Capítulo 2

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Los días van pasando como horas y ya se adentra el invierno. Hoy he visto a Peeta camino de la estación de tren y al principio no me cuadraba por qué, hasta que la vi a ella. Alta, pelo rubio, ojos marrón chocolate y unos 18 o 19 años (como Gale). Tan guapa como siempre pero muy deteriorada, era ella: Ermion Tayler, la chica que ha estado desde los 14 años trabajando en la casa del panadero, limpiando y cuidando a sus hijos, a Peeta. Su madre era bibliotecaria pero cuando el Capitolio prohibió la venta y préstamo de libros  por miedo a que empezasemos a pensar por nosotros mismos tuvo que cerrar y ponerse a trabajar en las minas junto con su marido. Desafortunadamente ambos murieron en un accidente anterior al de mi padre y desde bien pequeña ella ha vivido con su abuela paterna. La parte de ella de la que yo salgo afectada, es que es el autentico amor platónico de Gale. Cuando le conocí ya estaba enamorado de ella y aunque ella alguna vez me lo negase se que ese amor fue correspondido. Recuerdo como fue la primera vez que Gale se declaró: tenían casi 13 años y estaban el uno colado por el otro, pero el único problema era que se acababan de morir los padres de Ermion y creo que ella no tenia muchas ganas de tener novio. Gale la regaló un ramillete pequeño de flores y ella básicamente se lo tiró a la cabeza. Después de eso todo fueron problemas: la muerte del padre de Gale, Ermion se pasaba todo el día trabajando y Gale cazando para poder comer, ambos se volvieron a enamorar... En otra ocasión, se rumorea que si estuvieron juntos, pero solo son rumores.

Ermion ha sido una superviviente como Gale y yo, y también cazaba como nosotros. No sabía que había sobrevivido, ya que no la vi por el Distrito 13.

No la odio por el daño que le hizo a Gale pero si que le podía haber tratado con más tacto.

Retomando el tema inicial: ella estaba aqui, con Peeta, así que me paré a preguntarle.

-Hola Peeta.

-Hola Katniss.

-¿Que hace ella aquí?

-Vaya que directa eres, ¿te molesta?-la respuesta fue un poco borde.

-No simplemente me extraña después de 3 meses vuelva alguien al Distrito 12-no se porque Peeta cree que me molesta; aunque es cierto que no lo he preguntado con mucho entusiasmo, ya sabe como soy yo.

-¿Por qué no vamos a mi casa y lo explicamos todo allí? Con Haymitch claro-¿con Haymitch? Eso si que era raro. Cuando había que tratar con Haymitch era por asuntos del Capitolio.

Fuimos los tres a su casa en silencio hasta la puerta, y allí estaba Haymitch.

-He recibido la carta.

-Bien así ya estamos todos.

-¿Como todos? Yo no sabía nada, ¡nunca me cuentan nada!

-No te alteres Katniss, entremos en casa y aclaremos las cosas-dijo ella con un tono pacífico.

-Si no te has enterado Katniss es porque nunca abres el correo-contestó Peeta en un tono cortante.

Entramos todos en la casa de Peeta. Ermion preparó te y nos sentamos junto a la mesa. Ella empezó a hablar en tono dulce y sereno:

-Bueno yo creo que todos me conocéis más que de sobra pero lo que no sabéis es qué hago aquí: el Capitolio me ha mandado para, por decirlo de alguna manera, cuidaros a vosotros tres. Desde un principio era y seguirá siendo Haymitch vuestro tutor y mentor, pero debido a su visible problema con el alcohol el gobierno a iniciado un plan en prácticas para ayudaros y reinsertaros. Mi función inicial es echaros una mano en las tareas domésticas, regular vuestras medicinas, serviros de tanto psicóloga como de amiga y seguir las órdenes del Capitolio. Ayudar a Peeta a reabrir la panadería, a Haymitch a dejar poco a poco el alcohol y a Katniss, en todo que ella necesite. Intentaremos ser como una familia unida. Se que la guerra nos ha dejado huella a todos, pero creo que es el momento de empezar a olvidar.

Todos callamos durante un rato que nos pareció como una hora, nadie sabia que decir. De repente, Haymitch empezó a aplaudir. No sabíamos si estaba borracho, no sabíamos como reaccionar; así que, decidimos empezar a aplaudir. Yo del todo no estaba de acuerdo pero me calle porque sus intenciones parecían tan buenas que no me apetecía andar contradiciendo al Capitolio.

Ermion preparó la cena y todos nos sentamos a la mesa. La comida estaba exquisita y Peeta repitió varias veces.

-Como echaba de menos tu comida Ermion.

-Yo también-contestó Haymitch-vamos nunca la he probado pero no sé como he podido vivir sin ella, jajajajaja.

Todos nos reímos pero no sé si estoy muy contenta con la nueva idea del gobierno.

-Bueno chicos viviré aquí al lado así que pedirme lo que necesitéis. Todas las comidas serán en mi casa a las 7:30, a las 1:30 y a las 20:30 y si tenéis algo que hayáis cazado-dijo mirándome a mí-dadmelo si queréis que lo cocine. La ropa sucia me la podéis dar cada día para que la lave y bueno, mañana seguiremos hablando y si estamos todos de acuerdo firmamos el permiso del gobierno.

Nos fuimos cada uno a su casa. Yo me pasé toda la noche pensando: ¿merecía la pena? ¿Nos estaba metiendo en algún lío? ¿Verdaderamente nos podía ayudar? Y lo más importante: ¿me sentía celosa por lo que Ermion consiguió con Gale?

Las heridas del pasado. COMPLETADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora