, que me había gustado y hemos quedado esta noche para pasear después de cenar- según ella me contaba me sentía mejor, por fin estaba rehaciendo su vida- pero no se si iré.

-¿Por que?

-Porque aún no estoy preparada,no puedo volver a amar otra vez, no después de lo que he sufrido.

-Te entiendo, pero debes olvidar a Gale- se rió irónica  y me miró fijamente.

-Ambas sabemos que nunca olvidaré a Gale, soy débil. Tendré que aprender a vivir con ello.

-Pues ahora es el momento, Ermion debes de ser fuerte, tu misma nos enseñastes eso.

-No puedo, no puedo, no puedo.....

Las heridas del pasado. COMPLETADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora