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Almorcé tarde y solo porque mi hermana insistió en que tenia que comer algo.

― Iré a casa de Ana― dije apenas termine de comer.

― ¿Otra vez?― pregunto Beli― ¿Se te olvido algo?

― No, no― respondí― solo que quedamos con Étienne y Kevin para ir a estudiar.

― ¿Un feriado? Haces tareas un viernes por la tarde y vas a estudiar un lunes de feriado... tu si eres rara, Char.

― Estamos en ultimo año― dije― no podemos confiarnos.

Beli suspiro.

― Esta bien, solo regresa temprano.

― Aja― dije y salí del restaurante antes de que pudiera decir algo más.

Tome el mismo camino de siempre, cruzando el parque, y cuando faltaban unas cuentas cuadras para llegar...

― Hola, Charlotte.

Me sobresalte y me gire. Étienne.

― ¡Me asustaste horrible!― le dije. 

― Lo siento― se disculpo― pensé que ya me habías visto.

― Si te hubiera visto, ya te habría saludado― respondí.

Étienne hizo una mueca.

― Buen punto.

Negue con la cabeza y continúe caminando, el me siguió.

― ¿Y como estas?

― Bien― conteste― ¿Tu?

― Igual― dijo― Kevin me dijo que Mary le había dicho que tu le dijiste a Fleur que inscribirás en el grupo pequeño de Mary. 

Me pare en seco.

― Los chismes vuelan.

― Las noticias vuelan― corrigió sonriendo divertido― ¿Es cierto?

― ¿Tu que crees?

― No se, por eso te pregunto.

― Pues, lo que oíste es cierto― dije― entrare en el grupo de Mary. Quiero conocer más de la Biblia.

― No es un libro cualquiera― dijo Étienne― y no se puede entender así por así. Hay personas que dedican su vida a estudiarla. 

― Si― dije― había escuchado de eso. Creo que se llamaba teología. 

― Si― respondió― y la Biblia también cambia vidas, justamente porque se trata de la Palabra de Dios. 

― ¿La lees seguido?― pregunte.

― Todos los días― sonrió― ya es un habito. Aunque claro, no es solo leer por leer, también es aplicar lo que lees. No tienes idea de cuanto me costo eso ultimo. Por eso es bueno entrar a grupos como los que entraste.

Llegamos a la casa de Ana y Étienne toco el timbre. Ana abrió la puerta. 

― Hola, chicos― sonrió― pasen, pasen.

― Muchas gracias― dijo Étienne. 

Ana nos dejo el comedor libre junto con una jarra de agua y galletas.

― Le avisare a Fleur que ya están aquí― dijo Ana.

―Esta bien, gracias― dije. 

Ana subió y Étienne y yo tomamos asiento en la mesa del comedor. 

Lo que sana a un corazón- TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora