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Habían pasado casi dos meses desde que Beli vino y nos dio la propuesta de llevarme a vivir con ella. Sin embargo, mis padres no tocaban el tema en ningún momento, cosa que me ponía en duda sobre su decisión. 

Por más que hablara de eso todo el tiempo con mi hermana, ella nunca me decía que decisión habían tomado mis padres. Siempre decía cosas como "ya te dirán", "aun no estoy segura", "todavía lo estamos hablando".

No entendía que estaba pasando, toda esa situación me estaba frustrando mucho. Sin embargo, una tarde, al salir de mi sesión con mi psicóloga, vi a mi madre afuera, esperándome. Eso era extraño. Era raro que mi madre viniera a recogerme, usualmente iba sola a mis sesiones con la psicóloga y regresaba sola también. Supuse que mi madre tenia que hablar con la psicóloga pero no fue así, había venido por mi. 

— ¿Cómo te fue?— pregunto mi madre.

— Amm... bien— respondí tratando de contener mi "¿Qué haces aquí?"

— Me alegro— dijo y sonrió de medio lado. 

Ambas nos quedamos en silencio un momento, de esos silencios incomodos. Unos segundos después, nos dirigimos a la cochera sin dirigirnos la palabra y mi madre comenzó a conducir rumbo a la casa. 

Nunca había disfrutado mucho mis paseos en carretera con mis padres, nunca hablamos de nada. No sabia si era porque ellos no tenían nada que contar o porque simplemente no querían hacerlo.

Beli me decía que mamá no era así. Según mi hermana, antes de perder a su esposo, nuestra madre era una persona muy amable y alegre, cariñosa y atenta. Que le encantaban los juegos de mesa y ver películas en las noches, las cenas con conversaciones animadas y las reuniones familiares. Le gustaba ir de viaje y escuchar música, era amante de los libros y las cosas antiguas. Para mi sonaba como otra persona. Se me hacia imposible imaginar a mi madre, Hanna, como esa Hanna que Beli describía. 

Cuando llegamos al edificio, subimos las escaleras en silencio. Entramos a nuestro departamento y justo cuando estaba por irme de frente a mi habitación, mi madre me llamó.

— Charlotte, espera— dijo. Yo me voltee a mirarla— tengo que comentarte algo.

— Dime— dije algo esperanzada de que fuera a hablarme sobre la decisión que había tomado con mi padre, respecto la propuesta que nos había echo Beli. 

Mi madre se quedo en silencio un momento, lo que me hiso pensar que lo que estaba por contarme seria difícil de expresar para ella. 

— Bien— dijo mi madre con un suspiro— lo que pasa es que... cuando Beli vino a visitarnos el mes pasado y hablo conmigo, me propuso algo.

Asentí con la cabeza para que continuara. 

— Dijo que pensaba que todo esto esta haciendo muy difícil para ti— dijo mi madre con un hilo en la voz— que en realidad tu padre y yo, no te estamos dejando sanar y superar todo lo que pasaste en abril por nuestras peleas... Y lo se, hija. Se que tu padre y yo no estamos actuando de una buena forma y no pienso justificarme de ninguna manera. 

Hizo una pausa para suspirar.

— La psicóloga misma lo dijo y no le tome mucha importancia pero cuando lo dijo tu hermana... fue diferente. Hija, Beli me propuso que te fueras a vivir con ella a Champ Bleu y tu padre y yo estuvimos de acuerdo con ella.

Sentía un alivio inmenso inundarme por completo. 

Si bien era cierto, no me gustaba mucho la idea de irme a vivir a un pueblito fuera de la ciudad. Pero iba a ir con Beli y me iba a alejar de casa por el tiempo, ese echo logro animarme. No obstante, tuve que ocultar mi emoción, ya que mi madre no parecía estar en absoluto contenta. 

— Estuvimos de acuerdo en que será lo mejor para ti y para nosotros— dijo con una media sonrisa— lo siento mucho. 

— No te preocupes, mamá— dije— esta bien.

— ¿No estas molesta?— pregunto.

Rayos. 

No me había dado cuenta. 

¿Qué tipo de adolescente de dieciséis años no se enojaría si le dijeran dé repente que se iría a vivir a un pueblo que queda a dos horas de su casa con su hermana mayor porque sus padres tienen demasiados problemas y no pueden hacerse cargo de ella? 

Si no hubiera sabido absolutamente acerca de la idea de mudarme a Champ Blue con Beli, me habría enojado muchísimo. Sin embargo, ese mes de espera me sirvió para ver ambas caras de la moneda y darme cuenta de que esa era una muy buena oportunidad para poder olvidarme de todo y empezar desde cero. 

— Bueno, un poco— mentí— pero entiendo tu punto y lo agradezco.

Mi madre mi miro con extrañeza, era más que obvio que no me creía pero no insistió más. Mi madre no volvió a mencionar el tema hasta dos días después que fue en una de esas raras tardes donde mi padre llego a casa a almorzar. 

Las comidas en casa, al igual que los paseos en auto, solían ser silenciosas o a veces mis padres conversaban de asuntos de negocios, cosas por pagar, la firma de abogados de mi padre, etc, etc. Cosas a las que se les puede llamar "Cosas de adultos". 

Sin embargo esa vez fue diferente. Muy diferente.

— Amm... Y ¿Cómo has estado, Char?— pregunto mi padre.

Levante la cabeza.

¿Me había preguntado como estaba? Y ¿Me había llamado "Char"? 

— Ehhh... bien, supongo— conteste. 

Nos volvimos a quedar todos en silencio. Hasta que mi madre lo rompió. 

— Ya le comente a Charlotte lo de irse a Champ Blue.

— Ah, eso— el ambiente se volvió algo tenso— y... ¿Qué opinas de eso Charlotte? 

¿Ahora me estaba preguntando mi opinión? 

En ese momento entendí a que estaba yendo todo eso. Mi padre era ese tipo de personas que, si está de acuerdo con algo no te preguntara que te parece, simplemente lo hará. Pero si no está de acuerdo, te preguntara tu opinión esperando que tu tampoco lo estés. 

El era así, pensaba que todo el mundo giraba a su alrededor y que todos debían opinar igual que el o si no, simplemente estaban equivocados. Terco, extremadamente terco, manipulador, machista, perfeccionista...

Sabia no que sedería tan fácilmente a la propuesta de Beli y la opinión de mi madre respecto a ella.  Pero yo no negaría mi opinión, no cuando ya había tomado una decisión. 

— Me parece genial— conteste con indiferencia. 

Mi padre casi se atraganto con el agua. 

— ¿En serio?— pregunto.

— Si— dije sonriendo— creo que es una buena forma de iniciar desde cero y que ustedes puedan solucionar todos sus problemas.

Cosa que al parecer durará mucho tiempo.

Mi padre se quedo perplejo durante una milésima de segundos para después voltear a ver a mi madre como si ella me hubiera convencido. 

— Es una opinión que concluí por mi propia cuenta— aclare. 

— ¿Pero que hay de París?— pregunto mi padre— ¿Y tu vida aquí?

Lo único que tenia aquí además de ellos era a Sam, y a ella ya la había perdido. 

Me quede en silencio un momento, hasta que por fin me atreví a decirlo.

— Quiero irme—les dije— ya no quiero estar aquí— voltee a ver a mi padre— por favor, solo les pido eso. 

Mi padre me miro fijamente.

Sabia que se acercaba otra pelea, una de la que normalmente huiría. Pero yo ya habia brindado mi opinión. Si le vas a echar más leña al fuego, más te vale quedarte a verla arder.  

— Ya hablamos de eso— le dijo mi madre. 

Y también pelearon sobre eso. 

Para mi sorpresa, mi padre solo dijo: 

— Te iras con Beli a Champ Blue. 

Lo que sana a un corazón- TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora