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Me levante a las 9 de la mañana, y por un momento no me di cuenta de donde estaba hasta que recordé: la mudanza, el restaurante de Beli, la casa de Beli...

Suspiré, me levante de la cama y salí del cuarto para entrar al baño. Lave mis dientes y me di una ducha corta, cuando salí me cepille el cabello y lo sequé con una toalla. Después de cambiarme, baje las escalera. Beli estaba en la cocina haciendo el desayuno.

— Al fin despiertas— dijo.

— Beli, son las nueve de la mañana ¿Quién se levanta a estas horas un sábado?

— En realidad, me levante a las siente— respondio Beli con una sonrisa— hay un restaurante, unos clientes y una hermanita molesta que mantener.

Puse los ojos en blanco.

— Y ¿Qué estas preparando?— pregunte.

— Huevos revueltos, tocino y tostadas— contesto Beli mientras removia los huevos en la sarten.

— Preparas cosas muy simples para ser chef y administradora de una restaurante— dije.

— No tengo mucho tiempo para preparar cosas muy elaboradas— contesto sirviendo los huevos en un bowl— Oh por cierto, hoy iré a visitar a Ana, va a hacer una parrillada en su casa. Su prima Fleur estará con ella, si quieres puedes venir y conocerla.

— No lo se Beli...— dije metiendo unas dos tostadas en la tostadora.

Después de Sam, nunca tuve otra amiga. Nunca fui muy sociable ni solía empezar las conversaciones. 

Quizás ese fuera el momento para conocer a otras personas y ser una adolescentes normal. Pero no sabia nada de ser una adolescentes normal.

Por mucho tiempo estuve fuera de todo, de fiestas, de conversaciones, de reuniones, modas, etc.  Tampoco usaba redes sociales, solo tenia mi teléfono para llamar a mi padres si salía a algún lado (cosa que raras veces hacia) y  para escuchar música (cosa que siempre hacia). 

Por eso, no me sorprendería que la tal Fleur me vea como una chica rara. No tenia muchas esperanzas, pero tampoco tenia mucho que perder si iba.  Así que después del desayuno, le dije a Beli que iría con ella.

— ¡Sabia que ibas a decir que si!— dijo muy entusiasmada.

— Solo... ¿Hasta que hora nos quedaremos?— pregunte.

— Oh, solo hasta la hora del almuerzo— respondió— tengo que regresar al restaurante para la cena.

Un sentimiento de culpa me invadió.  Beli no había ido al restaurante el día anterior, se había quedado conmigo después de mi pesadilla. 

— Oye... lamento que hayas faltado al trabajo por mi— dije— no quise causar problemas.

— Char, no digas eso— dijo Beli— no fue tu culpa. Y no causaste ningún problema, estoy segura de que Lili y Marcus cuidaron bien del restaurante en mi ausencia, tranquila. Ahora vamos, le dije a Ana que la ayudaría aderezando la carne.

***

La casa de Ana y su esposo Fred estaba cerca de la casa de Beli, a dos cuadras para ser exactos. Era una casa un poco más grande que la de mi hermana, de dos pisos y un patio donde había un gran árbol. Tocamos el timbre y Ana salió a recibirnos. 

Ana era una joven de la edad de Beli de pelo rubio largo, ojos color miel y unas cuantas pecas. Era un poco más alta que Beli y llevaba un vestido amarillo que le llegaba un poco más abajo de las rodillas. 

— ¡Beli!¡Qué bueno verte!— exclamo con una gran sonrisa— Hacia mucho que no venias a verme.

— Estuve ocupada con el restaurante— respondió Beli— y preparando todo para la llegada de Charlotte, claro.

Ana se giro hacia mi sonriente.

— ¿Tu eres Charlotte?— yo asentí con algo de timidez— Que bueno al fin conocerte, bienvenida a Champ Blue.

— Gracias, también es bueno conocerte— dije.  

— Beli nos hablo mucho de ti— dijo Ana emocionada— Fred tiene que saber que están aquí, pasen, pasen. 

Su sala era amplia y bonita, al igual que el comedor. Había muchas plantas y macetas con flores en las ventanas.

— ¡Fred! Beli esta aquí— llamo Ana.

— Ya voy— de la cocina salió un hombre que parecía de la misma edad de Beli y Ana— ¡Beli! Que bueno verte— dijo Fred abrazando a mi hermana.

— Lo mismo digo— dijo Beli— y, te presento a mi hermana, Charlotte, viene de París.

— Que bueno conocerte, Beli nos contó mucho sobre ti.

— Si, ella también me contó mucho sobre ustedes— dije.

Nos ofrecieron entrar a la cocina, estaba muy limpia y ordenada, y tenia una mampara que daba al patio trasero.

Fred ya tenia la parrilla lista y estaba empezando a sancochar algunas papas. Mientras tanto, ayude a Beli y Ana aderezando la carne.

— Y ¿Cómo es París?— pregunto Ana— yo nunca he ido.

— ¿Enserio?— pregunte.

— Nunca tuve la oportunidad de ir— contesto.

— Bueno, es muy bonito todo, excepto por las ratas— dije

— Oh, si, es cierto— dijo Beli— cuando me mudé a Paris desde Perú... las ratas eran mi mayor pesadilla. Nunca me acostumbre a ellas.

Ana rió.

— Aquí también hay ratas, Beli— dijo.

— Si pero mucho menos que en París— respondió mi hermana.

En ese momento llegó una chica que parecía de mi misma edad, tenia el pelo rubio como Ana y recogido en unas dos trensas.

— ¡Fleur, que gusto verte! — la saludo Beli.

— ¡Beli! Lo mismo digo— saludo Fleur sonriente abrazando a Beli.

— Fleur— Beli se volteo hacia mi— te presento a mi hermana, Charlotte.

Fleur se volteó a mi y sonrió.

— Mucho gusto, soy Fleur, la prima de Ana— saludo.

— Un gusto— respondí.

— Bueno chicas, pueden subir al cuarto de invitados si gustan— dijo Ana— nosotros nos ocuparemos del almuerzo, gracias por tu ayuda Charlotte.

— No se preocupe.

— Vamos, te enseñaré donde es— me dijo Fleur. 

Lo que sana a un corazón- TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora