Me levanté a la mañana siguiente: me duche, me vestí y fui a desayunar a casa de Ermion. Cuando llegue Peeta me abrió la puerta, él ya había llegado. Al entrar vi a Haymitch sentado en la mesa de la cocina, su cara de resaca era épica. Movía su café de un lado a otro mientras se quedaba medio dormido. Ermion estaba preparando más café y calentando la leche. La mesa de la cocina estaba llena de bollos, pasteles y tostadas. Hacía tiempo que no veía un desayuno tan bueno. Nos sentamos a la mesa y empezamos a comer. Haymitch tardó poco en sacar una botellita con licor. Ermion se la quitó al instante. Él se aferró a ella y empezaron a forzajear. Ella le gritó que parase y él tuvo que soltar la botella.
-Creo que ayer quedé bien claro que tenías que dejar de beber.
-Yo creo recordar que sería poco a poco.
-¡Haymitch no puedes empezar a beber desde primera hora de la mañana!
-¡Bueno ya basta!-contesté yo-dejar ya de discutir.
Todos nos callamos y seguimos desayunando. Cuando terminamos Ermion nos entregó los papeles que teníamos que firmar, eran como una especie de contrato.
-¿Firmamos?-dijo Haymitch.
Solté un suspiro y finalmente dije:
-Si no hay otro remedio...-la idea seguía sin parecerme la mejor pero ya habíamos luchado mucho contra el gobierno y pensé que era mejor dejarlo por un tiempo.
Salí de su casa y me dirigí a la mía. Cogí mis cosas y recorrí del camino de la pradera hacia el bosque. Como ahora casi todo el mundo caza me fui a un lugar un poco más escondido cerca del lago. Pasé parte de la mañana poniendo trampas entre los arbustos hasta mediodía. Volvía camino a casa cuando oí algo en un árbol próximo. Miré hacia arriba y allí estaba subida. Cuando me quise dar cuenta ya tenía el arco cargado, pero a ella no pareció importarle.
-Me parece un lugar mágico. Las vistas son incluso mejores que hace unos años.
-¿Me estás siguiendo?
-¡No! Jajajajaja, yo también vengo aquí a veces a pensar. Lo descubrí hace mucho tiempo cuando venía a cazar.
-¿Como cazabas? Quiero decir,¿que utilizabas?
-Lo que todo el mundo: un cuchillo. Pero yo lo hago de una forma distinta.
-¿Como?-la curiosidad me cegaba en ese momento.
-Si me dejas de apuntar con el arco me bajo y te enseño- no me había dado cuenta de que seguía en mi posición de ataque. Quité la flecha y ella se bajó del árbol. Se abrió la chaqueta y dejó al descubierto un cinturón con cuatro cuchillos. Se puso dos en cada mano, colocó un pie delante del otro y empezó a lanzarlos. Era impresionante. En ese momento sentí lo que la gente sentía cuando me veía disparar. Lanzó los cuatro cuchillos a velocidad de relámpago mientras giraba sobre sí misma: era como los profesionales de los distritos ricos. Todos quedaron profundamente clavados en la corteza del árbol .
-¿Quien te ha enseñado a lanzar así?
-La misma persona paterna que te enseñó a ti: mi padre antes de morir-lo dijo con un tono muy triste y apagado,se notaba claramente la melancolía que le producía ese tema, como a mí.
Marchamos ambas de vuelta a casa porque se acercaba la hora de comer. Por el camino fuimos contándonos anécdotas personales. Casi todas eran de los Juegos del Hambre y de lo mal que lo habíamos pasado todos estos años. También hablamos de Peeta.
-Te quiere mucho Katniss, bueno querete, quererte es poco. Cuando estaba en tratamiento no hacía más que hablar de ti, todo el día. Creo que tu eras la razón por la que quería recuperarse, lo que le hacía mantener la esperanza-esas palabras me hicieron sentir muy bien, aunque me también me hacían volver a plantearme lo mal que le traté.
Según sabía más de ella mejor me caía y me iba dando cuenta de que nos parecíamos más de lo que me esperaba. Ella, a pesar de ser tan guapa, no tenía muchos amigos, era muy independiente, luchadora y de carácter fuerte. Sinceramente pienso que podremos ser buenas amigas algún día.
-¿Donde estuviste durante la guerra?No te vi nunca por el 13
-Gale me salvó y me llevó al 13 pero antes yo había pasado todo el periodo de Los Juegos del Hambre en el calabozo por rebelde, y bueno, allí no me trataron muy bien-su cara se quedó pálida y viendo lo que le hicieron a Peeta no quiero imaginarme lo que tuvo que pasar también ella-además, en el bombardeo también acabé herida así que me pasé parte de la estancia en el 13 en el hospital. Luego me empecé a preparar para la batalla y cuando llegó Peeta del Capitolio me pasaba los ratos libres cuidándole y ayudando a los médicos.
-Gale nunca me mencionó nada de que te había salvado.
-Ayudó a mucha gente del 12 a escapar.
Hubo un silencio incomodo en el que creo que ambas aprovechamos para reflexionar sobre por qué Gale nos había mentido.
-Bueno y durante la batalla, mientras vosotros ibais bien vigilados y grabando propos; yo, junto a mi pelotón estuvimos donde se encontraba la acción de verdad. Quizás no matasemos a Snow pero os allanamos el camino.
Eso me molestó uno poco pero ya estábamos en el distrito y no era lugar para discutir.
Al llegar a casa Peeta y Haymitch estaban allí. Peeta estaba tirado en el sofá y tenía muy mala cara.
-Me lo he encontrado en el suelo cuando venia hacia aquí-contó Haymitch, quien por cierto olía a alcohol, como siempre-le ha debido de dar un flashback porque está muy nervioso.
Me acerqué a él para ver como estaba cuando me intentó atacar. Ermion que estaba receptiva le bloqueó contra el sofá.
-Está peor de lo que esperaba-dijo con cara de preocupación- hacía mucho que no reaccionaba así, solo le pasa por las noches. De acuerdo, Katniss ve arriba a mi habitación y en el armario hay una caja con medicinas y tranquilizantes: traemela.
Subí corriendo como una bala y abrí el armario. Encontré una caja preciosa con adornos en oro y las iniciales E.T, parecía muy cara. La abrí y me di cuenta de que no era la caja de las medicinas: estaba llena de fotos de Gale y la familia de Ermion, una cadena que tenía una medalla con un sinsajo grabado, un pequeño muñeco de trapo y miles de cartas, todas de Gale. Cartas de antes y después de la guerra, cartas de amor, en las que él le abría su corazón. Sin duda lo que más me dolió fue que algunas de las cartas estaban escritas durante el periodo de guerra, cuando yo sentía algo por Gale, y Gale por mí. Quise leerlas todas pero en ese momento Ermion me llamó:
-¡Katniss date prisa!
Cogí una caja blanca que había al lado y me supuse que era la de las medicinas. Cuando bajé Ermion me dio instrucciones y entre todos conseguimos sujetar a Peeta e inyectarle el calmante. Verle allí, quieto, sufriendo... Se me rompió el alma. La cara le sudaba y estaba tembloroso, como si una parte de él quisiese atacarme y la otra besarme.
-Katniss, ¿estás bien?
-¡Eh! Ah sí, sí...- no se que me había afectado más: que Gale me había traicionado o que Peeta me volvía a odiar.
-Tranquila, se le pasará.
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Las heridas del pasado. COMPLETADA
FanfictionKatniss vuelve a casa después de recuperarse, no del todo, de sus heridas. Vivirá una serie de nuevas aventuras y romances en los que la vida la dará varias vueltas y jugará con sus sentimientos.