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Había logrado traerme una mochila con mi pijama y ropa de cambio de la casa de Beli; nos encontrábamos en el cuarto de Fleur sentadas en la cama y rodeadas de un montón de piqueos y golosinas mientras hablábamos de cualquier cosa.

No tenia una pijamada desde hace mucho tiempo, con Sam no las hacíamos seguido.

― Yo nunca he salido con nadie― comento Fleur dándole un mordisco a su galleta oreo.

― ¿Enserio?― pregunte algo sorprendida. A sus 16 años, Fleur era muy bonita, amable y también una de las personas más sociables que he conocido. Era difícil creer que jamás haya salido con nadie. 

― Tampoco di mi primer beso― sonrió de medio lado― hubo muchos que intentaron tener algo conmigo pero... yo solo estoy esperando al indicado.

― Vaya.

― ¿Y tu?

― La verdad es que no pienso mucho en relaciones amorosas desde que tuve un casi-algo con un chico a las 14 años ― dije.

En realidad, nunca había pensado demasiado en eso y tampoco era de las chicas que se morían por tener pareja.  

― Pero supongo que esperar al indicado es mejor― dije.

― Si, aunque eso no te hace inmune a enamorarte― dijo Fleur― créeme, muchas veces me enamore de las personas incorrectas. 

― En mi escuela había mucha presión social con eso de conseguir pareja― comente.

― Suena a que los chicos de tu escuela no eran muy simpáticos― dijo.

― No, no lo eran― reí― la escuela también era muy exigente, muchas materias y los cursos curriculares eran obligatorios, uno como mínimo. 

― No podría sobrevivir ahí― rio Fleur.

― Yo tampoco estoy muy segura de como lo hice― dije― pero tenia una amiga...

Calle de inmediato al darme cuenta de que casi menciono el nombre de Sam. No quería arruinar el momento de charla tranquila que estábamos teniendo. Mencionar a Sam significaría mencionar que esta muerta, mencionar el tiroteo... y mencionar todas esas cosas que odiaba recordar.

No necesariamente.

Recuérdala por quien fue, no por lo que paso.

― Se llamaba Sam― dije al fin― nos conocíamos desde hace mucho tiempo. También era cristiana, por ella conocí un poco de Dios y fue mi mejor amiga durante todo el tiempo que estuve en esa escuela― me acomode apoyando mi espalda contra la pared y abrazando mis piernas atrayéndolas a mi― siempre estuvo para mi y me apoyo en mis peores momentos.

Me quede en silencio y parece que Fleur noto mi expresión porque me pregunto si me encontraba bien. Quizás ese era otro momento para decir lo que paso y soltar otro nudo del recuerdo para que finalmente se vaya y ya no duela. 

― Si― dije― solo que... ella falleció este año, hubo un tiroteo en la escuela. Murieron muchos alumnos. 

Fleur se llevo una mano a la boca horrorizada.

― Char... lo lamento muchísimo― dijo.

― Tranquila... ya estoy recuperándome de lo que paso, poco a poco.

― ¿Por eso viniste aquí?― pregunto Fleur.

― Si― dije omitiendo que también había tomado esa decisión por las peleas de mis ya divorciados padres― necesitaba despejar mi mente. 

Ambas nos quedamos en silencio un momento, yo cogi una galleta de la bolsa que Fleur había traído.

― ¿Algunas vez... leíste la Biblia?― pregunto Fleur.

― No― dije― pero me interesa empezar a leerla.

Fleur se levanto y agarro un grueso libro de su estantería color marrón claro que tenia grabada las palabras "Santa Biblia" de color dorado en la portada.

― Hay un versículo que me gusta mucho― dijo abriendo su Biblia y colocándola sobre la cama. Estaba subrayada y marcada, con pequeñas anotaciones en los costados. Fleur empezó a pasar las hojas y se detuvo por la mitad― aquí, en Salmo 62:1.

"Solo en Dios halla descanso mi alma; de El viene mi salvación"

― Estoy segura de que tu amiga esta descansado― dijo Fleur― sin experimentar ningún tipo dolor o sufrimiento, solo paz. 

― Si― sonreí con algo de nostalgia― muchas gracias, Fleur.

― No te preocupes― contesto― y por cierto, Mary va iniciar un grupo pequeño para chicas en el que enseñará a principiantes a leer la Biblia. Me dijo que te avisará por si estabas interesada en entrar.

― Claro― dije― seria genial.

― Mary es muy buen enseñando― dijo Fleur― y le encanta profundizar en todo lo que la Biblia enseña.

― ¿Tu como aprendiste?

― Bueno, cuándo creces en una familia cristiana aprendes de Dios constantemente― dijo― pero también tuve mis dificultades para empezar a estudiar la Biblia por mi cuenta, es un proceso y se necesita tomar el habito de leerla seguido.

― Suena como algo muy complejo.

― Créeme, lo es― dijo― por eso siempre es bueno meterse a estos grupos de estudio. Le diré a Mary que quieres unirte, estará muy feliz. 

Nos pasamos el resto de la tarde hablando, comiendo y viendo peliculas hasta que recién en la madrugada se nos gastaron las energías y nos quedamos dormidas.

Lo que sana a un corazón- TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora