15: ✅

15 3 2
                                    

Me pase casi toda la noche del viernes y el sábado pensando en la invitación de Fleur. 

Si ir o no ir.

Recuerdo que Sam también iba a esas reuniones con los jóvenes de la iglesia, a veces me invitaba y me gustaba ir. Pero eso era cuando mi forma de ver a Dios era distinta. En ese momento no sabia que pensar de El. Dicen que es bueno, que es salvador, que creo al mundo, que hace milagros, que venció la muerte... pero no pudo librar a Sam, una chica que lo seguía de todo corazón, de un destino tan lamentable y trágico como lo que es morir en un tiroteo escolar.

Sam adoraba a Dios, era su todo y podía ver cuan importante era El para en ella en todo lo que hacia. Era amble con todos, servía en la iglesia, sacaba buenas notas, salía con el grupo de jóvenes, se llevaba bien con sus padres, era atenta, educada, a veces graciosa y muy buena amiga. Simplemente no entendía porque Dios (si existía enserio) dejo que Sam muriera así y votara a la basura todo lo que ella fue, todo lo que ella hizo. 

Durante un tiempo creí en Dios, o empecé a creer. Me estaba empezando a convencer pero todo se derrumbo junto con la vida de una de las personas más importante de mi vida.  Y en ese momento, simplemente no se que pensar. Estaba confundida frente a todo esto. 

Había leído mucho libros de ciencia, física y filosofía, tenia mucho argumentos para confirmar la teoría de la existencia de Dios, pero de pronto pensaba en Sam, Beli, Fleur... en esos testimonios vivos que a veces llegaban a tener más importancia que cualquier argumento científico ¿Acaso ellas eran tan ignorantes? ¿Tan ingenuas? ¿Cómo creyeron? ¿Qué cosas les habian metido en la cabeza? El mundo es tan extraño, tan extenso. Con tantas formas de pensar, de opinar, de razonar, de juzgar, de sentir... 

Lo único que sabia era que necesito buscar claridad. Y en todos los lugares en los que había intentando buscar, solo había salido con más dudas y preguntas sin respuesta. Si Dios es la verdad, si de verdad es el camino, si de verdad es la vida, si todo eso es real...

No tendría nada de malo intentarlo ¿No?

Si todo llegaba a ser una falsa, si nadie lograba responder mi más grande duda en el mundo... podría llegar a destruir todas sus convicciones fácilmente y no volver a pensar en eso nunca más.

No tengo nada que perder. Así que cogí mi teléfono y marque el número de Fleur.

 —¿Hola?— llamó desde el otro lado de la línea.

— Hola, Fleur— dije.

— Oh, hola Char ¿Cómo estas?— pregunto.

— Bien, solo llamaba para...— me detuve un momento.

Estaba nerviosa, ¿Y si no me perdonaba? 

Había oído que algunos cristianos no perdonan del todo, que siempre te juzgarán por lo que hiciste y te lo echaran en cara todo el tiempo. No podría soportar si Fleur me hace eso.

Sam nunca fue así, ni tampoco Beli, pero temía que Fleur si. 

— Para pedirte disculpas— dije— se que pude haber sonado muy ruda y lo siento. Creo que si quiero ir contigo a lo del grupo de jóvenes.

— Char, claro que te perdono— dijo, por lo que fue un gran alivio para mi— pero por favor no te veas obligada a venir, si en serio no quieres ir, no hay problema...

— No, ya lo pensé— dije— si quiero. Ósea, tengo mis dudas pero creo que es el único lugar en el que podre hallar las respuestas ¿Verdad?

— Por supuesto que si— dijo Fleur— y perdóname tu a mi también, si es que llegue a ofenderte.

— No, para nada— dije— solo... no fue nada.

Si, si había sido algo.

Sabia que tenia que ver con Sam, con encontrarme con algo que era tan importante para ella y algo tan extraño y hasta aterrador para mi. Si iba, todo me recordaría a ella y pondría mi mundo de cabeza, otra vez.

— Bueno, le diré a la líder que te anote para la salida— dijo Fleur.

— Bien, gracias.

— No te preocupes, buenas noches.

— Buenas noches— y colgué. 

Aquella noche no dormí muy bien, preocupada por lo que ocurriría al día siguiente. Por ratos me desmotivaba por completo. ¿Enserio valía la pena? Todo lo que había empezado a creer, murió junto con Sam. Toda esa fe en Dios que estaba empezando a crecer, se desvaneció por completo y solo entro duda. Duda sobre su existencia, duda sobre su amor, duda sobre su voluntad, duda sobre su capacidad, duda sobre su poder, duda sobre su presencia, duda sobre su protección. Duda, duda, duda. Preguntas, preguntas, preguntas y cero respuestas.

Al darme cuenta de eso, de las muchas preguntas que había y de las nulas respuestas, me convencía de que tenia que ir. Pisar una iglesia, quizás por última vez. Pero tenia que ir.

Una gran sensación de curiosidad invadió mi interior junto con la rabia y las grandes ganas de saber: ¿POR QUÉ? ¿Por qué Sam murió así? ¿Por qué me siento así? ¿Por qué me paso todo esto? ¿Por qué mi familia esta si? ¿Por qué todos tienen tanta fe en El, hablan tan bien de El y yo no puedo hacer lo mismo? ¿Por qué?

Y decidí irme al otro nivel.

Al día siguiente acompañaría a Beli a la iglesia, al culto. 



Lo que sana a un corazón- TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora