Ya en el puerto del reino, Vegetta solicitó a su mensajero le llevara algo a su madre, el cual obedeció partiendo al castillo, y al mismo tiempo zarpando el barco el cual llevaría al príncipe y sus compañeros a aquellos mares en plena guerra.
En su camino se encontraron con bastantes restos de barcos tanto aliados como enemigos, pero en uno de aquellos restos pudieron ver a dos personas aferrándose a algunos barriles, parecía que su barco había sido recientemente atacado.
- ¡Ayúdenlos! Súbanlos al barco.
- Pero príncipe...
- ¡Obedezcan!
Los lacayos hicieron lo propio y ayudaron a aquellas personas a pesar del obvio miedo que esto les hacía sentir.
- Vegetta, no podemos ayudar a soldados enemigos, tu madre...
- Sé lo que piensa mi madre, pero ella no está aquí ¿o si Willy?
El príncipe se había vuelto frio y algo indiferente con todas las personas que lo rodeaban, quizás por aquellos sucesos o por algo más, lo único que se supo es que jamás dejaba de practicar aquello que su padre le había enseñado, ni de investigar aquello que fueron sus últimas palabras, se sumergía en aquellas investigaciones, teniendo contacto casi nulo con los demás.
- ¿Cómo se encuentran? -dijo el príncipe en tono frío.
- Parecen estar estables mi señor -comentó el medico real.
- Al de la capucha de tiburón, quítensela, quiero verlo.
Obedecieron y entonces fue cuando Vegetta pudo visualizar el rostro de aquel naufrago, le parecía bastante familiar, pero no sabía la razón de ello. A pesar de eso, le había resultado la criatura más hermosa que en su vida había visto.
- Ayúdenlos, llévenlos a uno de los camarotes y enciendan algo de fuego para que se calienten.
- Pero señor...
- ¡Es una orden! También busquen en los restos, quizás haya más gente.
Obedeciendo aquellas ordenes buscaron, pero sin éxito ya que eran los únicos supervivientes aquellos dos, los cuales tal y como ordeno el príncipe fueron llevados a un camarote donde tenían una cama y fuego para calentarse. Dos días pasaron desde aquel suceso y los desconocidos no despertaban, el príncipe acudía diariamente a ver como estaba aquel chico con la capucha de tiburón, algo era demasiado familiar en él, cuando estaba sumergido en sus pensamientos pudo ver como aquel chico comenzaba a moverse poco a poco.
Emocionado por aquel suceso se retiro un poco, preparado para cualquier circunstancia, ya que era consciente de que él era un extraño para aquel joven.
Narra Foolish:
- What... What happened? Who are you?
- ¿Eh? Yo no speak English.
Este chico, bastante guapo a mí parecer, me parecía algo familiar, además hablaba el idioma del reino de Karmaland, quizás era proveniente de allá, debía actuar con sumo cuidado ya que no dejaba de estar en su barco.
- Oh, lo siento, ¿quién eres y que hago aquí?
- Bueno, yo soy Vegetta, príncipe de Karmaland... ¿y tú eres?
¿Vegetta? No puede ser, de toda la gente que pudo salvarme había sido el príncipe del reino que había intentado destruir el mío durante ya siete largos años, haciéndome vivir en altamar, aunque debo admitir que no era posible que fuese el mismo que tenia delante, tenia una sonrisa tan hermosa y cálida, por fin volvía a verlo, podríamos aclarar el porque de atacar a mi pueblo.
Narra Vegetta:
Llevaba ya un rato esperando respuesta de aquel naufrago, pero parecía haber dado un viaje al espacio.
- Amm ¿hola?
- Oh si, lo siento, príncipe Vegetta, soy... soy el príncipe Foolish, de la Isla Quesadilla.
- ¿Foolish? Pero que...
Era Foolish, el Foolish con el que me iba a casar, como ha cambiado, ahora es un joven bastante apuesto, no puedo creer que después de tantos años, finalmente lo tenga frente a mí.
- Por fin te vuelvo a ver -dije sin pensarlo.
- Si bueno, vaya situación tan conveniente, príncipe del reino que ataco al mío.
- Sé que existen bastantes rencores, pero que sepas que no lo ordene yo.
- Claaaro, debo creerle al que me odio por más de ocho años, tanto que quiso asesinarme y destruir mi pueblo.
- ¿Qué? Noo, si tu reino fue el que asesino a mi padre.
- ¿Tu padre?
Aquella conversación fue interrumpida por gritos en la cubierta del barco, corrí rápidamente a ver que sucedía.
- Get away from me!
- ¿Qué rayos intenta ese tipo?
- ¡Bad! ¡detente, no hagas nada de lo que te puedas arrepentir!
- ¿Foolish? ¿pero qué? ¿Qué no ves que me están acorralando?
- Bueno, si no quisieras apuñalarlos con un tenedor -dije ante tal escena.
- Ok ok, lo acepto, that was wrong. Pero le puedes decir a este... tipo, que quite su espada de mi pecho.
- Maximus, por favor. No trates mal a mis invitados.
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Escrito en las estrellas|Fooligetta
Fiksi PenggemarTu reino está en guerra, y tu verdadero amor es el príncipe del reino enemigo, nadie esta de acuerdo con ese amor, pero aún así lucharán por estar juntos, a pesar de las dificultades y personas que se quieran interponer. Todo el mundo pensó que era...