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Fleur y yo nos despertamos casi al mismo tiempo, nos turnamos para cambiarnos en el baño y bajamos a ver Ana. Recién en ese momento fui consiente de que eran las 11 de la mañana.

― Hasta que al fin se levantan― dijo Ana cuando entramos a la cocina― ¿A que hora se acostaron?

― No recuerdo― respondió Fleur.

Ana volteo a verme.

― 4 de la mañana― dije sin poder mentir.

― ¿¡4 de la mañana!?― pregunto Ana con cierta diversión― nuevo récord, Fleur. 

― De verdad que lo siento― me disculpe.

― No te preocupes― sonrió Ana― las vacaciones se crearon para poder desvelarse. 

Ana nos sirvió el desayuno. Consistía en unos huevos revueltos con tocino y tostadas francesas que no estuvieron nada mal.  Cuando terminamos, agradecimos a Ana por el desayuno y subimos a la habitación de Fleur para recoger mis cosas.

― Gracias por la pijamada― les agradecí a ambas cuando ya estaba por irme. 

― No te preocupes, cielo, fue un gusto― dijo Ana.

― Ya nos veremos más tarde― dijo Fleur― ¿Vendrás no?

― Tendré que preguntarle a Beli― dije― pero hare lo posible.

― Vaya ¿De verdad van a estudiar?― pregunto Ana― pensé que Fleur solo estaba bromeando.

Me despedí de ellas y seguí la indicación de Beli de ir a La Caille apenas salir de la casa de Ana. Para ser recién las 12, el restaurante ya tenia bastantes clientes.  Fui directo a la cocina y en el pasillo encontré a mi hermana pero no estaba sola. Beli hablaba con un hombre joven que nunca antes había visto. Eran casi de la misma estatura, aunque el era un poco más alto con tez más clara que la de mi hermana y un cabello castaño corto. 

― Char― saludo Beli al verme― ¿Cómo te fue con Fleur?

― Amm... bien― dije y volví a dirigir mi mirada hacia el hombre que parecía casi tan confundido como yo.

― Ah, Char, el es Simon― presento Beli― mi novio. Simon, ella es Charlotte, mi hermana menor.

Mentiría si dijera que ver al novio de Beli presentándose en La Caille no me tomo completamente desprevenida.

― Hola, un gusto― saludo Simon reemplazando su expresión confusa por una sonrisa amable― Beli me hablo mucho sobre ti.

Quisiera poder decir lo mismo.

― Es un gusto también― me limite a decir. 

Nos quedamos en un incomodo silencio por un momento.

― Amm... ¿Tienes hambre?― me pregunto Beli― Ya tenemos preparado el almuerzo. 

― Acabo de desayunar― respondí.

― Oh, okey. 

Nos volvimos a quedar en un incomodo silencio hasta que Simon hablo.

Cariño, ya me tengo que ir― le dijo a Beli― hay muchas cosas que hacer.

― Esta bien, no hay problema― dijo Beli que en parte parecía un poco aliviada. 

― Adiós, fue un gusto conocerte, Charlotte.

Yo asentí con la cabeza y el se fue desapareciendo por el pasillo.

― ¿Qué rayos fue eso?― pregunte cuando nos quedamos solas.

― Lo siento, no quería que fuese tan incomodo― dijo Beli― yo tampoco sabría que vendría.

― ¡No, me refiero a que te llamo cariño!― exclame. 

Beli levanto una ceja.

― Verás Charlotte, esa es un "apodo" muy usado en las parejas cuando están enamoradas― explico con sarcasmo. 

― Jamás me acostumbraré a esto― expliqué con dramatismo.

― Cierra la boca, Char― rio― solo estábamos conversando de cosas del trabajo. 

― Claro― dije― y Fleur y yo nos desvelamos toda la pijamada estudiando. 

Beli sonrió y me miro con cierta nostalgia.

― ¿Qué pasa?― pregunte.

― Tu sentido del humor esta volviendo― sonrió.

Puse los ojos en blanco.

― Ya te pusiste sentimental.

― Y ahora recuerdo cuanto odiaba que usaras tu sarcasmo― rio.

Sonreí y me apoye contra la pared del pasillo.

― ¿El sabia de mi?

― ¿Qué?

― Simon― explique― dijo que tu le hablaste mucho sobre mi.

― Si― suspiro― tenia muchas ganas de conocerte.

― Perdón― dije― fui muy fría con el ¿Verdad?

― No... solo, creo que ambos...

― Me tomo por sorpresa.

― Exacto― dijo Beli― y tu le tomaste por sorpresa a el. Yo soy la que debería disculparme.

― No― dije― eso ya lo hiciste. No parece un mal hombre.

― No lo es― contesto― es fantástico. Es todo lo que siempre he querido y más.

Sonríe.

― Quizás otro día podamos conocernos  mejor― dije.

― Si, eso espero.

Nos quedamos en silencio otra vez. Pero este no fue incomodo, solo una pausa para pensar. 

― Debo volver a la cocina― dijo mi hermana― Marcus me matara si se entera que la razón de mi retraso fue Simon.

― Si te pregunta, mencióname a mi también. 

― Esta bien― rio Beli.

― Te espero. 




Lo que sana a un corazón- TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora