Lo que sana a un corazón- TERMINADA

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Etienne's Pov

Me encontraba caminando por el sendero embarrado de nieve, congelándome de frio. 

Sabia que mi familia pensaba que había cometido un enorme error al no haberme subido a ese avión. Sabia que mi padre estaba enojado y decepcionado, y que posiblemente nunca me lo perdonaría. También sabia que no los volvería a ver en mucho tiempo, hasta que a mi padre se le pasará el enojo. Pero, a pesar de todo, sabia que había echo lo correcto aunque en ese momento no tenia ni idea de que hacer.

Me sentía mal por haberle mentido a Char y a mis demás amigos. Si me iba y se enteraban de la verdad, estarían profundamente decepcionados e incluso enojados conmigo. Por que la verdad era que mi padre no pensaba que nos quedáramos solos unas dos semanas en Canadá por las fiestas. Pensaba mudarse permanentemente. 

Ellos planificaron todo sin consultarme absolutamente nada. Hicieron el papeleo, mi padre compro una casa familiar en la provincia de Quebec y compraron los boletos de avión. De todos mis hermanos, yo fui el ultimo en enterarme de todo tan solo una semana antes de viajar. Estaba en shock, no podía creer lo que mi padre estaba haciéndome. Amaba Champ Blue y tenia mi vida ahí, mi padre insisto en que era lo mejor para todos pero yo continúe negándome hasta que al final dijo:

― Si no vienes con nosotros, olvídate de que eres mi hijo. ¡Se que quieres quedarte solo por ese grupo de religiosos! pero escúchame bien, Etienne, si no subes a ese avión conmigo y tus hermanos, ¡olvídate de nosotros! ¿Me escuchaste? ¡Olvídate de nosotros!

Esas palabras aun seguían rondando por mi mente mientras caminaba sin ningún rumbo en especifico. Mi padre hablaba enserio cuando dijo que me olvidaría de ellos. Apenas salí del aeropuerto, chequee mi teléfono y vi que me había bloqueado de sus contactos, tampoco tenia el numero de mis hermanos. Quería romper en llanto.

Logre regresar a Champ Blue por transporte publico que logre pagar con el poco dinero que tenia, me demore muchísimo tiempo y estaba agotado, solo quería un lugar donde descansar. Pero tampoco tenia un lugar donde quedarme. Se habían llevado la llave de la casa, cancelaron los servicios de luz, agua y gas por el momento y pensaban ponerla en venta por linea en unos meses. 

Prácticamente me habían dejado sin nada más que mi equipaje de mano que pensaba llevar en el vuelo en el que solo llevaba un poco de ropa, mi teléfono, una botella de agua, una galletas, mi pijama y mi Biblia. 

Suspire y me senté en la vereda. Levante la mirada y vi la iglesia del pastor Josh Chevalier, el abuelo de Fleur y Ana. Las luces estaban encendidas a pesar de que ya eran más de las 10 de la noche, inmediatamente me levante de la vereda y camine hacia la iglesia esperando encontrarme con alguien. Gracias a Dios, estaba abierta y logre entrar con facilidad.

Encontré al pastor Chevalier acomodando unas sillas y se giro hacia mi al verme entrar.

― Etienne― saludo el pastor.

― Feliz noche buena, pastor.

― Feliz noche buena para ti también, hijo― sonrió― pero ¿Qué haces aquí? Escuche a Fleur decir que te irías a Canadá con tu familia por las fiestas. 

― Bueno, ese era el plan― dije y me senté en una de las sillas― pero... no paso.

― ¿Esta todo bien?― pregunto preocupado.

Suspire y empecé a contarle todo lo que había pasado, de principio a fin. 

― Santo cielo― susurro el pastor cuando termine la historia― no sabes cuanto lamento oír lo que me estas contando, hijo. 

― Nada de esto hubiera pasado si mi madre estuviera aquí― dije casi sin pensar― ella no lo hubiera permitido. Mi padre... cambio demasiado después de su muerte, al igual que mis hermanos.

"Estas cometiendo una estupidez, Etienne" me dijo mi mayor, Orson, cuando estábamos a punto de embarcar y yo me negué a subir "tienes que subir"

"Suficiente, Orson" dijo mi padre "Si te vas a ir, vete de una vez"

― Se que esto sonará muy duro― dijo el pastor interrumpiendo mis pensamientos― pero lo que te puedo decir ahora es que Dios siempre sabe lo que hace. Para los que aman a Dios, todas las cosas obran para bien. Romanos 8:28 ¿Recuerdas?

― Si, lo recuerdo― dije― pero la verdad es que... no veo como esta situación me ayudará para bien, pastor.

― Sabemos que Dios obra de formas misteriosas― dijo― pero se que pronto de darás cuenta y verás que Dios siempre ha sido bueno y nunca te ha abandonado. Ten fe, hijo. Esta bien llorar, esta bien frustrarse, esta bien enojarse, pero nunca pierdas la fe en aquel Dios que literalmente murió por ti. 

― No se que hacer― confesé― mi padre era el que pagaba mi carrera universitaria, se que ya no lo hará más. No tengo donde quedarme, ni a nadie a quien acudir...

― Etienne― me interrumpió― no estas solo en esto. No tienes que enfrentar toda esta ola de dificultades por tu cuenta. Por favor, deja a un lado tu orgullo y pide lo que necesites, la comunidad estará dispuesta a ayudarte.

― Pastor, no...

― Insisto― dijo― eres demasiado joven para lidiar con todo esto, no pienso dejarte solo. Mucho menos en Navidad. 

Asentí, sabia que el pastor tenia razón.

Levantarme de eso iba a ser difícil pero necesitaba ayuda, sentía y sabia que esa ayuda venia de Dios.

― Por el momento... lo que más necesito es alojamiento― dije― y pronto conseguiré trabajo y lo pagare...

― No nos adelantemos― dijo― primero, necesitas un alojamiento. Hablare con conocidos para ver si alguno tiene espacio.

― Se lo agradezco mucho, pastor.

― No te preocupes, hijo― dijo― mientras espero la confirmación... ¿Te apetece venir con mi conmigo y mi familia para la cena de Navidad?

Cena de Navidad.

La casa de Beli y Charlotte. Con todo lo que había pasado, me había olvidado por completo pero ahora podía ir.

― De echo... se lo agradezco muchísimo pero...

― ¿Tienes a alguien a quien acudir?

― Creo que si...

El pastor sonrió.

― Me alegro de oír eso― dijo― en ese caso, deberías apresurarte, ya están por ser las 11.

― Si, una vez más, muchas gracias pastor― le dije.

― No hay de que, hijo, estoy aquí para lo que necesites y feliz Navidad. 

― Feliz Navidad.