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El miedo se estaba apoderando de mi mientras preparaba mi mochila.

El primer día de clases había llegado. 

Mi corazón latía deprisa mientras preparaba mi desayuno, mis manos temblaban cuando intentaba peinarme. Cada uno de esas acciones me hacían recordar a la rutina para ir al colegio cuando estaba en casa, cuando iba a esa escuela, cuando Sam estaba viva...

— Charlotte— la voz de Beli me saco de mis pensamientos— ¿Me estas escuchando?

— Am... si, si— mentí.

— ¿Estas bien?

— Si, solo un poco nerviosa— conteste.

Pero "un poco" era una muy mala definición de lo que realmente estaba sintiendo, la verdad es que estaba aterrada. 

— Char— dijo Beli poniendo una mano en mi hombro— te prometo que todo estará bien ¿Okey? no pasará nada malo. 

— ¿Cómo estas tan segura?— pregunte.

— Confío en que todo estará bien— dijo— no debes tener miedo. Estas a salvo. Solo prométeme que darás lo mejor de ti. 

— Lo prometo— siempre lo hacía, todo el tiempo.

— Bien, vamos.

Salimos de la casa y caminamos por la acera. Estaba caminando más lento de lo que solía caminar y lo hacíamos en silencio, cosa que me ponía aún más nerviosa. Disfruto el silencio solo hasta el punto en el que me lleva a pensar, porque pensar te lleva sobre pensar, sobre pensar a la ansiedad y la ansiedad a ataque de ansiedad o de pánico. 

Este silencio me estaba llevando a pensar, cosa que no era una buena señal.

Llegamos a la escuela, no era muy grande, era blanca con una puerta azul y un cartel que decía: Escuela Secundaria Publica de Champ Blue. 

Vaya titulo innovador

Me voltee hacia Beli, quien me dedico una media sonrisa.

— Te ira bien— dijo y me abrazo.

— Eso espero— dije sin soltarla. 

¿Alguna vez han sentido uno de esos abrazos reconfortantes que te hacen sentir que no estas solo, que estas vivo y que de verdad estas aquí? Bueno, ese fue uno de ellos. Nos separamos del abrazo y yo me gire para entrar a la escuela. Suspire y me dirigí hacia el portón. Al entrar, había un ancho pasillo con una escalera que conducía al segundo piso. Algunos estudiantes conversaban animadamente en las puertas de sus salones.

Beli me había dicho que mi aula estaba en el segundo piso, aula 107. Subí las escaleras muriéndome de los nervios y con mi corazón latiendo descontroladamente. Sentía que algo malo iba a pasar, algo muy malo. 

Cuando llegue al segundo piso comencé a buscar el aula, 102, 103, 104, 105...

— ¡Hola!— me sobresalte y me gire con el corazón latiendo a mil por hora.

— ¡Fleur! ¡¿Qué mierda te pasa?!— exclame tratando de recuperar el aliento.

— Lo siento, no quise asustarte...—  se disculpo.

— Pues lo hiciste— conteste enojada. 

Nos quedamos unos segundo en silencio, Fleur estaba roja de vergüenza. 

— En serio lo siento— dijo.

Me mordí el labio, incomoda, tampoco era mi intención hacerla sentir mal. 

Lo que sana a un corazón- TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora