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— Vaya— dijo Beli después de contarle todo lo que paso en la salida con el grupo de jóvenes— fueron muchas cosas en una sola tarde.

— Si, lo fueron— suspire.

— Lamento mucho que hallas tenido otro ataque de pánico ¿Cómo te sientes?

— Tranquila, estoy mejor— dije— estoy mucho mejor.

Beli sonrió y me abrazo.

— Estoy muy feliz por que hallas aceptado a Jesús— dijo y yo le respondí el abrazo— vas a superar todo esto— susurro. 

— Eso espero— dije sonriendo y nos separamos del abrazo.

— No, no dudes. Créelo— me recordó.

— Lo creo— afirme. 

— Bien, ahora tenemos que cenar y tu debes de irte a la cama, mañana tienes clases— dijo con el típico tono autoritario de hermana mayor, yo puse los ojos en blanco— Vamos, animo, animo.

***

— Buenos días— saludo alegremente Fleur al verme en la entrada del colegio.

— ¿Cómo puedes estar tan animada un lunes por la mañana?— pregunte sin dejar de caminar.

Estaba con los ánimos por el subsuelo comparado con los de la tarde del día anterior, y el solo pensar en los cursos que me tocaban esa mañana, en la sesión de 2 horas y media con mi tutor por la tarde, las tareas y el poquísimo tiempo que tendría para hacer las cosas que realmente me gustaban, hacia que me doliera la cabeza. 

— No tengo la más mínima idea— dijo sonriendo y apresurándose a seguirme.

— Si el colegio no me explota, mi tutor lo hará— dije de mal humor— el sábado me mando a crear una presentación sobre la primera guerra mundial para mañana ¡Para mañana! ¿Puedes creerlo? Apenas he avanzado tres diapositivas y el señorito quiere quince como mínimo. Además se que mañana es el examen de Algebra... no voy a poder con todo esto. 

— Deberías decirles a tus padres— dijo Fleur entrando a nuestro salón. 

— Lo he echo pero mi padre insiste en que debo seguir, igual que mi madre— me lamente. 

De echo, es una de las pocas cosas en la que ambos han estado de acuerdo.

— ¿Qué curso toca?— pregunte. Fleur saco su agenda e hizo una mueca.

— Física...— me tumbe sobre mi escritorio.

— ¿Mala mañana?— se burlo Melle pasando por nuestro lado.

— Que te muerda la lengua el ratón— murmure y Fleur estalló en risa.  

Después de los dos primeros bloques de clase, Fleur y yo fuimos a la cafetería a comer el refrigerio. Beli había preparado pie de manaza el día anterior y me había mandado una rebanada. 

—Después de la salida al lago no hablamos mucho— comento Fleur dándole un mordisco a su hamburguesa de queso. 

Era cierto, yo me había marchado a casa de Beli apenas regresamos al pueblo. No llegue a contarle nada a Fleur sobre lo que paso con Étienne, tampoco el echo de que había aceptado a Jesús. 

— Si, estaba muy cansada— dije— estuvo genial, gracias por invitarme.

— No hay problema— sonrió Fleur— yo también me la pase muy bien.

— Y... lamento haberme ido así— dije.

— Tranquila, esta bien.

Nos quedamos un momento en silencio y le di un bocado a mi pie de manzana antes de volver a hablar.

— De echo— dije— hay algo que quería contarte.

— Dime.

— Cuando estuve con Étienne en el bosque— empecé— no me sentía muy bien... y el empezó a hablarme un poco de Dios.

Fleur dejo su hamburguesa a un costado.

— Okey...

— Si y... me comento sobre lo del sacrificio de Jesús, lo que eso significaba y lo que Dios quería para nosotros. 

— Aja.

— Y empezó a convencerme y me cuestione todo lo que había creído y pensado alguna vez. Me dijo que podía volver a empezar y tener una nueva vida— no pude evitar sonreír al pensar en eso de nuevo— y decidí aceptar a Jesús.

Fleur sonrió ampliamente y sin previo aviso me abrazo. Yo me tense, pero un segundo después le devolví el abrazo.

— Char, estoy muy feliz por ti— dijo sin soltarme— enserio, no sabes cuanto. He orado mucho por esto y estoy segura de que Beli también.

Yo sonreí.

— Gracias, Fleur.

Nos separamos del abrazo.

— ¿Eso significa que volverás ir a la iglesia?— pregunto esperanzada.

La verdad es que lo había pensado mucho. La iglesia, al igual que la escuela, es un lugar que me trae muchos recuerdos, tanto buenos momentos que pase con Sam como malos que me recordaban que ella ya no estaba. Sin embargo, mi psicóloga también me había dicho que tenia que empezar a dejarlo ir poco a poco. Tenia miedo de que esos recuerdos volvieran y me hicieran sentir mal pero no debía aislarme, debía seguir adelante. 

Sam habría querido que siga yendo y se que Dios también quería que siga yendo.

— Claro que si— dije sonriendo.

Fleur volvió a abrazarme.

— Enserio estoy muy feliz por ti, Char.




Nota del autor:

Hola a todos :)

Acabo de darme cuenta que es la primera nota que publico, omai. Bueno, aquí reportándome y agradeciendo una vez más por su apoyo. ¡Ya llegamos a las 100 vistas y al cap 20! Lo se, comparado a otras historias es muy poco pero es una cifra a la que nunca antes había llegado y me siento muy muy feliz. 

Me esta encantando escribir esta historia y cada vez estamos más cerca del final. Me siento muy agradecida con Dios por permitirme escribir y plasmar todas estas ideas, escribir para su gloria es algo que adoro demasiado y espero poder seguir haciéndolo en el futuro. 

Ya weno, sin más que decir los dejo porque si no voy a continuar escribiendo sin para jsjsjs

Una vez más, gracias por todo 💗




Lo que sana a un corazón- TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora