16: ✅

13 3 3
                                    

Ya le había comentado a Beli que iría al culto ese domingo, pero yo aún no me lo acababa de creer. Estaba parada frente al armario sin saber que ponerme. Blusa, short, falda, pantalón, tenis tacones... ¿vestidos? ¿se tenia que ir con vestidos a la iglesia? yo no tenia ninguno. 

De pronto Beli entro a mi habitación, llevaba una blusa blanca manga corta y una falda azul, bastante sencillo.

— ¿Cómo vas?— preguntó.

— No se que ponerme— confesé.

— Oh, bueno— dijo acercándose al armario— vaya que el problema aquí no es que no tengas ropa.

Sonreí ante el comentario.

Gracias al trabajo de mi padre, teníamos una vida un tanto acomodada. Y cuando una familia tiene dinero, también tiene prioridades. Algunas priorizan que sus hijos tenga la mejor educación, otras tener el mejor carro, algunas tener el mejor seguro, tener la mejor casa, tener el mejor negocio, etc, ect. La prioridad de mi madre era que tenga la mejor ropa. Si, ropa. 

En mi opinión es algo ridículo. Pude haber ido a una mejor escuela, pudimos haber tenido una mejor casa, un mejor seguro o incluso algo que el dinero no puede comprar: una mejor relación familiar. Pero no, nuestra prioridad era tener la mejor ropa.

Bueno, la de mi madre al menos.  La prioridad de mi padre parecía ser permanecer lo más lejos posible de nosotras.

— No tienes porque ir muy elegante o usar algo con lo que no te sientas cómoda— continuo Beli— Por ejemplo, ¿Qué tal esto?— y saco una blusa roja— ¿con esto?— sacando unos jeans azules.

— No esta mal— dije— pero ¿Estas segura de que es lo apropiado?

— ¿Por que no lo seria?— pregunto Beli— apresúrate en cambiarte o llegaremos tarde.

Mi hermana salió de la habitación y me vestí, también prepare mi maleta para ir al lago, llevaba una toalla y ropa de cambio.

Baje las escaleras y me encontré con Beli en la cocina.

— Te prepare unos sándwiches y galletas para la salida al lago— dijo entregándome dos contenedores de plástico— posiblemente ahí les den comida, pero porsiacaso.

— Esta bien— dije— gracias.

— No te preocupes— sonrió Beli— y dale unas cuantas a Fleur de mi parte.

— Lo hare— le asegure. 

Poco rato después, salimos de la casa y llegamos a la iglesia. No era muy grande pero era muy bonita, tenia un gran auditorio donde se encontraban algunas personas sentadas charlando. Entre ellas estaban Fleur y Ana que hablaban con una mujer pelirroja que parecía ya haber pasado los 20.

Beli y yo nos acercamos

— Hola— saludo Beli.

— Hola, que gusto verlas por aquí— saludo Ana con su habitual sonrisa— oh, Charlotte, te presento a Raven, es la líder del grupo de jóvenes.

— Mucho gusto— saludo Raven y yo hice un gesto de saludo—tengo entendido que nos acompañaras en nuestro paseo al lago.

— Si, estaré ahí— respondí.

— Genial— dijo Raven— nos veremos al final del servicio, tengo que buscar mi asiento, espero que lo disfrutes.

— Gracias.

— Gracias, Raven— dijo Beli despidiéndose y se giro hacia Fleur y Ana— nosotras también iremos a buscar asiento.

— Fred nos ha guardado sitio— dijo Ana— pueden sentarse con nosotros.

— ¿Enserio? Gracias.

— No te preocupes.

Fuimos a sentarnos con Fred, quien se encontraba leyendo un gran libro que suponía que era una Biblia. Saludamos a Fred y Ana se sentó a su lado, Beli a su costado y yo junto a Fleur. Justo en ese momento empezó el servicio, un hombre subió al escenario presentándose como el pastor Josh y dando la bienvenida a todos, después dio pase a los músicos y todos empezaron a pararse.

Había una gran pantalla que mostraba las letras de las canciones, todos cantaban y levantaban los brazos al cielo. Yo no tenia ni idea de que hacer. Me centré en la voz de las coristas y la música. Tenían talento y me parecía extraño que lo reservaran para eso, podrían convertirse en grandes artistas y hacer cosas más grandes que cantar en una iglesia de un pequeño pueblo.

Luego de algunas canciones, todos se sentaron y el pastor Josh volvió a subir al escenario para dar el mensaje. 

— Hoy quiero dar un mensaje muy importante para nuestra vida como cristianos— dijo— ¿Alguna vez sean preguntado si están haciendo lo suficiente? Yo si, muchas veces. Pero principalmente se me viene la pregunta: ¿Estoy haciendo lo suficiente por Dios? 

>> Digo,  yo a veces pensaba que Dios esperaba que yo hiciera algo asombroso, algo digno. Mi mayor anhelo era sorprenderlo, hacer que se sintiera orgulloso de mi al ver las grandes cosas que hice por mi cuenta. No tiene nada de malo querer agradar a Dios, es más, es algo que debemos lograr pero no a través de nuestras propias fuerzas. Durante mucho tiempo intente hacer las cosas por mis propios medios y fue una presión horrenda que me genero mucha ansiedad y un gran temor al fracaso. Y si tu te encuentras en esta situación al igual que yo hace mucho tiempo, déjame mostrarte que nuestra vida con Dios no funciona de esta manera. Quiero que nos vayamos a los siguiente versículos, Efesios 2:4-5

Todos abrieron sus Biblias y también apareció un texto en la pantalla del escenario.

"Pero Dios, quien es rico en misericordia, por su gran amar con que nos amó, aun estando nosotros muertos, nos dio vida juntamente con Cristo, por gracia sois salvos"

— Y ahora Efesios 2:8-9

El texto de la pantalla cambio.

"Porque por gracias sois salvos por medio de la fe, y esto no es de vosotros, pues es don de Dios, no por obras para que nadie se gloríe"

— ¿Qué nos quieren decir estos versículos?— continuo el pastor— La Biblia nos esta hablando de la gracia de Dios. Dice que por gracia somos salvos. La palabra gracia es similar a "favor", "merced", "don", "regalo" y "perdón". Esto quiere decir que la gracia es un regalo, la gracia es un favor, un don- como dice Efesios 2:8-9-. Asimismo, nos dice que la gracia no es por obras. Esta gracia es inmerecida, que nuestro Dios misericordioso y lleno de amor nos ha dado. 

>> Así que todos pueden recibir esta gracia si la aceptan, no importa lo que hagas, jamás la perderás. Quítate esas cadenas y esa ansiedad de querer ser suficientes o lo suficientemente "capaces", porque... con mucho respeto, no lo eres. Yo tampoco lo soy. Dios si es capaz, y lo único que quiere y pide de nosotros es un corazón dispuesto a todo por el. Un corazón dispuesto a dejar las cargas del pasado, dispuesto a ser transformado, a ser redimido por Su amor. 

>>Muchas personas piensan que Jesús solo vino a salvarnos. No, Jesús también vino a reconciliarnos con Dios y asimismo, permitir que encontremos un propósito en El, un propósito que solo podremos alcanzar si nos apoyamos y confiamos en El, no en nuestras propias fuerzas. Buscar a Dios, tener un relación con El, sentir su amor, su presencia, descubrir mi propósito, saber que todo lo que tengo y todo lo que he conseguido es gracias a El y nadie más que El, llena mi corazón de alegría. A eso nos referimos los cristianos cuando decimos que no cambiaríamos a Dios por nada que nos ofrezca este mundo. Claro que habrá dificultades, que en algún momento sentiremos que nos derrumbamos pero siempre tendremos a nuestro Dios que nos sostiene— todos empezaron a aplaudir— así que confía y ten fe, porque nuestro Dios ha vencido al mundo, a vencido la enfermedad, el luto, la tristeza, el dolor... ¡El lo ha vencido todo en la cruz!

Lo que sana a un corazón- TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora